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Crítica de crucedecaminos


crucedecaminos
28 May 2018
La playa de los ahogados es considerada por sus conocedores como el lugar donde aparecen los que han muerto en un naufragio y no han sido encontrados. al cabo del tiempo sus cuerpos aparecen allí, es como la playa donde la ballenas van a morir.

Esa “leyenda” es la que aprovecha Domingo Villar para dibujar la segunda novela protagonizada por el inspector Leo Caldas y su sombra Rafael Estévez.

Nunca me ha gustado mucho hablar de los argumentos, ni de las tramas, y tampoco lo voy a hacer ahora, pero sí quiero comentar que me fascina la manera de formar el puzzle literario que tiene Domingo Villar. Casi siempre empieza con mucha calma, con un ritmo pausado, casi lento, con pocas pistas, y poco a poco todo se va acelerando, para llegar al cenit en las últimas páginas. La playa de los ahogados no os dejará de sorprender. Vuestra cabeza irá de un sitio a otro intentando buscar al posible culpable (si lo ahí).

En la novela también estará muy presenta la superstición, tan arraigada en las tierras gallegas, que ara dudar a más de uno, y que otros podrían aprovechar para ejecutar sus más truculentos planes.

Domingo Villar sigue dedicando muchas páginas a describir las comidas, pero de una forma muy amena que te hace casi relamer y más si has estado en Galicia.

Si que he notado que el humor de la primera no ha sido tan vivo en esta segunda. Quizás al existir más subtramas en la novela no ha tenido tanta cabida, pero lo invito a seguir haciéndonos reír, sobre todo con Estévez.

En la reseña Ojos de agua, la primera novela donde sale Leo Caldas, comenté que de tan corta que era no dio tiempo a profundizar en los personajes. En ésta si que podemos disfrutar de ellos.
Leo me ha recordado al Wallander de Mankel cuando se relaciona con su padre. El autor le ha querido dar un transfondo que utiliza de elemento transversal de la historia. También flota la imagen de Alba y ese quiero y no puedo, pues Leo es el típico inspector solitario, pero con un corazoncito que, de vez en cuando, da un latido de más. Estoy convencido que en las próximas entregas el personaje de Alba será de mucha importancia y espero que no me haga recordar al Montalbano de Camilleri.
Un pequeño capítulo en el tema de los personajes sería para Rafael, el “mañico”, que al parecer tiene un ligue entre manos y en cierta manera lo amansará un poco, aunque no os fiéis, pues es de mano rápido.

Por poner un pero, creo que el tema radio se ha alargado mucho y como lector me gustaría que se peleara con el director del programa y lo dejara de una vez, aunque entiendo que es el toque personal y diferenciador que puede tener Leo en relación a otros inspectores. Pero pensándolo mejor y viendo los derroteros que ha tomado esta segunda entrega, Leo Caldas y su compañero Estévez ya está sobradamente dibujados para necesitar de la radio.

Y para acabar decir que, a quién le guste el mar, a quién le guste Galicia, sus paisajes, sus aromas, sus personas, y la novela policiaca, les diría que es una novela que no deben dejar escapar. Mientras lees tienes una agradable sensación de viento azotándote la cara, de brisa del mar que te llena los pulmones, de calma, paz, tranquilidad, y todo ello envuelto en una investigación policial.
Enlace: http://crucesdecaminos.blogs..
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