El príncipe y la modista

El príncipe y la modista es, sin lugar a dudas, mi mejor lectura de lo que va del año, y no creo que nada la baje de su pedestal.
La trama de esta maravillosa novela gráfica se enfoca en Frances y Sebastian: Él es un príncipe y, como tal, tiene sus responsabilidades; debe conseguir una esposa, desposarse con ella lo más pronto posible y salvaguardar la continuación de la estirpe real. Eso es lo más importante... Para sus padres. Pero lo que él quiere es ser cada noche Lady Cristalia en las calles del glamoroso París. Lady Cristalia nace cuando con la llegada de Frances, una modista con mucho talento, pero ¿quién verá eso si es el gran secreto detrás del gran secreto?
Vivir en la oscuridad para proteger la identidad de Sebastian sería condenar sus sueños y felicidad.
¿Frances estará dispuesta a eso?
Cuando acabé de leer esta novela gráfica me quedó un regusto agridulce en la boca. Desde que conocí a Francés y a Sebastian ambos se robaron mi corazón con su valor, personalidades tan afines, determinación, pasión y sentimientos. Me fue completamente fácil empatizar con ellos y sus deseos de pertenecer, de triunfar y, por sobre todas las cosas, ser amados por quiénes son y cómo son... Con peculiaridades y todo.

Jen Wang logró emocionarme hasta las lágrimas con cada cuadro y lo bien que supo reflejar las emociones de los personajes en cada trazo; desde la alegría, hasta el desasosiego; la confusión y el amor.

Ciertamente las 290 páginas que conforman este libro no son nada; se pasan volando y, al final, sólo querés más.

El príncipe y la modista, o "The prince and the dressmaker" originalmente es una historia maravillosa de descubrimiento, tolerancia y, sobre todo, amor y una oda a todas las formas de amar.

Si amamos con generosidad y todo nuestro corazón; con respeto y bondad, no importa nada más.