La máquina del tiempo

Un clásico.
Entretenido.
Hermoso.

Con un final que a pesar de ser abierto, debido a toda la historia en si, como lector, uno queda contento.

Su lectura no es complicada, pero sin duda todo el relato es como ir recorriendo una espiral que acelera y y te mantiene expectante. Un ir y venir entre un futuro que parece pasado y un presente que se desdibuja.

El transcurso del tiempo es uno de los temas recurrentes de la literatura universal, pero si lo dotas de una envolvente y fantástica trama, adquiere una fascinación de la que pocos logramos escapar. Porque todos vivimos atrapados en el tiempo…
Escrita en 1895, La máquina del tiempo es, sin embargo, mucho más que una simple historia de aventuras o una simple lectura de juventud y es mucho más que una novela pionera de la ciencia ficción, que muchos acabamos releyendo una y otra vez.
Pero la idea de los viajes en el tiempo no es exclusiva de H.G.Well. Tuvo sus antecedentes en 1781 en una obra teatral titulada Año 7603 de J.H. Wessel y en 1881, en una narración de Edward Page Mitchell, titulada El reloj que marchaba hacia atrás. En 1887 se publicó también la novela El anacronópete, de Eugenio Gaspar y Rimbau.
No obstante, la máquina del tiempo de H.G.Wells se ha convertido en todo un clásico, precisamente porque plantea una serie de reflexiones críticas y filosóficas acerca de la sociedad y el oscuro destino al que parece abocada la humanidad. Parte de una distopía social indeseable, reflejada en dos tipos de especies confrontadas, la de los Morlocks y los Eloi, dos sociedades de un futuro muy lejano cuyo origen está basado en la diferenciación de clases, la clase trabajadora y la clase oligarca. Es una diferenciación de clases que en la novela ha invertido sus papeles, puesto que los Morlocks, que han evolucionado a partir de la clase obrera, se han convertido, curiosamente, en la clase dominante que depreda o vive de la carne de los Eloi, que han evolucionado de la clase burguesa y aristocrática, la clase ociosa. Los Eloi viven en una ignorancia absoluta, bajo una total carencia de valores e incluso de pasiones, fruto precisamente de su ociosidad. Una inversión de papeles que despierta muchas incógnitas y es toda una advertencia para el sistema capitalista en el que vivimos inmersos ya desde la era victoriana, la época en que fue escrita la novela. Y a pesar de que H.G.Well aparentemente no afronta el tema de la paradoja temporal, típico de las historias centradas en los viajes en el tiempo, el final abierto de la novela plantea la duda de si la intención del viajero al emprender un segundo viaje en el tiempo, es abrir los ojos de los Eloi, alterando así el futuro desde el pasado, o simplemente su intención es sumergirse en otro marco temporal diferente en el que quizá acabará atrapado…
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Recuerdo haber visto la película de pequeña y tener pesadillas con los Morlocks, así que pensé que este era el momento de conocer la historia original y averiguar si esos desagradables seres que recordaba eran en realidad tan temibles.

La historia comienza cuando un científico que dice haber inventado una máquina del tiempo invita a un grupo de amigos para mostrarles un prototipo en miniatura de la misma y cómo funciona. Ante el escepticismo de sus amigos, les invita al cabo de una semana a cenar en su casa, pero llegada la hora de la cena, no aparece. al fin, lo ven entrar en la sala en un estado desastroso y éste les narrará entonces su aventura a través del tiempo.

Está narrado por dos personajes, uno de los invitados que nos introduce en la historia y el "Viajero en el tiempo" que nos narrará su viaje al año 802.701(casi ná) y lo que allí descubre.

Al contrario que con Jules Verne, Wells ahorra mucho en datos tecnológicos y va al grano. Además, se centra más en la crítica social. Analizando las dos ramas de descendientes de la actual raza humana, los pacíficos y alegres aunque poco inteligentes Eloi y los siniestros Morlocks que habitan el subsuelo (confirmamos que son espeluznantes).

Tras leer a Verne, Orwell o Wells una de las cosas que más me llaman la atención es su capacidad de proyectar el futuro, en algunos casos, muy acertada. En cualquier caso, espero que los Morlocks nunca lleguen a existir y en tal caso, el año 802.701 nos coge aún muy lejos 😅, tanto que me parece de un optimismo enorme por parte de Wells pensar que la humanidad durará tanto...

Se me hizo lenta la lectura en algunas partes pero, todas las ideas que propone el autor y la crítica social que consigue hacer con su viaje en el tiempo me dejaron muy buenas sensaciones al terminar la novela.

Es increíble lo que cambia la percepción de una historia con el tiempo, este libro lo leí siendo adolescente, no lo había vuelto a leer hasta ahora y créanme, cambio completamente mi manera de entender la historia, su fondo.

En menos de 150 páginas, Wells nos plantea un futuro distopico apocalíptico, muy interesante, con una narrativa introspectiva, nos adentramos en uno de los relatos de ciencia ficción mas conocidos y revolucionarios para su época.

Wells toma la teoría de Darwin como base para su historia, cuando este libro fue publicado en 1895, la teoría de la evolución de las especies había sido publicada solo unos años antes, en 1859 y en la época era un tema muy controversial; de esta manera Wells nos muestra que no solo acepta dicha teoría si no que además la combina con la forma de ver la sociedad a finales del siglo XIX, donde esa eterna cuestión de los ricos Vs. la clase trabajadora conviven y como la sociedad podrá en algún momento llegar a funcionar entre unos y otros ¿será posible que en algún momento estas clases sean igualitarias? no, Wells no lo cree, para él es obvio que el comunismo no funciona y nos lo hace ver en este libro.

Así pues tenemos una historia de un futuro que comienza bajo la base de una utopía para convertirse en distopía gracias a evolución de la especie humana, donde con el paso del tiempo cada uno(los ricos y la clase trabajadora) toman su propio lugar en la sociedad, pero su mente, su inteligencia y su forma física se adaptan a su propio entorno social.

Además nos cuenta como el mundo cambia y se modifica, pero no por guerras, si no por la misma naturaleza, el sol, en algún momento dejará de existir y de esa manera nuestro mundo cambiará.

Una narrativa y una prosa deliciosas nos llevan de la mano a este libro considerado un clásico en su genero y en la literatura, si no han tenido la oportunidad de leerlo, los invito a que lo hagan, tal vez, en un principio cueste trabajo comprender el estilo narrativo o la prosa, ya puestos, sin embargo, es sin ninguna duda uno de los mejores libros de ciencia ficción y futuro distopico que he leído en mi vida.

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Algunas veces he leído que uno de los puntos débiles de H.G. Wells es su manera de escribir, ya que no es tan «refinada» como la de otros autores. Y si bien esta afirmación es hasta cierto punto entendible, creo que lo que menos le importaba al propio Wells es justamente el estilo o la estética de sus relatos, pues aunque sus obras puedan ser de ciencia ficción o fantasía, no se quedan en un mero entretenimiento, sino que van más allá y sirven casi siempre como una crítica social y política, es decir, el principal objetivo de Wells era más bien exponer sus propias inquietudes sobre los movimientos ideológicos de su tiempo, y sobre los avances científicos y tecnológicos que se estaban dando. de esta manera, en lugar de únicamente escribir ensayos al respecto (que los tiene) optó por escribir relatos ficticios, y qué mejor género que la ciencia ficción para abarcar todos estos temas que tenía en mente.

Por está misma razón tampoco era tan necesario profundizar en los detalles tecnológicos de los objetos o máquinas que aparecen en sus historias, ya que otra de las críticas que se le hacen repetidamente es esa escasa manera en la que describe tanto los artefactos tecnológicos como su propio desarrollo o construcción, pues en efecto, normalmente queda muy corta la información que nos brinda al respecto, dejando mucho a la imaginación del lector y esperando contar con esa dosis de complicidad entre el autor y el lector que siempre será necesaria en la fantasía y la ciencia ficción para que éstas logren la suficiente credibilidad.

Con respecto a la propia Máquina del tiempo, lo que comúnmente se le critica es el haber evitado hablar sobre todos los problemas que surgen con los viajes en el tiempo y sus paradojas. En este sentido creo que ninguna obra que aborde los viajes en el tiempo terminaría por ser posible si se queda en estas problemáticas prácticamente imposibles de resolver si se toman en serio y se va a fondo con ellas, tal como ocurre por ejemplo con la clásica paradoja del abuelo, en la que el viajero del tiempo regresa al pasado y asesina a su abuelo antes de que su padre nazca y por lo tanto antes del nacimiento del propio viajero, produciendo así la paradoja irresoluble. Pero como he mencionado, estas posibles inconsistencias, normalmente aparecen en la fantasía, sin embargo si se logran las condiciones adecuadas propiciadas por el talento del autor, son salvadas casi siempre por ese común acuerdo implícito entre el lector y el escritor para que la obra funcione de manera correcta.

En conclusión y habiendo revisado estas críticas que comúnmente se le hacen a Wells, podemos decir que más que ser un autor pesimista, es un fuerte crítico de su tiempo, no se conformaba con escribir historias para entretener o maravillar a los lectores, aunque por su puesto que lo hace, sino que, además de eso, buscaba poner sobre la mesa las problemáticas que estaban dándose en ese momento, además de explorar las posibles consecuencias de las mismas. No es de extrañar entonces que La máquina del tiempo fuera su opera prima, pues con ella tenía el medio ideal para proyectar a futuro todo el posible desarrollo de las ideologías y los avances científicos que le inquietaban tanto.

Vamos con todo un clásico del género, escrito a finales del 1800, siendo una de las novelas precursoras y más importantes de la ciencia-ficción.

Una cosa está clara, te mole o no la historia, Wells fue un visionario y uno de los padres de una ciencia-ficción que aún en la actualidad sigue dando coletazos que parecen no tener fin (y que así sea)… y que se ha reutilizado hasta la saciedad.

Tenemos una historia conocida por absolutamente todo el mundo (salvo que vivas en una seta): el viajero del tiempo que construye una máquina –que por cierto, se describe de manera muy justita, dando pie a diferentes interpretaciones por parte del lector-, que le lleva a un Londres futurista que está prácticamente en la mierda: la civilización está básicamente en ruinas y la humanidad absolutamente degradada, situación que se da por un progreso científico descontrolado… y que además nos deja una cierta crítica social, aún hoy de total actualidad, con mensaje incluido y para tomar nota.

Conocemos además a las razas que pueblan la Tierra por entonces, los Eloi y los Morlocks, que no pueden ser más extremos ni diferentes, a todos los niveles.

Además tiene bastante protagonismo el tema estrella: el avance de la ciencia, visto de diferentes puntos de vista, dependiendo del personaje o espacio temporal que nos preste el autor.

Obviamente en la época fue algo totalmente distinto y por descontado un tema puntero y un boom que ya en su día dio que hablar, pero lo realmente fascinante es que a día de hoy siga siendo una trama recordada y expuesta en absolutamente todo: cine, series, libros, videojuegos, arte… Teniendo una barbaridad de adaptaciones, readaptaciones, homenajes, guiños y todo lo que se os ocurra, en cualquier ámbito que se os ocurra.

Personalmente, me ha entretenido la mayoría del tiempo, pero sobre todo en el comienzo me ha costado mucho avanzar, no acababa de encajarme la manera de narrar porque se me hacía muy monótona, aún resultándome una historia interesante, y eso que es un libro súper cortito, fácil de leer.

Igualmente, no puedo no recomendarlo, es de esos que sí o sí hay que catar… y además te dura una o dos tardes máximo, así que no hay excusa, ya solo por las mil referencias que podemos encontrar.
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3.5 siempre me llama la atención cómo imaginaban el futuro en los comienzos de la ciencia ficción.

Por fin he leído este clásico de la literatura gracias al coleccionable de RBA "Los maestros de lo fantástico", que lo puso a un precio bastante asequible. En cuanto a la novela en sí, es bastante cortita (107 páginas en esta edición).
Me ha sorprendido el hecho de que esté narrada desde el punto de vista de un testigo, un conocido del "viajero en el tiempo" al que este le cuenta la historia. Se sabe poco del viajero (ni si quiera su nombre). Reúne en su casa no solo al testigo narrador, sino a otros caballeros intelectuales de la época y les enseña una maqueta de su máquina. En la siguiente reunión les cuenta sus aventuras en el año 802.701, un momento en que la raza humana se ha dividido en dos tipos de seres: los eloi (que viven en la superficie) y los morlocks (que viven bajo tierra y son caníbales). He de decir, que como apasionada de las historias de viajes en el tiempo, esta me ha parecido muy simple y a veces aburrida, pero tenemos que tener en cuenta que en su día fue pionera en el género (se escribió en 1895). Hoy en día hemos visto tantas películas y hemos leído tantos libros sobre la temática, que este relato se queda corto. Eso sí, he subrayado muchas frases con interesantes reflexiones sobre el futuro de la humanidad.

Desde que empecé a leer de nuevo por puro placer, en que conocí la existencia de los retos literarios, mi preferencia a la hora de escoger un libro para cumplir con ellos ha sido que fueran obras clásicas, obras que considero básicas e importantes, que en ocasiones han influido en la literatura posterior. Este es el caso de esta novela, precursora en muchos aspectos del género de ciencia ficción, al que su origen victoriano le hacía más atractivo para la lectura. En esta ocasión lo he utilizado para un sólo reto (52 week book club #36: narrador desconocido) y, al iniciar su lectura en este mes de octubre, me ha servido para incluirlo en la iniciativa #victober, que por causas misteriosas no conocía de su existencia, siendo su único requisito que fuera criatura victoriana. En esta ocasión lo he disfrutado en formato audiolibro, a fin de cumplir mis metas lectoras del año a tiempo, pero no ha sido impedimento para que acompañara al protagonista en su viaje por el tiempo en su máquina, en una crítica a la sociedad de su tiempo. Esta es la segunda obra suya que disfruto este año (la anterior fue en formato de novela gráfica) y resulta curioso que lo haga explorando terrenos casi desconocidos, como el propio Viajero a través del Tiempo (no se menciona su nombre ni del narrador que a posteriori empieza a relatar la historia). Obra muy recomendable, sobre todo para aficionados al género futurista o interesados en la mentalidad victoriana, ya que el protagonista es gran conocedor de ciencias y artes, al estilo de la época.