El gato que enseñaba a ser feliz

He de admitir que tengo una pequeña (diminuta, insignificante, nada serio) OBSESIÓN, NECESIDAD por las portadas en las que aparecen animales, da igual que sean domésticos o salvajes, lo necesito en mi estantería, así que reconozco que este libro lo necesitaba sí o sí, sobre todo tras leer su anterior entrega y es que, al fin y al cabo, el gato vuelve a ser el propio narrador de la novela, así que, ¿como no leerlo?

En ésta segunda novela abordamos nuevos temas sociales y reflexiona sobre ellos cual gato de carrera universitaria, ademas, conocemos a nuevos personajes, pero no por ello decae la historia o la simpatía con la que su protagonista nos lleva de una historia a otra. Es una lectura muy entretenida a la par que sencilla, y aunque en principio puede echar para atrás que su narrador sea... ¡Un gato! Pero os aseguro que aborda con gran maestría todos los problemas que trata de abarcar, pero tal vez ese sea el mensaje que esconde Alfie, preocupándose más que nadie por los problemas ajenos y siendo todo corazón a la hora de solventarlos. A veces los humanos tenemos la manía de pensar demasiado y ser muy retorcidos. Y claro, si es un adorable peluche con bigotes el que viene a darte lecciones... ser mejor persona parece un juego de niños. O de gatos.

Esta novela es la segunda aventura de Alfie, y aun queda otra ya que éste minino parece no tener límites a la hora de colarse en los hogares y los corazones de la gente... incluidos los de los lectores
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