Ruedas de fortuna

El libro me ha tenido con una sonrisa desde el principio. El pobre Hoopdriver se va dando tortas por todos lados y la verdad es que un poquito de mala suerte sí que tiene el muchacho. También es un poco fantasmilla, todo hay que decirlo. le gusta que los demás piensen que es de clase alta, intenta aparentar seguridad y, en general, se muestra como alguien que no es tanto a la hora de hablar como en su forma de montar en bici. Sin embargo, nos tenemos que reír con él y al final hasta nos encariñamos con él :)

En su viaje, se topa con la mujer del traje gris. Parece encontrarla allá por donde va, pero, para su desgracia, parece que ya tiene acompañante. Sin embargo, hay algo que no termina de encajar con estas dos figuras... Por eso que me intrigaba tantísimo este personaje femenino y el aura de misterio que la rodea. A medida que vamos descubriendo más acerca de ella, más nos gusta y más fuerte queremos aplaudirle, y es que resulta que Jessie encarna el espíritu de la nueva mujer (sí, esa idea feminista que surgió a finales del siglo XIX): quiere ser libre e independiente, no desea verse limitada por las convenciones de su época y su plan es ganarse la vida por su cuenta. Y si quiere llevar bombachos, los lleva ;)
Otro elemento importante de la obra es la bicicleta. Sí, sí, igual que hay libros ambientados en alguna casa/pueblo y decimos es un personaje más. Pues aquí igual ^^ Y os digo más, hasta el narrador comenta en un par de ocasiones que la bicicleta tiene vida propia; es más, parece que es esta quien guía a Hoppdriver ;) Investigando un poco y en el prólogo que han añadido los editores, leí que la bicicleta tuvo su momento de mayor popularidad entre 1890 y 1905 (dato que desconocía). En estos años, supuso un gran cambio al ser un medio de transporte rápido y barato que podían permitirse personas de distintas clases. Y ya no solo eso, sino que también les daba mayor libertad para desplazarse y viajar por placer. Como era de esperar, las mujeres también aprovecharon las oportunidades que les ofrecía este medio. Pronto, los pantalones se pusieron de moda entre ellas y, obviamente, más de un señoro se indignó. ¿Mujeres paseándose por donde querían en pantalones? La polémica estaba servida, y así lo refleja Wells en su obra.

Se nota que el autor se ha basado en sus propias experiencias para escribir la novela, ya que, al igual que nuestro protagonista, él también se dedicó al negocio de las telas en su juventud. También era un gran aficionado a la bicicleta y realizó un viaje muy parecido al de Hoopdriver. Además, añade a su obra una buena dosis de crítica social al retratar lo encasillados que estaban todos en aquella época: que si los caballeros de bien, los tenderos, los granjeros... ¿Lo que más me fascina? Que el autor nos deja bien claro que las personas somos mucho más que nuestra profesión y que no importa la procedencia de cada uno, ya que tenemos el poder de cambiar nuestro rumbo si trabajamos duro, nos esforzamos y somos fieles a nuestra forma de ser. Wells nos invita a reflexionar acerca de estos temas y, ya solo por eso, me ha ganado por completo.
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