La casa al final de Needless Street

Era un día de verano normal para los Walters. Como era vacaciones, decidieron pasar el día disfrutando de un apacible baño en un lago a la vuelta de Portland con su hija mayor Dee y su hija pequeña Lulu. Lo que se planeó como una divertida actividad en familia, no tardó en convertirse en tragedia con la repentina desaparición de Lulu. Once años después, siguen si saber qué pasó, si Lulu está secuestrada, si la asesinaron o si algún día tendrán noticias de su destino. Pero Dee se niega a seguir con su vida como si aquel trágico suceso nunca hubiera tenido lugar. La única pista con la que contaba la policía en su momento era el nombre de un sospechoso, Ted Bannerman, al que nunca pudieron arrestar por no tener pruebas suficientes para implicarle. Por eso Dee toma la decisión de mudarse a Needless Street y convertirse en la vecina de Ted, para ganarse su confianza y descubrir de una vez por todas si él tuvo algo que ver con la desaparición de su hermana.

Por su parte, Ted es un hombre de mediana edad que lleva una vida de aislamiento. Es tal su nivel de reclusión que incluso ha tapiado las ventanas de su casa, por las que apenas entra un resquicio de luz. En este escenario sofocante pasa los días con su hija pequeña Lauren y su peculiar gata naranja Olivia. Su solitaria y extraña existencia se verá interrumpida con la llegada de Dee, su nueva vecina, quien se mostrará muy interesada en entablar una cordial relación con el habitante de la última casa de Needless Street.

Esta novela está compuesta por capítulos cortos narrados desde diferentes perspectivas. Bajo el prisma de Dee conocemos al detalle qué ocurrió el fatídico día en el que Lulu se evaporó sin dejar rastro, las investigaciones que se produjeron al respecto y cómo afectó aquel horror a su familia. Cuando se mude, sus recuerdos de su hermana pequeña se entremezclaran con las grotescas impresiones que le produce la casa de al lado, con sus tablones de madera en las ventanas, los ruidos siniestros que se escuchan entre sus paredes y su agradable pero extraño inquilino. Dee no sabe a ciencia cierta si el despistado y excéntrico Ted pudo hacerle algo a su hermana, pero no cejará en su empeño en averiguarlo. Quiere justicia y poder pasar página de una vez por todas. Por otro lado, tenemos las voces de Ted y Olivia. Meternos en la cabeza de Ted es darnos cuenta enseguida (por si todavía no había quedado claro) de que algo no anda bien. Sus pensamientos son erráticos, estrafalarios e inconexos. Sus creencias religiosas, fomentadas por su madre fallecida, se entremezclan con la realidad que él percibe y con sus dificultades para relacionarse socialmente debido a su "encierro" voluntario. Vive con su hija Lauren, a quien adora por encima de todo, pero quien tiene que sufrir en su propia carne los desvaríos de su padre. Lauren apenas sale de casa, solo en momentos puntuales bajo la férrea vigilancia de Ted, por lo que su única amiga es Olivia, la gata. A Lauren la conocemos gracias a las descripciones de Olivia y a lo que nos cuenta Ted sobre su hija, ya que la niña apenas tiene un par de capítulos narrados desde su punto de vista. Por último tenemos a Olivia, una gata muy inteligente y casi podría decirse que humana, ya que comprende muy bien las emociones y sentimientos de estos, y que también es religiosa y, además, lesbiana (tiene un crush muy fuerte con otra gata del barrio). Sus capítulos son los más interesantes porque gracias a ella sabemos de manera fidedigna qué sucede dentro de Needless Street. Es verdad que no podemos fiarnos al cien por cien de su palabra, dado que, después de todo, sigue siendo un animal, pero su testimonio es clave para desentrañar esta historia.

Y es que ese es, precisamente, el problema de los narradores: que no son de fiar. Conforme vamos avanzando, nos daremos cuenta de que hay contradicciones, afirmaciones sin sentido, cosas que no encajan y, en definitiva, la sensación de que se cuece algo muy extraño entre sus páginas que no logramos descifrar ni ubicar. Es una novela que pone constantemente en jaque al lector, que nos hace dudar en cada párrafo, que nos obliga a estar atentos al más mínimo detalle para poder desentrañar qué es lo que no concuerda y, asimismo, cuánto de lo que nos están contando los personajes es relevante para descifrar la desaparición de Lulu. Es un libro que una vez que te engancha, no te suelta porque necesitas seguir leyendo para comprobar si tus teorías son correctas, si vas bien encaminado o si te han estado engañando durante todo este tiempo. Como thriller psicológico funciona muy bien y me parece fascinante la habilidad de Ward para crear personajes tan fuera de la norma y, a su vez, tan reales y tangibles, además de su capacidad para jugar también con la mente de sus lectores, poniéndonos la verdad delante de las narices pero tergiversada de tal forma que somos incapaces de darnos cuenta. A todo eso se suma un ritmo ágil, que nos invita a sumergirnos entre sus páginas y a no salir hasta que hayamos desvelado el misterio, un estilo inmersivo, oscuro y sugestivo que lo impregna todo. La ambientación es clave para adentrarnos aún más en esta historia opresiva, asfixiante y turbulenta. El final me pareció shockeante. No importa cuánto te prepares para asumir la realidad porque la realidad es mucho más dura y más impactante de lo que puedas prever. Y lo mejor de todo es que, durante todo este tiempo, las evidencias estuvieron ahí, a la altura de un lector muy perspicaz, y cuando las piezas del rompecabezas encajan por fin, no puedes hacer nada más que quedarte embobado por la forma tan inteligente en la que has sido engañado a plena vista.

Mi primera experiencia leyendo a Catriona Ward ha sido fascinante. La casa al final de Needless Street es una novela increíblemente bien construida y pensada, una pesadilla hecha libro con una atmósfera opresiva y pesada, unos personajes de los que no puedes fiarte, una historia cruel, trágica y espantosa que, una vez la conozcas, no desaparecerá de tu cabeza.
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Este es uno de esos libros que ya con el título y la portada invitan a leerlo si te gusta el género de misterio.

Tenía unas expectativas altísimas con este libro, no se por qué, quizás porque tiene una recomendación directa de Stephen King y eso… siempre tira. ¿Se han cumplido? Pues sí y no. Es un libro extraño, inquietante, escrito de una manera bastante peculiar. Gran parte del libro me mantuvo desconcertada haciendo conjeturas sobre lo que estaba pasando en realidad y alguna de mis teorías no estuvo mal encaminada pero no llegué a unirlo todo porque se me quedaban cabos sueltos.

Empezamos con la desaparición de una niña a la orilla de un lago, el típico de día de verano en el que estos sitios están lleno de padres que huyen de sus calurosas casas buscando un poco de distracción para sus hijos y por qué no, unas horas de descanso para ellos.

Aunque parece que este va a ser el hilo argumental, realmente sirve de escenario en la trastienda, algo que está ahí y que el lector irá intentando encajar con la historia principal.

¿Y cuál es esta historia principal? Bueno pues esto es algo difícil de explicar. Tenemos varios protagonistas Olivia, Ted y Lauren, que nos narrarán en primera persona lo que están viviendo. Además tenemos un narrador adicional que narrará en tercera persona lo que está viviendo un cuarto personaje: Dee. Esta multitud de narradores que a priori puede parecer liosa, es lo que realmente le da ritmo a la historia.

Es una historia dura, de esas que te dejan un poso amargo, con mucho contenido psicológico y muy interesante de analizar. Se ve que la autora se ha documentado muy bien, aunque para entender toda la plenitud del desenlace es conveniente tener una base de psicología.

La parte final, leía en una reseña que descoloca un poco por el cambio de registro y es que parece como si de repente la autora hubiera releído y hubiera dicho ¡ostras que deprimente todo! Vamos a darle unas notas de color. O al menos, esa ha sido mi sensación. La realidad es que algo así no es tan fácil como chasquear los dedos y hacer un “babidibabidibu”, pero bueno.

En definitiva, ¿me ha gustado? Sí. ¿Lo recomiendo? Pues ni sí ni no, creo que no es un libro de esos que puedas decir a todo el mundo ¡Te va a encantar! Eso sí, si te gusta la psicología sin duda es un caso muy interesante.

“ᴍᴀᴛᴀʀ ᴄᴏsᴀs ᴇs ᴅɪғíᴄɪʟ, ᴘᴇʀᴏ
ᴍᴀɴᴛᴇɴᴇʀʟᴀs ᴠɪᴠᴀs ʏ ᴀ sᴀʟᴠᴏ ʟᴏ ᴇs ᴀúɴ ᴍás”.

No sabía lo que me iba a encontrar cuando empecé a
leer este libro que catalogan como del género de
terror, horror, o yo que sé que más cosas. Pero a mi no
me lo ha parecido, es más bien una novela de intriga
psicológica, de suspense, en la que la autora nos va
introduciendo muy hábilmente a través de cuatro
narradores (tres en primera persona y uno en tercera
persona equisciente) a cada cual más peculiar y
complejo.

“¿ᴄᴜáɴᴛᴀs ᴠᴇᴄᴇs sᴇ ᴘᴜᴇᴅᴇ ᴅᴏʙʟᴀʀ ᴀʟɢᴜɪᴇɴ ᴀɴᴛᴇs ᴅᴇ
ʀᴏᴍᴘᴇʀsᴇ ᴘᴀʀᴀ sɪᴇᴍᴘʀᴇ? ʜᴀʏ ǫᴜᴇ ᴛᴇɴᴇʀ ᴄᴜɪᴅᴀᴅᴏ
ᴄᴜᴀɴᴅᴏ sᴇ ᴛʀᴀᴛᴀ ᴄᴏɴ ᴄᴏsᴀs ʀᴏᴛᴀs. ᴀ ᴠᴇᴄᴇs ᴄᴇᴅᴇɴ ʏ
ʀᴏᴍᴘᴇɴ ᴏᴛʀᴀs”.

Está plagada de secretos, omisiones, mentiras…
Miente el narrador, mienten los personajes, pero…
“ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ᴜɴᴀ ᴄᴏsᴀ sᴀʟᴇ ᴀ ʟᴀ ʟᴜᴢ, ᴏᴛʀᴀs ʟᴀ sɪɢᴜᴇɴ.
ʟᴏs sᴇᴄʀᴇᴛᴏs sᴏɴ ᴀsí. ᴠᴀɴ ᴇɴ ʙᴀɴᴅᴀᴅᴀs, ᴄᴏᴍᴏ ʟᴏs
ᴘáᴊᴀʀᴏs.” Así, vamos desenredando la madeja hasta
un final inesperado en el que todo confluye y todo
cobra sentido.

Es habitual que adivine lo que va a pasar en la mayoría
de los textos y esta no ha sido una excepción pero
reconozco que hay muchas cosas que me han
sorprendido y eso es un plus para esta novela que va a
hacer que te estalle la cabeza. El epílogo final lo
explica todo, no se te ocurra leerlo antes de empezar.
La sinopsis la podéis encontrar en cualquier lado así
que no os cuento de que va, descubridlo vosotros
mismos. Leed a Catriona. Yo no pienso perderle la
pista a esta autora.

“ʟᴏs ᴊóᴠᴇɴᴇs ɴᴏᴛᴀɴ ᴇʟ ᴅᴏʟᴏʀ ᴄᴏɴ ɪɴᴛᴇɴsɪᴅᴀᴅ. ᴄʀᴇᴏ
ǫᴜᴇ ᴇs ᴘᴏʀǫᴜᴇ ᴀúɴ ɴᴏ sᴀʙᴇɴ ʟᴏ ᴘʀᴏғᴜɴᴅᴏ ǫᴜᴇ ᴘᴜᴇᴅᴇ
ʟʟᴇɢᴀʀ ᴀ sᴇʀ”.

“ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ ᴇs ᴜɴ ᴇɴsᴀʏᴏ ᴄᴏɴsᴛᴀɴᴛᴇ ᴘᴀʀᴀ ʟᴀ ᴘéʀᴅɪᴅᴀ.
sᴏʟᴏ ʟᴏ sᴀʙᴇɴ ʟᴀs ᴘᴇʀsᴏɴᴀs ɪɴᴛᴇʟɪɢᴇɴᴛᴇs”.

A lo largo del año suele aparecer algún libro que parece haber acertado con la fórmula perfecta para reunir entre sus páginas la admiración de la crítica y el entusiasmo de los lectores. Historias con las que nadie contaba para alzarse con el cotizado galardón de ser Ese libro que todo el mundo debería de estar leyendo, de la novela cuyo boca a boca desborda cualquiera de las expectativas de, en definitiva, la sorpresa literaria en el género del año.
Ese tipo de reconocimientos son ajenos a la propia obra y quizás produzca a la larga una excesiva valoración ante la que pocas historias podrían mantener las expectativas. Uno llega a ellas condicionado por ese entusiasmo y, poco a poco, descubre ciertas hilos sueltos que flaquearían en cualquiera de sus costuras.
Lo que nos encontramos en esta novela, y creo que la mayor baza de la historia es no saber nada de ella, es la presencia de tres personajes que, desde su personal y no fiable punto de vista, nos narran sus vivencias y los hechos que los hacen converger en un mismo punto. Tras ellos hay una historia potente, llena de elementos extraños que desconciertan desde el inicio al lector, de incongruencias, objetos cargados de simbolismo, traumas y recuerdos y toda una serie de enigmas y preguntas por resolver que, con paciencia, encontrarán su debida respuesta.
Y quizás la historia tendría que quedar solo en eso, que no es poco. A lo largo de la novela no dejas de sentir el desconcierto que una obra con ese tipo de narradores se merece. Pero es que, además, conforme se van resolviendo cada uno de esos enigmas, entiendes el entusiasmo y los terribles secretos que se esconden en esta casa, ya que la autora pone su empeño en no dejar ningún de sus cabos sueltos. Además, centra su objetivo en presentarnos unos temas complejos, profundos y cargados de emotividad. Esas historias que permanecen en tu cabeza una vez leídas para generar más de una charla frente a un café.
Entonces, ¿dónde se encuentra el problema?
Pues ese sería otro enigma en realidad, puesto que los ingredientes de esta historia están distribuidos al milímetro para que disfrutes de la novela. Y quizás ese sea el gran problema, junto a las expectativas creadas de antemano. Es complicado tratar de poner en palabras los motivos que me llevan a vagar por sus ultimas cien páginas habiendo perdido por completo el interés en aquello que me cuentan. Eso es terrible, puesto que la magia de este libro se esconde en su desenlace. Haciendo una analogía, cuantos más sustos pongas en una película de terror, menos miedo experimentas. Aquí, por supuesto, ese tipo de efectos escasean, pero la autora se empeña en mostrarnos a cada página una vuelta de tuerca a una historia que, en realidad, termina por restar cualquier impacto ya conseguido, embarrando un resultado que no requería de tantos golpes de efecto. Pero, sobre todo, deshilando por completo lo que había construido en una historia que no resistiría un análisis serio tras conocer el penúltimo giro de su trama.
¿Eso lo convierte en un mal libro? Pues no, es lo que es y lo que cada lector quiere que sea. Una historia divertida hecha para que reflexiones y que te deja momentos de auténtica genialidad. Pero ya está. Cuando uno termina un libro y entiende que no regresará a él en ninguna otra ocasión es porque carece de esa magia que, en este caso, parece mas una ilusión.

Una novela articulada alrededor de la culpa y de la redención. Sus personajes buscan constantemente perdonarse a sí mismos y vivir como pueden. Todos los personajes dentro y fuera de la casa al final de la calle Needless tratan de sobrevivir en un mundo que les es hostil. Catriona Ward construye una narrativa desde el foco de varios personajes, que añaden matices personales y enredan una historia intensa que mantiene el vilo al lector. Entre los ingredientes que la autora utiliza destaca la incertidumbre. En cada rincón y en cada sombra se esconde un secreto que mantendrá en vilo al lector.

La estructura de la trama se fundamenta en el punto de vista de varios personajes, que enfocan el conflicto y situación de un modo muy particular. A través de la sucesión de capítulos, veremos un enigma que se fragua a medida que corren las páginas y los personajes hablan. Uno de los atractivos más destacables de la novela de Catriona Ward es que lo que parecía ser está lejos de ser, y lo que en realidad es anda escondido por la casa, en algún lugar fuera de la vista de un lector que siempre tendrá la sensación de que está a punto de averiguar qué ocurre. de este modo, la autora consigue una atmósfera envolvente en planteamiento y un misterio que va ganando densidad según corren las páginas. Esto se debe a que las únicas pistas para desentrañar este puzzle nos la darán personajes con un testimonio cuestionable como poco. El estado en el que sobreviven estos desdichados personajes hará dudar al lector constantemente acerca de hasta qué punto lo que ocurre es real, y hasta qué punto puede creer en la palabra de los narradores.

A pesar de todo lo anterior, los personajes que viven en La casa al final de Needless Street conseguirán que empaticemos con ellos desde su primera intervención. de construcción pulcra y con una profundidad exquisita, Ward nos propone una novela que se sustenta sobre varios personajes que se ganan por derecho propio un lugar en la novela. Este es otro de los puntos sobre los que se sostiene la trama: el buen desarrollo de personajes es lo que fija la atención del lector, dándole a la autora el tiempo suficiente para desarrollar una trama interesante, a la que dota de varios puntos de giro que nos harán dar un vuelco. La trama principal tiene varios hilos secundarios, uno por cada personaje, y todos discurren hacia un final que responde las cuestiones planteadas durante la novela y que está a la altura de la misma.

A modo de síntesis, Catriona Ward utiliza de forma magistral el recurso de la casa embrujada, dándole un lavado de cara al arquetipo gótico clásico del castillo o la mansión encantada. Una historia que gira más en torno al misterio que hacia el género del terror y con unos personajes redondos. Entre las habitaciones de la casa al final de Needless Street encontraremos secretos, odio, rencor, miedo y sobre todo supervivencia. Cada uno de estos inquilinos buscan la supervivencia y una redención que no parece llegar nunca, siendo el desencadenante de la trama la desaparición de una niña en un lago muy cerca de la casa. Otro de los recursos que explota la autora con gran solvencia es el miedo que sienten los propios personajes. Un terror atávico que va más allá de lo que ocurre dentro de la casa, llegando hacia el pánico de todo lo que pudiera venir del exterior.

Y es que, a veces, no podemos conocer a una persona por sus obras. Tal y como dice la autora: “no se puede conocer a alguien por lo que hace. Se pueden hacer cosas buenas siendo mala persona. Las malas personas pueden hacer algo bueno por casualidad.”

En definitiva, La casa al final de Needless Street es una novela que mantiene el interés del lector y genera tensión e incertidumbre hasta su última página. La autora nos propone una trama que se va desgajando a medida que leemos un capítulo nuevo, proponiéndonos una historia sobre el destino de las personas desamparadas, siendo la trama una pregunta constante sobre si es posible una segunda oportunidad.

Un libro que sin duda merece la pena leer.