Rumbo a la noche

Pasan los años y Alberto Vázquez-Figueroa sigue causando en mi una especie de embrujo que provoca que me compre todos los libros que va publicando (y los lea), aunque últimamente el embrujo se está viendo mermando por mi satisfacción al acabar las lecturas. Quizás sean los efluvios de anteriores lecturas los que hagan que mi exigencia con el autor sea mayor para obtener la misma sensación que obtenía, pues han sido muchas las horas de entretenimiento y de descubrimiento que hemos compartido a lo largo de los años y eso haga que las últimas me sepan a poco.

¿Es Rumbo a la noche una de las novelas de Alberto Vázquez-Figueroa que serán recordadas con el paso de los años? No lo creo, a no ser que tengamos que recordar lo que explicaba en ella, pues como siempre el autor nos propone diversas cosas para mejorar el mundo en que vivimos. Y digo que no lo creo porqué si bien la novela es entretenida creo que el conjunto está un tanto descentrado. Normalmente el canario nos proponía un problema y las aventuras transcurrían dando vueltas al concepto. En Rumbo a la noche ese concepto queda un tanto diluido al principio, casi pasando desapercibido, para coger un poco más de interés a la mitad de la novela y culminar en la parte final, pero sin ser tan incisivo como antes lo era.
Además, no entiendo la contraportada de la novela en contraposición con la sinopsis que la editorial publica por otro lado. ¿No sería más lógico poner la sinopsis en la contraportada? Os lo explico de otra manera. Yo me compré el libro por ser quién era quién lo escribía y animado por la sinopsis. Si no hubiera leído la sinopsis y solo conociera la contraportada, quizás el embrujo se hubiera roto.

«Las cosas son prácticamente imposibles hasta que alguien demuestra que son posibles, y suele ser en la búsqueda de esa posibilidad en la que nadie creía, en la que se forjan las grandes fortunas».

No sé vosotros, pero yo noto cada vez más cabreado al autor con el mundo, con lo que ve, con lo que pasa, con que nadie le haga caso y digo esto porque lo noto en su escritura. Antes centraba mucho más los temas. Ahora página sí, página no, encontraréis una queja, una bofetada, un bufido a ese mundo que no va en sintonía con él. ¿Y eso está mal? No, al contrario. El autor se moja de pleno, pero creo que rompe un poco el ritmo de la narración y nos llena la cabeza de miles de cosas para reflexionar y descentrando el tema.

«Y a estas alturas de la vida ya no busco amasar una nueva fortuna pero sí participar en una aventura apasionante».

Pero leer a Alberto Vázquez-Figueroa siempre nos hace aprender cosas nuevas y por ello merece la pena hacerlo. Me ha resultado especialmente llamativo el concepto Mafia de fuego: organizaciones que acumulan neumáticos usados para que les paguen por destruirlos, contaminan ríos para que les paguen por limpiarlos y provocan incendios forestales para que les paguen por apagarlos...

Y lo que más me ha fascinado es que una novela que se publica el 1 de febrero pueda hablar de la victoria de Donald Trump en las recientes elecciones en USA y además que esté integrado en la historia. Eso quiere decir que Alberto Vázquez-Figueroa estuve escribiendo hasta el último momento y que en la imprenta sacaron uno.


He leído en una entrevista al autor que ya está escribiendo una segunda parte de la novela en la que quizás el tema principal tenga un poco más de recorrido.
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Espero que estéis preparados para una novela que nos atrapa en el tiempo, Rumbo a la noche es el último título de Alberto Vázquez-Figueroa publicado por B de Bolsillo, autor de novelas como “Coltan”, “Kalashnikov”, “Centauros”, “Vivos y muertos”, “El mar de jade” y “Hambre” todas ellas publicadas por Ediciones B.

En esta ocasión viviremos en la piel de Caribel, una prostituta de lujo, inteligente, fría, con el corazón blindado y con un enorme talento para los números, su posición en “El convento” un exclusivo club donde no falta restaurante con estrellas Michelin, su propio casino y las mujeres más bellas y seductoras que podáis imaginar, se lo otorga su belleza y discreción, solo atiende a quien ella quiere y por el precio que ella pone.

Una noche oye un ruido seco en la habitación contigua y cuando va a mirar se encuentra el cadáver de una compañera y por miedo a perder su trabajo calla, pero este hecho le acarrea un gran peso de conciencia y junto a su vecino Jonathan, un personaje que realmente vale la pena conocer empiezan a estirar del hilo, dado que ese asesinato pasional ha puesto en marcha un engranaje donde cubrir secretos llevará a más de uno a la tumba.

Mientras, en su faceta de prostituta acompañará a Don Arturo Fizcarrald, un hombre que lo tiene todo incluyendo una mujer insufrible y una hija penosa, a un viaje a Panamá donde empezará a atar cabos sobre su proyecto y como en el fondo no es mal hombre le explica el caso y juntos deciden ayudarse mutuamente aunque ello conlleve cambios en su relación personal.

Una trama que se entreteje en las altas esferas y con hombres capaces de confesarse a la mujer que pagando les escucha y les da una alegría, aunque la fuerza de la trama recae en la honestidad de Caribel y su inteligencia, en su manera de manejar los hilos de los demás y en el hecho de regirse por su propio código y “El manual de señoritas de compañía” cuyos consejos comparte con el lector mostrando un mundo sórdido entre sabanas y dinero.

Una trama sólida y bien construida, con un tempo marcado por el calendario y una prosa donde la ironía, la vulgaridad y los tecnicismos se combinan creando un perfume exótico.

Cabe recalcar que en la novela y su trama final da un giro al ser elegido Trump presidente, detonante que acelera muchos planes y que crea un futuro donde el trabajo horizontal se transformará el vertical.

Una historia que terminará como bien se describen los protagonistas con un fullero retirado y una meretriz en declive frente a un gran negocio frente a muchos necios.

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Voy a hacer una reseña negativa de este libro pero voy a intentar argumentarla bien.

Para empezar la portada y la sinopsis da a esperar otra cosa totalmente diferente de la historia.
En la escritura se mezcla la primera y la tercera persona lo que ya hace muy confusa seguir la historia.
El libro tiene datos muy interesantes y reflexiones muy bien argumentadas, incluso datos actualizados como Donald Trump y las elecciones, el problema es que la información la da sin tener un contexto preparado, como si el autor la quisiera meter a la fuerza en el libro y no pegue con la historia, lo que hace aún más engorrosa la lectura.
El Convento, es un prostíbulo desde donde gira la historia, ahí trabajan prostitutas de alto nivel con carreras y estudios superiores a la media, que deciden meterse al oficio por elección propia para ganar dinero rápido. Para tener tantos estudios los diálogos no me parecieron demasiado bien argumentados, parecían un desvío constante de conversación.
La historia gira en torno a un asesinato de una prostituta, un misterioso incendio y un negocio entre manos.
Para resolver el misterio del asesinato pasan demasiados sucesos, demasiado rápidos y muy diversos, lo que cuesta muchísimo seguirle el ritmo y no tenían una base sólida.

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