Yo soy Maria Callas

El 25 de mayo de 1970, Maria Callas, acudió a los servicios de urgencias, tras un intento de suicidio mediante una sobredosis de barbitúricos. El cóctel de somníferos para dormir y las pastillas para amanecer en paz le estaban pasando factura a una de las mayores figuras de del bel canto universal, a «La Divina» .

Nacida en Nueva York, en 1923, Maria Anna Cecilia Sofia Kalogeropoúlou padeció desde niña la tiránica relación con una madre cruel y egoísta, que la presionaba y que la comparaba, constantemente, con su otra hija, calificándola de «gorda», poco agraciada y destacando que su único interés radicaba en su voz, de la que aspiraba a vivir holgadamente. 

María era entonces una joven corpulenta que se propuso adelgazar para colarse en la piel de la atormentada Medea, que interpretaría en La Scala. Llegó a perder más de treinta kilos. Y se había convertido en otra mujer, en una imagen irreconocible en el espejo.

Su matrimonio con Gionavi Battista Meneghini se terminó a finales de los cincuenta porque la diva había sucumbido al mayor de los venenos. El amor tormentoso y absorbente de Aristóteles Onassis trajo consigo que Maria se apartara de los escenarios, dejará los ensayos y, a su regreso, se encontrará con una voz que no parecía la suya.

El 3 de noviembre de 1959, Maria Callas dejó a su marido Giovanni Battista Meneghini por el magnate naviero griego Aristóteles Onassis, un idilio que la prensa de la época difundió con deleite. Esta tortuosa relación sentimental se convertiría en una «tragedia griega». La soprano se retiró durante un breve tiempo mientras duraba su relación con Onassis, y a su regreso (por falta de práctica y excesiva vida social) a nadie se le escapó que su voz había perdido fuerza y evidenciaba los signos de decadencia que ya se habían advertido años antes.

La noche de la última representación de Norma, su debilidad y desasosiego eran tales que, tras un duelo histórico, Maria se desploma en cuanto el telón desciende. Se acerca el principio del fin.

El 20 de octubre de 1968 llega el desgarro definitivo con el abandono de Onassis, que contrae matrimonio con Jacqueline Kennedy, viuda John Fitzgerald Kennedy. Maria nunca pudo superar esta traición, a pesar de que él, tras el fracaso de su matrimonio, acudiría en su búsqueda en varias ocasiones.

Aunque hizo verdaderos esfuerzos por resurgir, instalándose en París, finalmente condenada a la más desoladora soledad, allí la encuentra la muerte a los 53 años, en su apartamento  de la Avenue Georges Mandel 36. María ya era eterna.

En Callas. Yo soy María (2021), a través de las imágenes y palabras de Vanna Vinci, la propia María nos muestra su lucha, el rosario de éxitos y fracasos, la tragedia del amor y las luces y las sombras de una mujer inmortal.
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