Me doy cuenta de que éramos muy jóvenes... Apenas poco más que niños, con la crueldad despreocupada de la niñez y la rígida moralidad en blanco y negro, también. No hay grises, cuando eres joven. Solo hay cosas buenas y malas, correctas o incorrectas. Las normas están muy claras, es más moralidad de patio de recreo, con unas líneas éticas, pintadas como si fuera una cancha de baloncesto, con las zonas de tiros libres y las de tres puntos muy bien marcadas.
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