El reino destrozado

Hartley es la primera con la que he querido pasar tiempo sin estar desnudos.

Ser una Royal no significa que mi apellido sea el mismo que el suyo o que viva bajo el mismo techo, o que lleve la placa del Astor Park en la ropa. Solo significa que hay un grupo de gente que me recibe de buena gana y un chico que me quiere. Si puedo aceptar eso, entonces soy una Royal.

—El dinero no va a salvarte esta vez, Royal.

Puede que ahora mismo el resto no exista, pero ella sí.

Algo me toca el hombro y una voz destaca entre el resto. Alzo la cabeza y veo a mi hermanastra mirándome con sus ojos azules llenos de preocupación.

Puede que no sea perfecta para los demás, pero no importa, porque es perfecta para mí.

¿Hart se ha sentido sola? Yo también, joder. Llevo solo desde que murió mi madre. Siento dolor desde que mi familia se dividió en grupos en los que no me incluían.