La cita

Aunque todos los temas que trata este libro me parecen necesarios, y me parece valiente por parte de la autora tratar tantas cosas controvertidas, no me ha gustado el cómo lo trata.

Por un lado, me ha impactado que hable de tantos y tantos temas en poco menos de 140 páginas. Me parece que quizá debería haber dejado algo para otro libro o extenderse más, porque Holocausto, religión, amor romántico, maltrato infantil, racismo, machismo, homofobia, género, sexo, transfobia… me parece una cantidad ingente de temas importantes e interesantes como para tratarlos en un libro tan corto. Me ha dado la sensación de que se condensaban tanto que se les restaba importancia de esta manera, y me han dado ganas de leer más sobre cada uno de ellos.

Por otro lado, me ha gustado la ironía y el humor de la autora, y este ha sido para mí el punto fuerte del libro. No obstante, me ha parecido que abusaba de imágenes sexuales explícitas, lo cual para algunos pueda resultar subversivo, pero para mí solo ha terminado siendo desagradable. Que todos y cada uno de los puntos que trata el monólogo terminen de alguna manera con alguna situación sexual, alguna descripción o comentario sobre el sexo, me ha parecido pesado y sobrante.

Que trate temas como la transexualidad, el amor por el propio cuerpo o los roles de género me ha gustado, pero al tratarse los temas de esta manera que describo, no me han hecho disfrutar de la lectura. Hay muchas frases y reflexiones para enmarcar, eso sí.

"La cita" es un monólogo empapado de humor negro en el que una mujer alemana le cuenta en la consulta médica a su doctor una sarta de pensamientos y divagaciones, una de ellas es la obsesión que tiene sobre el personaje de Hitler.
Katharina Volckmer se estrena en el panorama literario con "La cita", un monólogo en clave de humor negro y a veces, lo que podríamos llamar políticamente incorrecto.

"La cita" comienza directamente y sin preámbulos en la consulta de un doctor. Su paciente es la narradora de esta historia, de la que nunca sabremos su nombre. En un principio, la narración podría inducir a que pensemos que la especialidad del doctor es la psicología, ya que la protagonista se desahoga en un batiburrillo de ideas, conceptos y sentimientos, contados de forma casi hilarante. Pero el doctor no es psicólogo, nada más alejado de la realidad, ya que como dice la narradora alguna que otra vez, lo único que puede ver del doctor es la cabeza, con este dato podréis haceros una idea de su especialidad.

"La cita" está narrado con un lenguaje descarado, con referencias políticamente incorrectas y sin pelos en la lengua.

En este monólogo en el que el doctor no se manifiesta en ningún momento, la narradora habla del placer sexual, de los sueños eróticos y de los juguetes sexuales. Según ella, tiene una gran obsesión con Hitler y es habitual que tenga extraños sueños con él, ridiculizando su figura y su sexualidad.

A lo largo de sus ciento cuarenta y dos páginas, y siempre en tono de humor, se tratan temas muy serios como puede ser la identidad sexual. La narradora expone sus inquietudes acerca de este tema. Que la persona se sienta feliz y en consonancia con su sexo y su aspecto, la infelicidad que puede causar en una persona encerrada en un cuerpo erróneo, los prejuicios sociales dirigidos hacia ellos y la lucha por la aceptación e integración social.

Recapitula ideas acerca del amor. del amor y la posesión. Aquí se centra en la labor de la mujer en el matrimonio, cuando se siente oprimida por el patriarcado y sin posibilidad de progresar como persona.

La religión también se lleva un buen repaso en este monólogo. Y la iglesia como entidad. Todo regado con un sentido del humor a ratos negro y a ratos amarillo.

La familia, y más en concreto la figura materna es objeto de la mirada de la narradora. Aquí dedica un buen merecido puñado de párrafos en los que saca a colación tanto el amor que le pudiera tener a su madre, como la aversión. Estamos ante un libro repleto de deseos acallados, odios nunca expresados y repulsiones hacia la propia sexualidad.

"La cita" es un libro ideal para aquellos que les guste la crítica social con una mezcla de humor satírico y distintas vertientes. Una historia en la que el epicentro es la identidad sexual, todo contado sin pelos en la lengua, y con un tono descarado y directo.


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Sin ninguna duda esta es una novela muy poco convencional que esconde una historia en forma de monólogo análogo al de “El lamento de Portnoy” de Philip Roth. “La cita” es la historia narrada en primera persona de una mujer alemana inconformista, rebelde que con valentía, rabia e intrepidez denuncia, durante su cita con un médico, todo aquello que siente que está lastrando su vida, toda su herencia cultural, social, todo aquello que supuestamente la define, desde el territorio en el que ha nacido y lo que fueron e hicieron los que la precedieron, hasta ese género que encasilla su identidad, sin margen para poder construirse así misma desde la diferencia, esa diferencia que también tratan todos de etiquetar.
“La cita”, subtitulada “La historia de una polla judía” está escrita en inglés y publicada en primer lugar en Inglaterra, porque la autora alemana, Katharina Volckmer, piensa que escribirla en alemán e intentar publicarla en Alemania en primer lugar, le hubiera resultado mucho más arduo y complejo, al centrarse en la idea de que la sociedad alemana aún no ha logrado superar el pasado, el holocausto judío de la Segunda Guerra Mundial, ni logrará hacerlo jamás. A lo sumo tendrá que aprender a vivir con ello.
Hay quien ve humor negro, sátira, hipercomicidad, inventiva despiadada o ingenio hipnótico en esta dura y vehemente novela con la que la alemana Katharina Volckmer debuta en el mundo literario para dinamitar temas como el nacionalismo, el racismo, la religión, el holocausto, la homofobia, la transfobia, el machismo, la identidad, el amor romántico… Temas todos ellos entremezclados con fantasías sexuales provocadoras y en el fondo muy metafóricas.
Lo que está claro es que por muy irreverente y mordaz que se nos antoje, “La cita” posee un magnífico tono lírico y polémico que arremete con furia contra el sistema capitalista y patriarcal, en definitiva, tan restrictivo y violento, que lo implica todo, lo económico, lo social, lo religioso, lo sexual… e incita a la reflexión.
Debería ser, sin ninguna duda, una lectura ineludible para todos, nos provoque lo que nos provoque.
Todo mi agradecimiento a la editorial Anagrama y a Babelio por proponerme la lectura de esta impresionante obra.
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Una persona alemana hace un monólogo mientras está en una consulta médica. Su doctor es judío y le está haciendo una exploración entre las piernas.

A modo de diarrea verbal, habla de todo lo que le pasa por la cabeza: fantasías sexuales, identidad de género, desigualdad, el Holocausto o la posterior reconciliación. Todo el monólogo sale de las entrañas de una persona, lo suelta sin tapujos ni pelos en la lengua, todo bañado por un exquisito humor negro.

Es un libro corto, 140 páginas, que creo que hay que leer de una sola atacada, porque carece de historia, es solo la reflexión de una persona. Si se deja y se retoma, es fácil perder el hilo.

Los temas que trata son todos interesantes y es un libro plagado de frases para subrayar. Sin embargo, el que carezca de una historia hizo que por momentos me resultara pesado y repetitivo.

Una joven alemana residente en Londres acude a la consulta de su médico, el doctor Seligman. Durante la visita empieza a hablar y sigue hablando y no para de hablar... El resultado es un torrencial monólogo en el que la chica habla sin tapujos mientras el médico la examina y ella ve tan solo la parte superior de su cabeza.

En "La cita" la escritora retrata a una joven que realiza un mordaz ajuste de cuentas con la herencia recibida, con su género y consigo misma, y al hacerlo logra un texto de lectura trepidante, de un humor subversivo y muy negro, que no deja a nadie indiferente.

Sencillo, fácil de leer, original, vamos que yo he conocido personas así, que empiezan a hablarte de todo tipo de cosas y una se pregunta: ¿y tú quién eres? jajajaja.
Un debut sin pelos en la lengua, que provoca la carcajada a la vez que incomoda por su tono vehemente y visceral.