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Estamos ante una novela en la el misterio es más relevante que la historia de amor, algo que personalmente suele gustarme más. Aunque, en este caso, no me ha convencido. Sarah se nos presenta como una mujer triste y bastante sola, un personaje que vive en el pasado más que en el presente. al principio nos da la sensación de que está un poco obsesionada por su insistencia con descubrir qué ha pasado con Eddie. Luego tenemos a Eddie, bastante complejo también y siempre rodeado de misterio. Bajo mi punto de vista, esos siete días en los que están juntos y conectan tienen poco lugar en la novela, por eso no comprendía ese amor instantáneo y no me convencía el desencadenante de la trama. La autora va dando pistas de lo que puede estar sucediendo con cuentagotas para aportar misterio y así el lector ir intentando realizar teorías. ¿Por qué Eddie no da señales de vida si prometieron volver a verse? ¿Qué ha sucedido? Sarah no dejará de darle vueltas, convencida de que él no desaparecería sin ningún motivo. Como he dicho, nos va dejando pistas pero, aunque sabemos por dónde va a tirar, es imposible adivinarlo completamente. Sin embargo, la forma en la que se dejan esas migas no me ha gustado, ya que en lugar de guardar un as bajo la manga, la autora pone todas las cartas sobre la mesa para después explicar el significado y eso ha hecho que los giros no me hayan impresionado... |
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