En la calle Mayor

May, Leo y su padre, como cualquier otro día, acuden al parque a jugar, pero esta vez será diferente, nadie dará crédito a lo que más tarde cuente nuestra protagonista. May ve aparecer en mitad del parque una puerta roja por la que, a pesar de las negativas para que lo haga, su padre cruza. Desaparece sin dejar rastro.

Ella no puede creer lo que ha ocurrido, aunque lo peor es que nadie se fía de sus palabras. Ni siquiera su madre le da la opción de la duda. Todos piensan que su exceso de fantasía ha dado pie a una historia que está más cerca del abandono de un padre.

Por ese motivo May deja de hablar, solo lo hace con su hermano Leo. No habla apenas con sus compañeros de clase, pues la mayoría se burlan de ella. Ni con su odiosa profesora. Y lo que es peor, la relación que tenía con su madre se ha esfumado como un día lo hizo su padre. No se hablan, ni se tocan, ni siquiera se miran. May solo invierte sus pocas palabras en el cuidado de su hermano Leo, del que cada vez se tiene que encargar más pues su madre se pasa el día trabajando. Aunque sí que dirigirá muchos de sus pensamientos a su padre, al que escribe todos los días para contarle cómo está la situación desde que él se fue.

Sin embargo un día las cosas cambian. Ana, la madre de los niños, entra por impulso a la librería del barrio y compra el precioso libro dorado que hay en el escaparate. Un libro sobre ángeles. May no se lo puede creer cuando lo ve, ella adora los libros (igual que lo hacía su padre), además su madre no tenía un detalle así desde hace mucho tiempo. Por primera vez ese día los ángeles parecen hacer de las suyas, porque May y su madre vuelven a cruzar sus miradas. Unas miradas que habían desaparecido mucho tiempo atrás.

La ilusión y la magia de este cuento radica precisamente en ese libro sobre ángeles del que May no se desprende. Pues los ángeles permiten crear ilusiones, tener sueños que cumplir. Generan una ilusión tan poderosa, que ésta acabará extendiéndose por toda la Calle Mayor y sus peculiares habitantes.

"Un libro se coge con el corazón, con la intuición, con el impulso y la ilusión. Con el aleteo de las mariposas. No eliges un libro con la razón, y menos aún por obligación"

A pesar de que "En la calle mayor" es una historia cortita, creo que Virginia con sus peculiares personajes, que son unos cuantos, y las vivencias de estos, transmite muchas cosas bonitas. Habla de la importancia que tiene la literatura en nuestras vidas, de cómo a las personas buenas al final les acaban ocurriendo cosas buenas, o de la necesidad de tener a alguien con el que compartir cariño. Pero especialmente se centra en la emoción que genera la ilusión y en cómo ese pensamiento rápido que pasa por nuestra cabeza a modo de deseo, a través de la magia, puede convertirse en realidad. Porque sí, los ángeles son sabios y saben perfectamente lo que queremos aunque no lo pidamos.

Os animo a leer este cuento que desprende magia y ternura, y que nos traslada directamente a nuestra infancia animándonos a probar suerte con los ángeles.

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