Las reputaciones

He dudado entre 3 y media y cuatro estrellas, pero como creo que, aunque interesante, no es un libro que recordaré dentro de cinco años, me he inclinado por la nota más baja de las dos.
Lo que más me ha gustado es lo cuidadas que están las frases y las palabras, y el estilo, la forma como introduce las descripciones en cualquier parte del párrafo o incluso de la frase.
Luego en cuanto a la trama en sí, no sé, no está mal ni bien, si te interesa reflexionar sobre el poder de los medios de comunicación, el concepto de "reputación" tanto del punto de vista personal como profesional, entonces sí, te lo recomiendo mucho, si ese tema ni fu ni fa, pues mejor coge otro libro.
El final a mí me ha dejado un poco fría, pero claro, o se acababa así o la novela hubiera durado 100 páginas más...
LO MEJOR: Las descripciones inesperadas
LO PEOR: El final que no es final
¿PARA QUIEN? : Para los que tengan ganas de debatir sobre la reputación y los medios.

Las reputaciones es un libro varias veces premiado y el libro aporta luces sobre temáticas importantes : la ética y el poder.

El protagonista, Javier Mallarino, es un connotado y temido caricaturista político. Vásquez se inspira del personaje real que fue Ricardo Rendón, un famoso caricaturista bogotano de los años 30, una autoridad moral para la mitad del país y el enemigo público para la otra mitad, y para todos un hombre capaz de causar la revocación de una ley, trastornar el fallo de un magistrado, tumbar a un alcalde o amenazar gravemente la estabilidad de un ministerio, y eso con las únicas armas del papel y la tinta china. Un hombre que se suicidó con arma de fuego en 1931 a los 37 años, sin dejar explicaciones.

Las reputaciones es una novela íntima con excelente escritura, una novela de reflexión sobre lo que es una reputación, esa aura, esa impresión que tienen los otros sobre nosotros via la reputación que se nos ha hecho, una imagen pública vulnerable.

Durante 40 años Ricardo Mallarino proveerá una caricatura diaria al periódico, ganando fama, pero haciéndose también de enconados enemigos, destruyendo reputaciones a veces sin quererlo y al mismo tiempo, guardándose de ofrecer ninguna arista para el contraataque que vuelve como un boomerang. Vulnerar la reputación de alguien requiere tener una reputación propia impecable.

El libro se divide en tres partes. En la primera parte encontramos a un Ricardo Mallarino en el cénit de su reputación , cuando se le rinde un homenaje a todo lo grande y se le pone cara a cara con la fama de su larga trayectoria. En la segunda parte aparece una mujer joven que le echa en cara un pasado viejo de 28 años cuando sucedió, en casa de Mallarino, un incidente bochornoso entre una víctima del caricaturista y esta mujer, otrora de apenas 7 años. La tercera y última parte, obliga a Mallarino a reconsiderar su oficio y todos sus grandes logros profesionales porque hacen 28 años emitió una crítica con un dibujo explícito, que incitó a la víctima al suicidio. Pudo haberse equivocado, o quizás fue por ignorancia y opinar sobre lo que se ignora es vileza.

Hay que saber que cuando un personaje de la calaña de Mallarino muestra cierta vulnerabilidad, es decir que toda la jauría se le vendrá encima y no quedarán ni las cenizas del caricaturista.

En este libro se desarrolla claramente el papel importante que juega la memoria en los hechos del pasado; y la caricatura no es sólo humor, también es sorna, puede ser disimulo y sobre todo, fabrica opiniones en el lectorado. Y la verdad puede herir.

El gran poder de Mallarino era tener entre sus manos la reputación de los otros, pero al mismo tiempo la suya propia que no admitía ninguna flaqueza.

Hay una gran tensión en esta novela, al mismo tiempo que la lectura obliga a cuestionarse sobre la exactitud de la memoria, las publicaciones de la prensa a veces descaradas, la posibilidad de calumnia, el rol de los periodistas, la verdad de las mentiras, etc.

Lectura interesante, lectura de actualidad.
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