Big fish

Una novela de dimensiones míticas. Un homenaje, en el recuerdo, al padre; un recuerdo transformado, abrillantado para ofrecernos un vaso de agua, un alivio, para hacernos reír.

Me resulta prácticamente imposible separar esta breve novela de la fantástica (fantasiosas son las dos, claro está), auténtico gozoso circo en tres pistas, película de Tim Burton. Es un libro peculiar, por supuesto, y sentido desde el corazón pero ¿es pretencioso o humilde? ¿Es una novela o una relación de sketches? ¿Por qué comienzan esas Tomas de modo tan prometedor y van desinflándose (como la vida misma)? ¿Es tal vez un delicioso libro de culto y soy yo un insalvable cínico?

No me hagáis mucho caso, como siempre debiérais: detesto los capítulos tan breves, y los que son más largos se me hacen, aquí, demasiado largos. le reconozco una buena imaginería, en especial todo lo relacionado con el agua, y con la lentitud y las pequeñas poblaciones. Me conmueve el sentimiento de búsqueda e invención de la figura paterna, y ese sutil aroma de nostalgia, y esos más o menos logrados chistes: ¿Pinocho?

"Miré a aquel anciano, aquel anciano con los viejos pies sumergidos en la corriente de aguas claras, en esos momentos que se contaban entre los últimos de su vida, y de pronto lo vi, sencillamente, como si fuera un muchacho, un niño, un joven, con toda la vida por delante, tal como la tenía yo. Nunca lo había visto así. Y todas esas imágenes… el hoy y el ayer de mi padre… convergieron, y en ese instante se convirtió en una criatura extraña, fantástica, joven y vieja a la vez, moribunda y recién nacida.
Mi padre se convirtió en un mito."

"Qué más da; la historia se transforma continuamente. Igual que las demás historias. Como, desde el principio, ninguna es cierta, los recuerdos de los habitantes del pueblo adquieren un tinte peculiar; por la mañana hablan con voz segura cuando, quizá, la noche de la víspera hayan recordado algo más que nunca sucedió, una historia suficientemente interesante como para compartirla con los demás, una nueva tergiversación de los hechos, dentro de esa mentira que se va tejiendo día a día."

"No era general, ni capitán, ni oficial de ninguna graduación. No era el médico, no era el poeta, no era el cínico, no era el amante y tampoco era el radiotelegrafista. Era lo que tenía que ser: un marinero."

No sé si llegar a esta lectura con las expectativas altas al haber disfrutado mucho con la película de Tim Burton ha podido influir para que la novela no me haya parecido tan brillante como esperaba.

El libro tiene cosas muy buenas:
me han gustado los toques de humor que salpican los diálogos (grande Pinocho), las conversaciones-despedida entre el padre y el hijo son muy emotivas y el capítulo final es ❤, pero algunos de los relatos fantasiosos en los que se mitifica al padre me han dejado un poco frío y mi curva de interés ha ido de más a menos. Por una cosa o por otra al final el pez gordo se me ha quedado más pezqueñín de lo que aparentaba.

En cualquier caso, estoy contento por haberlo leído en la sala Libro de Cine del Club Literario Atreyu porque en buena compañía todo es mejor. ¡Seguiré nadando con ellos! 📚🐟

Hoy os traigo un viaje por una historia muy especial para mí, ya que se trata de la novela de la que surgió la adaptación cinematográfica de la que es mi película preferida “Big Fish”. El libro se titula “Un pez gordo. Una novela de dimensiones míticas” de Daniel Wallace. El protagonista de esta historia es Edward Bloom, un hombre que se encuentra en el final de sus días y que ha vivido una vida con tintes de cuento y fantasía. Vida que su hijo se encarga de narrarnos.

El autor consigue emocionarnos con la vida de este gran hombre, un hombre inquieto que se convirtió en un mito, querido por todos. No pasaba mucho tiempo en casa con su familia, pero el poco tiempo que pasaba lo invertía bien, ganándose el amor de su hijo, al que siempre le estaba contando cuentos y chistes. Realmente, se ganaba el amor de todos aquellos con los que se cruzaba (salvo alguna excepción, como sería el antiguo prometido de la que sería su mujer).

Un libro sobre la relación de un padre y su hijo, sobre la muerte, pero, sobre todo, sobre la vida. No es exactamente igual que la película de Tim Burton, la que añade muchas cosas y también obvia o cambia otras, pero ambas comparten su esencia. Una más burtionana, claro está. Lo que a mí me maravilla. Si tuviese que elegir, me quedaba con la película, pero porque lleva años formando parte de mí.

Un libro precioso lleno de fantasía, muy tierno y cargado de un humor muy inteligente, que conocí a raíz de la película de Tim Burton (que os recomiendo muchísimo). Es la historia de cómo un hijo intenta desentrañar y descubrir la verdad entre los mitos que cuenta su padre sobre su azarosa vida, los cuales nos son narrados en forma de pequeños relatos intercalados con la historia principal. En el fondo de la trama se esconde un drama familiar y personal en el que se nos descubre a dos personas unidas por lazos de sangre que intentan darse una última oportunidad para conocerse realmente, pero de una forma diferente y fresca, que hace volar nuestra imaginación y nos reconcilia con ese niño/a que fuimos y que pensaba que todo era posible, hasta la historia más fantástica.
Me ha encantado el personaje de Edward, soñador y cómico hasta en los peores momentos, quien se ríe de todo y de todos, incluso de sí mismo, y sabe exprimir el jugo de la vida y extraerle lo que realmente importa.
Siempre me han fascinado las historias de fantasía y, aunque debo confesar, muy a mi pesar, que me gustó más la película, no puedo negar que disfruto mucho leyendo este tipo de libros, y con este no he dejado de hacerlo.
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