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La historia nos traslada a Lakeshire, un pueblo inglés, en 1878. Con un paisaje bucólico de fondo, nos metemos de lleno en la vida campestre de Inglaterra, con sus mansiones señoriales, sus familias que llevan generaciones asentadas en el mismo sitio, los terratenientes, los lugareños pobres y los múltiples chismes y cotilleos. Un marco adecuado para el desarrollo de esta historia que nos presenta las dificultades y el sufrimiento de las jóvenes que no conseguían encontrar marido y permanecían solteras. En esa época era casi como si tuvieran una enfermedad. La trama nos narra la vida de Elizabeth, desde las pinceladas de su niñez al inicio de la novela, hasta un arco de diez años en los que se suceden resignación, felicidad, tristeza y sufrimiento. Entrada ya en sus treintas, Elizabeth es reconocida como solterona tanto por parte de su familia como por parte de la comunidad. A pesar de que le duele no haber recibido peticiones de matrimonio, acepta su soltería con buen ánimo, ya que siempre ha sido una mujer con un espíritu libre; además, tiene a sus "pobres", la gente trabajadora de la aldea a quienes se dedica a ayudar. Aunque se ha acomodado a su situación y sobrelleva las pullas de jóvenes malintencionadas con educación y paciencia, evitando en lo posible acudir a eventos sociales, su mundo sufre un cambio de sentido cuando regresa de América Galen Cook, el hijo menor de sus vecinos y el mejor amigo de su hermano, Dexter. Su llegada le trae recuerdos de cuando los tres jugaban juntos, ella siendo diez años mayor que los dos, no se arredraba a seguirlos en sus aventuras. Así comienza a pasar cada vez más tiempo con Galen, entre recuerdos y charlas amistosas, hasta que él se le declara. Elizabeth es, sin duda, la gran protagonista de la historia. Muestra a cada paso su temple, su firmeza de carácter, su capacidad de sacrificio, su paciencia y el amor que tiene para dar. Galen, en cambio, queda un poco desdibujado, casi podría decir que es un personaje que sirve de soporte para que Elizabeth destaque aún más. No conocemos mucho sus pensamientos, a veces se muestra dominante y, en ocasiones, un poco borde y algo cobarde. Aunque hay una historia de amor, no sé si calificaría la novela de romántica como tal, me parece más bien una historia de superación, una novela que muestra el sufrimiento al que se abocaba un colectivo como eran las solteronas. Aunque se ve el interés que Elizabeth despierta en Galen, no hay un proceso claro de enamoramiento o de cortejo, ese tira y afloja en el que se muestran los sentimientos de amos. Su relación parece más la de unos amigos. de cualquier forma, pasando esto por alto, nos queda todavía el hecho de que, tras las dificultades que tiene que afrontar la pareja, hay un periodo de diez años de separación hasta que vuelven a encontrarse (ella entrada ya en los cuarenta😅). Con el reencuentro, los problemas se solventan con rapidez y tenemos el final feliz de toda novela romántica. Reconozco que eso me ha costado un poco. El estilo de la autora me ha gustado mucho, es claro, pausado y elegante. Quizá esta sea una de sus primeras novelas, puesto que veo algunos cortes extraños de escenas y algunas cuestiones menores en el uso de los verbos, pero volveré a leer algo de ella porque me encanta la sensibilidad que muestra en la historia. 😊 |
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