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Si esta hubiera sido su primera novela, le hubiera dado más nota, porque entretiene y divierte. Pero claro, si viniendo de El marciano, lo único que se te ocurre es replicar la misma fórmula pero cambiando de cuerpo celeste, en este caso la Luna, pues ahí es cuando la cosa falla. Y el principal problema no es repetir la fórmula, si no el origen mismo de la trama que plantea. En El Marciano lo que le ocurre al protagonista solamente puede ocurrir en Marte, en ningún lugar más podría suceder, y eso nos obliga a pensar sobre una situación única. Pero lo que propone Weir aquí es una trama más del montón sobre contrabando, mafias, sobornos, oportunidades económicas, etc. Lo adereza con la falta de aire, juega con la gravedad y construye una ciudad en la Luna que está bien, pero solamente sirve para disfrazar una idea pobre. Una lástima pero aún así seguiré leyendo todo lo que publique Andy Weir. |
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