“ no soy un profesor ni un erudito, pero he vivido entre libros y me gusta compartir hallazgos “ Juan Villoro escribe este monólogo para ser interpretado, aunque como literatura no requiere interpretación, con todo lo poético que puede ser su prosa , nos lleva de la mano, por un viaje a través de la vida del orador quien al perder los papeles, literalmente, debe improvisar. Luego entonces; una conferencia que tal vez debería abarcar un tema impersonal, se convierte en una confesión, sobre la lluvia, el amor, la lluvia de amores y su relación con la literatura, ( y las mujeres ) que pasa de una lluvia que no moja a un torrente de referencias, que clarifican su vida privada, que amplían al escucha su visión del mundo desde su reducto de bibliotecario, desde su necesidad de empaparse de amor, y el simple hecho de solo haberlo recibido a cuentagotas, Fundamentos que atrapan, invitan , concitan, al lector o auditorio, Auditorio que, al final, no necesita ninguno de estos argumentos, Final curiosamente sorprendente para una clase de literatura, o actuación, que no necesitan la sorpresa Hasta en eso atrapa Villoro. |