La daga de la ceguera

Segunda entrega de esta trilogía, convertida ya en tetralogía, que no ha hecho otra cosa más que engancharme aun más a su historia y dejarme totalmente con la boca abierta debido a la genialidad de los giros que introduce el autor y que te dejan totalmente descolocado cuando menos lo esperas.

Como ya vimos en su primera parte, en este mundo la magia es cromaturgia, se trazan colores, se nace con la disposición para trazar o no. Y si la tienes puedes trazar uno o varios colores. Cada color tiene sus propiedades, sus fortalezas y sus debilidades. Cuantos más colores puedas trazar, más apreciado serás por todo el mundo y por la todopoderosa Cromería.

Para trazar colores todo trazador necesita un mínimo de luz de ese color, algo, una pizca. Solo una persona puede transformar la luz en cualquier color que desee: el Prisma. Por eso es el gobernante de la Cromería, por eso su poder en inmenso.

Ya conocimos a Gavin, el Prisma, en el libro anterior. Asistimos ahora a su rápido declive. Porque trazar desgasta, y desgasta mucho más a un Prisma. A Gavin le queda menos tiempo del que creía y aun tiene mucho pendiente que hacer.

Nos reencontramos con los personajes ya conocidos en el libro anterior. Sobre todo con Kip, que en este libro cobra aun más protagonismo y al que vemos crecer y desarrollarse, tanto como persona que va madurando y aprendiendo a manejar sus habilidades, y como personaje que, si aun no lo había logrado, ahora seguramente te conquistará para siempre. Su estancia en la Cromería donde tiene que conseguir entrar en la Guardia Negra, nos dará una visión de su esfuerzo, de sus dudas y de sus enormes posibilidades por encima de su apariencia exterior y de sus errores. Simplemente fantástico.

Gavin sigue siendo un personaje escurridizo, a veces previsible, otras te sorprende totalmente. Me ha dejado, literalmente, con la boca abierta, más de una vez en este libro. En serio, me encontré dando hacia atrás las páginas para releer algunas escenas porque no me podía creer lo que leía… Simplemente genial.

Su extraña relación con Dazen continuará creando situaciones brillantes en las que los pensamientos de ambos parecen existir en un universo que solo ellos dos son capaces de entender y de ver. Después de todo, solo ellos tienen tanto poder ¿no?

Y el mostrarnos más de cerca de la figura paterna, a Andross Guile ha añadido matices y detalles extra a la historia que, desde mi punto de vista, la enriquecen profundamente.

También nos reencontramos con Karris, el amor inalcanzable de Gavin. Conoceremos más detalles de qué los unió y qué los separó. La razón que se oculta tras la razón. Un personaje fuerte, que daría su vida por proteger al Prisma, pero a la vez no le consiente ni le permite olvidar lo resentida que está por su antigua traición. Un gran personaje femenino, de esos que es difícil encontrar en la literatura fantástica.

Y, por supuesto, el toque romántico que le da a la historia, dentro de tanta guerra, violencia, traiciones y demás, personalmente me ha gustado mucho.

Mano de Hierro, Liv, el Príncipe de los Colores, nos parecerán ahora, quizá, más cercanos, con muchos añadidos interesantes a la historia. Protagonizando momentos realmente increíbles e inquietantes que incrementan aun más, si cabe, el interés de la trama.

El fantástico mundo creado por el autor se expande en esta entrega, se enriquece y se hace más profundo, con nuevos detalles, sorpresas, descripciones y descubrimientos. Dioses nuevos, colores desconocidos, paisajes por descubrir, todo se une para conseguir que el argumento gire sobre sí mismo y todo lo que ya dabas por conocido o sabido, cambie de nuevo dejándote desconcertado… Pero encantado de estar ahí en medio…

Y llegamos al final, un final que te deja aun más boquiabierto, totalmente sorprendido y con ganas de perseguir al autor allá donde se encuentre para que te diga qué es lo que va a pasar ahoraaaaaa :O No es solo un cliffhanger, qué va, Brent Weeks lo lleva aun más allá y te crea la necesidad de continuar la historia, pero la necesidad más absoluta. Realmente consigue enganchar, convencer y dejarte esperando con muchas ganas su siguiente libro.

Es muy de agradecer que al final del libro nos encontremos con un glosario de términos que podremos consultar, ya que tras la espera entre una y otra entrega, es normal que haya algunos términos o personas que no recordemos muy bien. Además de la ayuda que es el leer cada concepto de forma detallada y muy bien explicada, por si durante la lectura no había prestado la suficiente atención a algún detalle…

O sea, con personajes más agudos y fuertes, incluso aquellos que en la primera parte no lo eran tanto, con un ritmo que te hace difícil dejar de leer, con una trama intrincada y llena de giros y sorpresas, no te puedes perder esta saga si te gusta mínimamente la fantasía, porque este es un libro del que se hablará durante mucho tiempo, seguro que sí. ¡Corred a por él!
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Segunda entrega de la saga El Portador de Luz donde Brent Weeks deja atrás todas las introducciones de la primera parte y se centra en la acción. En cuanto a eso, todo perfecto. Desde la primera página descubrimos más detalles del original sistema mágico que crea y alterna la acción desde el punto de vista de los distintos personajes que componen la historia.
Pero sigue pecando de lo mismo que en el primer libro: los tópicos del género fantástico. En esta ocasión es una mezcla de Hogwarts, El Juego de Ender o El Nombre del Viento. Reconocerás quién es el malo malísimo y el héroe trágico. Tenemos al Elegido y al maestro que le enseña. Sólo falta un enano en una mina y un dragón dando vueltas para tener a toda la familia completa.

Es por eso que, a pesar de tener algún personaje y planteamientos originales, no les saca provecho del todo y cae en la historia previsible.

“Idealists mature badly. If they can't outgrow their idealism, they become hypocrites or blind.”

This was a slow paced book. Yes, there's was action in it, battles, magic, surprises, but the story moved slowly. There wasn't any huge plot twist that surprised and shocked me, like in the first book. This was more a preparation for what is to come in the next installment, or so I've heard. That's why I rated it lower than The Black Prism.
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Nonetheless, the story was good. A couple of interesting characters were introduced, like Teia and The Third Eye. We got to see Kip grow up a little bit, the bond between Karris and Gavin finally evolved, and the Gavin-Dazen situation changed dramatically.
Liv chose a side in the incoming war, and the Color Prince reveals his plans for her. We get to know more about the Red, his motives and his goal.
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The magic system is expanded, there's more than just Drafting, and even what we knew about drafting changes. The magic is running wild because Gavin lost Blue. The old Gods are resurging, dangerously powerful, and the wights are growing in number and strength.
I can't wait to read book three, there are a lot of questions to be answered yet, and the world keeps expanding, getting more complex and intriguing.
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