Una educación

La lectura de este libro ha sido para mí impresionante en muchos sentidos. Primero, porque la autora y protagonista de esta autobiografía tiene tan solo dos años más que yo por lo que he podido empatizar mucho con ella y alegrarme de sus victorias y sufrir con sus derrotas.

Nada más empezar el libro, la nota de la autora llama sumamente la atención: en ella nos avisa de que muchos de los nombres que aparecen en el libro son seudónimos. Esta nota anuncia tormenta.

Un punto que me ha costado mucho asimilar de este libro es la violencia y la crueldad que se reiteran en el tiempo en la historia de Tara. Algunas cosas que le sucedieron me parecen muy fuertes y el leer estas descripciones tan gráficas me ha supuesto en más de una ocasión bastante sufrimiento. Creo que antes de decidir el querer leer esta autografía o no es mejor saber que su lectura te enfrenta a este tipo de situaciones que pueden ser muy fuertes para algunas personas. al hablar tan explícitamente de su familia y la violencia que se generaba en ella no es de extrañar que Tara Westover haya querido utilizar seudónimos en vez de los nombres reales de sus familiares y vecinos. Este tipo de circunstancias me han dejado sin respiración en muchas ocasiones, por lo que me parece importante el destacarlo.

No obstante todo en este libro no es oscuro. Aunque Tara sufrió muchísimo en su infancia, adolescencia y parte de su juventud, es precioso e inspirador cómo cambia su vida con fuerza de voluntad, cómo deja atrás poco a poco todas las ideas que le habían inculcado en su hogar y que eran perjudiciales para su salud mental y física. Cada vez más libros hablan de que la familia, los padres, no siempre son buenos, de que pueden ser malos con sus hijos, pero este al no ser ficción, al tratarse de las memorias de la autora, me parece una prueba irrefutable de que esta clase de padres existe, y de que es hora de que se diga algo y claro, para que quienes sufren violencia en su hogar no se sientan solos o incomprendidos.

Hay que aclarar que este libro no habla mal sobre la iglesia mormona u otras religiones, ya que te vas dando cuenta casi desde el principio que el problema de su familia no está en sus creencias religiosas si no en la enfermedad mental no tratada y el machismo, yo diría que sobre todo en este último.

Aunque la sinopsis de esta edición ya anunciaba el final (si aún no la has leído, te aconsejo que no lo hagas, puesto que como digo, te descubre el final) me ha encantado llegar a él, no porque sea positivo, aunque tampoco diré que sea negativo, sino por cerrar con Tara este largo capítulo de su vida. Me ha parecido sanador para ella, pero también para el lector que acompaña a la autora a través de las páginas. A veces da igual cómo acabe algo, bien, mal o regular, siempre y cuando sirva para cerrar el círculo y poder seguir adelante, y esto es un poco lo que he sentido con el final del libro. He notado que me aligeraba, que me quitaba un peso enorme de encima, tras haber ido viendo la progresión de Tara a lo largo del tiempo, con sus dificultades y sus golpes de suerte.

Como he dicho al principio, me ha parecido una estupenda aventura, con la que no lo he pasado del todo bien en muchas ocasiones, pero que conjunto me ha parecido una obra sublime. Una lectura, en definitiva, muy recomendable.