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ISBN : 8417624279
712 páginas
Editorial: Ediciones Siruela (06/03/2019)

Calificación promedio : 4.3/5 (sobre 98 calificaciones)
Resumen:
UN NUEVO CASO PARA EL INSPECTOR LEO CALDAS.

La hija del doctor Andrade vive en una casa pintada de azul, en un lugar donde las playas de olas mansas contrastan con el bullicio de la otra orilla. Allí las mariscadoras rastrillan la arena, los marineros lanzan sus aparejos al agua y quienes van a trabajar a la ciudad esperan en el muelle la llegada del barco que cruza cada media hora la ría de Vigo.

Una mañana de otoño, mientras la costa ... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (35) Ver más Añadir una crítica
Bookworm
 13 February 2020
Casi diez años ha habido que esperar para que la nueva novela de Domingo Villar viera la luz, diez años esperando un nuevo caso de Leo Caldas y diez años prometiéndole a mi padre que se la regalaría para el día del padre y ¡por fin este año he cumplido! Ahora solo espero que le guste tanto como a mí, aunque sé que él no es de lecturas tan extensas, pero bueno...

Aunque en marzo de 2013 se había anunciado con el título "Cruces de piedra" la publicación de esta novela, el autor no estaba muy convencido con el resultado y prefirió reescribirla hasta estar satisfecho con su trabajo. Si él no estaba convencido... ¿lo iban a estar los lectores? Es muy cierto eso de que para gustar a los demás hay que empezar por gustarse uno mismo, pues con el trabajo (independientemente del que sea) pasa lo mismo. Se dice por aquí "que las cosas bien hechas bien parecen" y Villar se ha aplicado el dicho popular sin dudar, sin preocuparse de si tardaría más o menos y desde luego trabajar sin compromisos de fechas supongo que le habrá dado más libertad para entregar un trabajo con el que estaba satisfecho al cien por cien y ese no es otro que "El último barco", una novela de más de setecientas páginas por la que, en mi opinión, ha valido la pena esperar.

Para los que no hayáis leído ninguna de las novelas previas, os diré que esta serie comenzó con la publicación de "Ojos de agua" a la que siguió "La playa de los ahogados". de esta última hay una adaptación cinematográfica donde el actor Carmelo Gómez da vida al inspector Caldas. No es una película que esté mal, pero es mejor la novela... como casi siempre.

A medida que los libros se han publicado han ido creciendo en páginas, aunque este último se lleva la palma y todos tienen en común que sus tramas transcurren en los preciosos escenarios que uno puede encontrar en las Rías Bajas. Sólo por eso ya vale la pena leerlos, pero también por sus escenarios, por sus tramas y por supuesto por su protagonista. Leo Caldas es un tipo tranquilo, reflexivo, es un hombre intuitivo en el que se puede confiar, una persona de costumbres que se mueve por los mismos sitios, aquellos lugares donde está cómodo y sobre todo es alguien que llegará hasta el final en cada uno de los casos que emprenda.

Desde luego si emprendes la lectura de esta novela esperando una trama de esas de comerse las uñas, ya te digo que no es tu libro. Domingo Villar ha escrito una historia que se va cociendo poco a poco, igual que las piezas de cerámica que hacen en la escuela de Artes y Oficios de Vigo y que tanto protagonismo tiene en este libro. Es una novela de personajes, de paisajes y de relaciones familiares, sobre todo de padres e hijos, todas diferentes y todas muy reales. La relación de Caldas con su padre, de la que ya sabemos bastante por las novelas anteriores, la de la desaparecida Mónica con su influyente padre, el doctor Víctor Andrade, o la Rosalía y su hijo Camilo, un vecino muy especial de Mónica.



La trama de esta historia gira en torno a la desaparición de una profesora de cerámica de la Escuela de Artes y Oficios de Vigo, una mujer reservada y discreta que no da señales de vida desde hace unos días. al ser una persona adulta y tras comprobar que en su casa no hay signos de violencia ni parece que hayan robado nada, en principio todo parece indicar que se ha marchado por propia voluntad sin avisar a nadie, pero su padre está convencido de que no es así. Aunque la relación con su hija deja bastante que desear, él cree que algo le ha ocurrido y al ser un eminente cirujano de Vigo y tener contactos en distintas esferas (entre ellas el jefe de Caldas), no duda en utilizarlos para que empiecen a buscar a Mónica.

Mónica Andrade no era una mujer conflictiva ni mantenía una relación sentimental tormentosa. Su casa estaba ordenada, sin señales de violencia. Nada hacía presumir que fuese una desaparición forzada. El doctor necesitaría convencer a políticos, jueces y mandos policiales de que algo extraño se ocultaba tras la ausencia de su hija para lograr que, pese a la falta de indicios de delito, se destinaran recursos a buscarla.

A partir de aquí comienza la investigación para averiguar qué ha sido de la chica. Caldas y Estévez, que me ha vuelto a dar los momentos más simpáticos de esta historia, se acercarán a Tirán, el pequeño y tranquilo pueblo donde reside Mónica y pronto empezarán a preguntar por ella, a vecinos, amigos, o incluso a la tripulación del "Pirata de Ons", el barco que coge cada día para ir a Vigo a trabajar. También se acercarán a la escuela de Mónica y preguntarán por ella a sus compañeros y cómo no a la propia familia de la desaparecida, y así, poco a poco, irán surgiendo detalles y pistas sobre las que ir indagando.

La desaparición de Mónica empieza a tener muchas ramificaciones de las que poder tirar, unas servirán y otras no, pero acompañaremos a Caldas en cada una de sus sospechas, en cada una de sus visitas a posibles testigos, en cada uno de los interrogatorios, en cada uno de los visionados de las cámaras que pudieron grabar a Mónica y aunque en algún momento se haga algo repetitivo poner sobre el papel "de nuevo" todo lo que saben en determinados momentos, me ha dado la sensación de que es así realmente cómo se hacen las cosas, no me ha parecido aburrido volver a leer cada pista, intentar reconstruir los últimos movimientos de Mónica, volver a preguntar a vecinos y amigos. Yo he disfrutado de la investigación como si formara parte del equipo de Caldas. Tanto tanto, que adiviné el final sin equivocarme un pelo, aunque por las pocas opiniones que he leído de la novela, veo que le ha pasado a algunos lectores más. ¿Es realmente previsible? Mi marido por ejemplo no adivinó el final y yo sin embargo lo tuve claro en un punto muy concreto de la novela.



Otras cosas que me han gustado de la novela, han sido por ejemplo, que el autor haya utilizado los nombres reales de algunos de los profesores de la Escuela de Artes y Oficios y los haya incluido en la trama y por supuesto no por existir, dejan de estar bajo sospecha.

Me ha gustado que se pare a tomar un plato de comida en locales que realmente puedes visitar como el Bar Puerto o A Taberna de Eligio en Vigo o el Marusia en Tirán.

Me ha gustado adentrarme en la Escuela de Artes y Oficios, un edificio que conozco, pero del que desconocía su historia y tengo que la sensación de que no soy la única y es que a veces pasamos por delante de las cosas sin sospechar lo que pueden esconder dentro.

"El último barco" ha sido una novela que ha tardado en llegar y que, a pesar acertado con el final, me ha gustado mucho. Es una historia policíaca que está escrita con calma, que se va cocinando poco a poco, pero que a medida que nos vamos acercando al final va cogiendo un ritmo que te obliga a seguir leyendo y también es la excusa perfecta para que a través de ella, el autor vuelque todo el cariño que siente por su tierra. Os invito a que a medida que leáis busquéis los paisajes de Tirán por los que se mueve Mónica. Entenderéis por qué a pesar de trabajar en Vigo prefería vivir justo enfrente y si en vez de buscar fotos, podéis daros un paseito por la zona, todavía mejor.

Ya he leído alguna entrevista en la que el autor no promete fecha para otra novela (ya sea protagonizada por Caldas o no), pero creo que si esto fuera una trilogía podría perfectamente quedar cerrada con esta novela.

Enlace: https://bitacorademislectura..
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Beatriz_Villarino
 12 November 2022
Es una pena que la última novela de Domingo Villar haya sido la última. El último barco empieza de forma tranquila. El ambiente es sosegado y familiar a pesar de la tormenta que abre la trama. Es la tercera entrega del inspector Leo Caldas; una historia más familiar, en la que el paisaje gallego actúa como protagonista y se une a los personajes hasta conseguir que todos se fundan en él. No solo los principales, un gran número de secundarios ofrece un panorama bastante completo del hombre unido a la naturaleza y los misterios que encierra. Incluso el aragonés Rafa Estévez, a punto de tener un hijo vigués, está más relajado e intuitivo, aunque su presencia siga imponiendo a los vecinos y los animales experimenten cierta ansiedad a su alrededor.

Leo Caldas, un inspector como pocos en la novela negra, va volviendo a sus orígenes y la complicidad con su padre es maravillosa —y definitiva para resolver este caso—. En El último barco no hay acción trepidante, pero mantiene la intriga del lector hasta la página final y, conforme avanzamos, nuestra tranquilidad se va transformando porque estamos deseosos de saber qué ocurrió. Como en La playa de los ahogados o en Ojos de agua, Caldas da la vuelta a lo evidente para descubrir el enigma. No estamos ante una novela negra tópica ni típica. Tanto el inspector como el agente parecen dos amigos que charlan de su vida mientras buscan aquello que les interesa. A su paso vamos encontrando verdaderas joyas de la naturaleza gallega y descubriendo oficios medievales, que solo quienes disfrutan con el trabajo minucioso y bien hecho mantienen vivos en el siglo XXI.

Es un deleite leer a Domingo Villar pues consigue que nos fijemos en un estilo de vida un tanto atípico, una vida en contacto directo con la tierra, el mar y todo lo que nos ofrecen. Las descripciones exhaustivas, que incluso personifican a la naturaleza, aportan gran profundidad a la narración «El sol incidía sobre las algas descubiertas por la marea envolviendo el mediodía con un aroma intenso». Aprendemos a disfrutar de la comida sencilla, del arte y de quienes ponen todo lo que saben a nuestra disposición. Más allá de la trama, hay algo en la pareja protagonista que nos envuelve y da seguridad, puede ser la intuición, la forma perseverante de trabajar, la ayuda que aceptan de cualquier profesional, la atención dedicada a cualquier posible testigo o la preocupación por el bienestar general.

El inspector no es el cínico desencantado de la vida propio de la novela negra, tampoco debe hacer frente al caso él solo, sino que se rodea de un buen equipo, todos compañeros eficientes, y de su padre, la viva imagen de la paternidad, siempre dispuesto para su hijo. A Leo Caldas le gusta su trabajo y empleará el tiempo que haga falta hasta que quede bien hecho. Además es un gran conocedor de la psicología humana por lo que a su minuciosa investigación le añade una poderosa intuición.

Los diálogos son sugestivos, certeros, irónicos, «—Un día bonito —le saludó Leo Caldas. El hombre se quitó la gorra y se pasó el dorso de la mano por la frente empapada de sudor: —Para pasear no debe ser un día feo —dijo, con una sonrisa»; las conversaciones unen dos tipos de carácter muy distintos, el directo de Rafa y el esquivo de todos los demás; en ellas Villar no pretende reflejar ningún tópico de la forma de ser del gallego, o sí, pero no resulta ofensivo ni caricaturesco. Hay mucho cariño hacia los aldeanos gallegos y, por extensión, hacia los que viven en los pueblos y están acostumbrados a regirse por el sonido del viento sin hacer caso al reloj, a regirse por los movimientos de los animales o al cambio de la luz del sol para saber qué va a ocurrir después. Y hay mucho cariño en la dedicación especial a los diálogos, fundamentales para agilizar la lectura, pues resultan decisivos en su mayoría y amenos o divertidos en su totalidad:

—¿Seguro que era de madera?
—De madera y muy bonito —repitió Carmina. —¿Verdad […] Antucho apenas movió la cabeza
—¿Esto fue el viernes pasado?
—El viernes, sí —Contestó la mujer
—¿Qué hora era? —quiso saber Leo Caldas
—¿Qué hora sería, Antucho, las ocho de la mañana? —consultó Carmina
—¿Iba sola?
—¿Iba sola? —repitió
Otro gesto de Antucho que ella tradujo
—Le parece que no
—Y a usted ¿qué le pareció? —preguntó Caldas mirándola a los ojos —¿Iba sola o no?
—¿Yo cómo quiere que lo sepa? —respondió ella —A esas horas yo estoy en la cama

La novela de Domingo Villar es un canto a la observación. Las intervenciones son fiel reflejo de la personalidad de los personajes, así que apenas hace falta presentarlos; los vamos a conocer en cuanto hablen o no

—Mira —le dijo acercándose a mostrársela —es Mónica ¿Sabes dónde está
Cuando Camilo notó que el inspector se le aproximaba, se estremeció: cerró los ojos, incrementó el balanceo y contrajo el rostro en una mueca de espanto, como si le faltara vida.

Los vamos a conocer por el gesto o el tono que empleen

—¿Cómo está el doctor? —le preguntó
El resoplido del comisario fue más aclaratorio que cualquier explicación.

Todo es importante, la forma de moverse de Camilo, sus silencios, son claves. También Napoleón, que observa minuciosamente a los transeúntes, es fundamental para ir descubriendo los hechos. La investigación queda expuesta con gran cuidado y detalle, tanto en las conversaciones como en las notas tomadas por los policías o en las impresiones de Leo Caldas.

Entre los temas a los que alude podemos destacar la crueldad con la que son tratadas ciertas personas, por prejuicios, hipocresía o por la mentira que nos lleva a la degradación humana.

Hay una llamada de atención para que apreciemos los cambios que se producen a nuestro alrededor, para que no nos quedemos estancados en el pasado por muy bello que haya sido; la vida continúa y el progreso está en unir el encanto a las nuevas necesidades.

Otra llamada de atención a los medios de comunicación alerta del daño que pueden producir con diferentes tipos de acoso a quien es diferente. Vivimos en una sociedad implacable, que no da segundas oportunidades.

Gracias al ritmo lento podemos reflexionar sobre esto al mismo tiempo que crece nuestra inquietud por un misterio que da más de una vuelta y en el que se van incluyendo numerosos personajes, todo un elenco de sospechosos que aumenta la tensión de la lectura.

Domingo Villar escribe una novela negra apartada de clichés. El asesinato es fortuito pero nos lleva a otros casos más sórdidos que iban causando estragos y sembrando el miedo absoluto entre los habitantes. El último barco engancha desde el principio porque todo es verosímil, lo que ocurre y las hipótesis. Cualquiera de los que aparecen puede ser el asesino. La prolija exposición de posibles hechos consigue hacernos cambiar de opinión una y otra vez por lo que la angustia se intensifica con el paso del tiempo y el temor de los investigadores a no poder solucionar el caso. Hay muchos candidatos para explicar una posible conclusión. Hay muchos personajes sin coartada, pero el círculo se va cerrando con evidencias aunque no podamos descartar a nadie hasta casi el final de la lectura, hasta que somos conscientes de que no había otra posibilidad.

Ojalá sirva esta reflexión como homenaje a Domingo Villar, alguien capaz de cantar, en la novela negra, a la vida y a la esperanza de un mundo mejor.

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Vane24
 13 May 2019
He de reconocer que me daba miedo comenzar El último barco. Los anteriores de Domingo Villar me habían encantado pero la extensión de este me echaba un poco para atrás, pero al final sus más de 700 páginas me han cautivado y las he devorado como si fuesen muchas menos.
En esta nueva novela, Domingo Villar nos deja ir de nuevo de la mano del inspector Caldas, personaje principal. La actitud de Caldas me encanta desde que le conocí en su otra novela, La playa de los ahogados, y aquí sigue en la misma línea.
Seguimos en Vigo, donde Caldas comienza a investigar la posible desaparición de Mónica Andrade, hija de un importante Doctor, el cual por su vinculación con el jefe de Caldas, decide pedirle ayuda por que lleva 3 días sin saber de su hija.
¿Dónde está Mónica?. Es una mujer adulta e inicialmente todo apunta a que ha realizado una escapada, quizá romántica, quizá por alejarse un poco del padre con el que no tiene muy buena relación desde hace años. ¿Pero que ha pasado realmente con ella?. ¿Está viva o muerta?. ¿Quién sabe algo?
Junto con Leo Caldas, recorremos puntos muy importantes de Vigo, como la Escuela de Artes y Oficios y la ría, hasta el punto de cruzar en barco hasta dónde vive Mónica. Las descripciones son tan buenas que parece que estés con Caldas sintiendo la brisa del mar. Además, conocemos el oficio de Luthier, dentro de la escuela, donde se dedican a construir instrumentos a mano, como un violín, un oficio que poco a poco seguro que está desapareciendo.
Vamos en todo momento de la mano de Caldas, y de su ayudante Rafael Estévez, un personaje muy peculiar, natural, que en más de una situación nos sacará una carcajada, como por su eterno rifirrafe con los perros.
Volvemos de nuevo a encontrarnos con el padre de Caldas, personaje muy entrañable y su ya famoso "libro de los idiotas". Junto con el descubrimos lo que es hacerse mayor, las manías que puede adquirir, el no hacer caso al hijo en ciertos temas de seguridad y la preocupación de Caldas por su padre. Algo también muy real y con mucho sentimiento.
Lo que más me ha gustado, es que la investigación avanza a un paso natural. Nada de que por arte de magia descubren una pista o al típico poli se le ilumine la bombilla y quede todo muy forzado. No, aquí vamos despacio, con sus interrogatorios, sus vueltas una y otra vez a lo mismo para ver si se les ha pasado algo, desmigando las pistas que van encontrando y que en muchas ocasiones les lleva a un callejón sin salida, comprobando si las hipótesis pueden ser válidas... poco a poco, y sin sobresaltos. Creo que lo que hoy en día podría ser una investigación más bien real.
Es una novela, que a pesar de su extensión se avanza muy rápido y al final en mi caso me he quedado con ganas de más.
Recomendada sin duda, para mí, la mejor novela de Domingo Villar.
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Yolib
 11 August 2023
Domingo Villar se nos fue en Mayo de 2022 a causa de un Ictus (Imprevisible, cierto y tenaz último suspiro)
En medio de la lectura de la novela, no he podido evitar leer al mismo tiempo gran parte de los artículos que se han escrito sobre él, como el de Juan Carlos Galindo y “las dos felices paradojas de D. Villar”, en el País, o el de Antonio Iturbe en la Librújula, maravilloso artículo que habla de la vida del autor, de esta novela, y de Algunos cuentos completos.
Iturbe escribe de él: le fascinan todas las cosas que no se pueden tocar ni medir ni computar: el jazz, el teatro, el vino, la pintura, la literatura, el fútbol… Y contar cuentos a los amigos”. La entrevista que tuvieron en Vigo, fue en la taberna de Eligio, y que Poldo, su dueño les sentó en las mesas de Caldas, y de Domingo Villar, afectuosos y sonrientes con todos, y aquí Caldas, antes de actuar, primero mira, después mira, y luego sigue mirando. Y Villar está como en casa.
Del artículo no se desperdicia nada, es tan extraordinario como la novela de Domingo Villar, os invito a leerlo. Palabras regalo de Villar a Iturbe “No hay otra forma de emocionar a un lector que escribir emocionado.


Caldas y Estévez son la antítesis en cuanto a personalidad. Caldas es el paradigma del inspector amable, serio, justo y su trato respetuoso con todo el mundo es muy característico. Estévez es gruñón, tiene poca paciencia con las personas que interroga, pero es el que pone humor en la narración, un aragonés grandote entre gallegos, no los entiende y es recíproco, incluso todos los perros se le enfrentan, hasta los más tranquilos quieren morderle. Sin embargo forman un equipo compacto y compenetrado.
Hay una desaparición, que no parece muy grave, pero las influencias del padre de Mónica, la chica desaparecida, un cirujano de mucho prestigio presionan al comisario Soto y éste a su vez lo hace con Caldas.
La investigación comienza al más puro estilo policial, procedimiento anodino, lento, conociendo la vida y siguiendo el rastro de los últimos días de Mónica.
Novela larga de capítulos muy cortos, encabezados siempre por la definición de un concepto al que se hace referencia en dicho capítulo y que tiene que ver con cada momento de la investigación: nido, preludio, distancia, abatir, gastar, examen, razón… 151 palabras en total, que al principio me despistaban, me hacían pensar que eran como las pistas que dejaba a los lectores, pero luego comprendí, que esas definiciones le habían servido al autor de guía para elaborar el misterio al que se tenía que enfrentar. Y al final, me pareció una forma de estructurar la novela muy original.
Al mismo tiempo que seguimos al inspector para recabar todas las declaraciones de los distintos personajes implicados, Villar se recrea en Vigo y en su gente: El barrio del Lazareto, La Escuela de Artes y Oficios (todo un descubrimiento), la vida del barco Pirata de Ons que transporta a quienes cruzan la ría a diario, la riqueza gastronómica de la zona ( me relamía comiendo los mejillones al vapor con Caldas en el Bar Puerto), el mendigo Napoleón, su perro Timur y toda la gran sabiduría que le caracteriza, Camilo, su trastorno psíquico y su gran capacidad para el dibujo: “—Porque Camilo no habla.
— ¿No habla porque no puede hablar?
—No habla porque no habla.” Así de expeditiva es la explicación de lo que le pasa a Camilo que le dan al Inspector mientras investiga.
El personaje que más me ha deslumbrado es el padre de Caldas, tan solitario como seguro, tan fuerte como amable y con sentido del humor, ¡le he copiado la idea magistral de hacer un libro de idiotas!, así sabré por quien no preocuparme, cuando alguien pretenda incomodarme. Caldas busca a su padre cuando necesita refugio, y cuando está atormentado, no necesita a nadie salvo a su padre.
Como madre envidio la maravillosa relación que Villar ha dibujado entre ellos y la gran sabiduría que otorga al personaje del padre: “No leas nada que tenga que ver con lo que te angustia, sino algo que te aleje de lo que estás viviendo”
“Lo tranquilizador de algunos libros es que al final sabes que van a ganar los buenos. al menos, sabes que van a acabar devolviendo un poco de orden al caos” Todo esto le dice el padre a Leo, al final de la novela en un momento muy adecuado para el inspector y también para mí, en estos momentos de mi vida, esas palabras también me han ayudado, (gracias Domingo Villar, tú sí que sabías de la naturaleza humana)




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mariacriado
 10 May 2019
“El último barco” es la tercera entrega protagonizada por el inspector Leo Caldas. Aunque el protagonista es el mismo para las tres, no es imprescindible leer las anteriores para llevar bien la historia.
La historia comienza con una desaparición. Mónica, la hija del prestigioso doctor Andrade ha desaparecido, lleva días sin atender el teléfono, no ha acudido a su trabajo en la Escuela de Artes y Oficios y los pocos vecinos que viven cerca llevan días sin verla. En principio todo apunta a que puede haberse ido unos días sin avisar pero el padre está muy preocupado y denuncia la desaparición.
La trama vuelve a situarnos en Vigo. Domingo Villar tiene la particularidad de transmitirnos el amor por su tierra de tal forma que mientras leemos podemos recorrer las tierras gallegas como si estuviéramos allí.
“El último barco” nos presenta un misterio, ¿dónde está Mónica? ¿está viva o está muerta? Siempre de la mano de Leo Caldas recorremos esta historia con sus ojos, en ningún momento nos apartamos de él. Y eso es lo que más me ha gustado de esta novela. No es un thriller con acción vertiginosa, vamos siguiendo la investigación paso a paso con Caldas. Parece una narración pausada pero esto es lo que lo hace aún más interesante.
Me ha gustado mucho la referencia que hace el autor a la Escuela de Artes y Oficios, donde justamente enfrente se encuentra el taller de luthería antigua, oficios con fecha de caducidad donde se enseña el arte de construir violines entre otros instrumentos musicales.
Respecto a los personajes, el principal protagonista es Caldas. Su carácter tranquilo es lo que lo hace más intuitivo, es muy inteligente, no se precipita. Es un personaje que bien podría ser real, de carne y hueso. No es un héroe (ni siquiera lleva pistola, ni conduce un coche) En todo este mundillo literario, Caldas es de mis inspectores favoritos.
Lo acompaña su eterno compañero Rafael Estévez. Su carácter es totalmente distinto al de Caldas. Bruto como él mismo, pero también el más bonachón de todos. Como dicen en mi tierra, tiene muy malas pulgas y cuando se enfada es terrible. Me encanta este personaje.
Los personajes secundarios está muy bien perfilados, gente corriente. El padre de Leo Caldas es uno de mis favoritos. Un hombre ya mayor que vive solo y en una casa bastante lejos de la ciudad, su afición a las vides, el vino y la astrología. En esta parte de la historia, Caldas empieza a sentir la preocupación por su padre ya mayor y bastante aislado. Me ha gustado mucho la referencia al “cuaderno de los idiotas” que tiene el padre (creo que todos deberíamos tener uno en nuestra cabeza)
En resumen, “El último barco” es la historia de una investigación, sin prisa pero sin pausa, su punto fuerte son los diálogos y los personajes, donde hay varios giros que no ves venir, con un final sorprendente.
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Las críticas de la prensa (3)
lanuevaespana07 October 2023
Para los lectores de Domingo Villar, el inspector Leo Caldas permanecerá para siempre en el salón de su piso de Vigo, sentado en el sofá, donde se queda dormido tras resolver el caso de la desaparición de Mónica Andrade en la tercera y última entrega de la serie literaria que protagoniza el lacónico detective, El último barco.
Leer la crítica en el sitio web: lanuevaespana
ElPais20 March 2019
Tras un silencio de 10 años, Domingo Villar vuelve con su tercera novela. Los implicados en el proceso explican los porqués de esta sequía y la estrategia para convertirlo en uno de los éxitos literarios del año.
Leer la crítica en el sitio web: ElPais
elperiodico20 March 2019
El escritor de novela negra publica la tercera entrega del inspector Leo Caldas tras 10 años de espera.
Leer la crítica en el sitio web: elperiodico
Citas y frases (10) Ver más Añadir cita
SylviabcnSylviabcn05 October 2022
—De todas formas, es bueno volver la vista atrás para aprender de las cosas que se hicieron bien y mal, pero no se puede vivir mirando constantemente postales antiguas.
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megmeg25 August 2020
―¿Qué es esto? ―preguntó. Se había acercado al remolque y examinaba su contenido con el rostro arrugado.
―Son algas ―dijo el hombre.
―Ya lo veo ―replicó el ayudante del inspector―. Pero ¿para qué las quiere?
Caldas vio el recelo dibujarse en los ojos del hombre y respondió por él:
―Para abono ―dijo―. ¿Verdad?
―Claro.
―¿Y qué piensa abonar? ―preguntó el aragonés.
―La huerta de casa ―contestó el otro, con naturalidad.
―Puf ―resopló Estévez―. Pues sí que va a oler bien.
―No se lo tenga en cuenta ―dijo Caldas―, es que en su tierra no hay algas.
―¿Y con qué abonan? ―preguntó el hombre.
Estévez se encogió de hombros.
―No sé… ―dudó―. Con estiércol.
―Ah ―dijo el hombre, y guiñó un ojo al inspector ―, pues seguro que allí huele mejor.
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megmeg25 August 2020
―¿La conoce?
El marinero hizo un gesto que el policía no supo desentrañar.
―Me quiere sonar ―respondió.
―¿Le quiere sonar?
El marinero volvió a mirar la foto.
―Sí ―dijo con gravedad.
―¿Pero qué mierda de respuesta es esa?
El marinero dio un respingo.
―¿Cómo?
El ayudante de Caldas apoyó en la fotografía un dedo que tapó el rostro de la hija del médico.
―¿La conoce o no la conoce? ―preguntó―. ¡Me cago en mis muertos a caballo!
El marinero se encogió en la silla.
―Creo que sí.
―Pues dígalo, coño. Que es lo que le estoy preguntando.
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MaiteDonatoMaiteDonato22 November 2022
Si te gusta Galicia, y disfrutas con una buena historia, este es tu libro!!!
A través de sus páginas podrás hacer un viaje al otoño gallego. Esta historia, que te engancha desde la primera página, esta tan bien escrita que de pronto te encontrarás junto a Leo Caldas, el protagonista, y su equipo, investigando junto al mar. Es una obra maestra!!
Todo empieza con la desaparición de una chica que no acude a una comida familiar….
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Vane24Vane2428 April 2019
Lo malo no es entregarse a una pasión con más o menos años. Lo terrible es morirse sin haberla buscado. Por desidia o porque la vida no le haya permitido a uno hacerlo.
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Videos de Domingo Villar (5) Ver másAñadir vídeo
Vidéo de Domingo Villar
Este año 2022 ha sido un año terrible para las letras españolas. En "La gota de sangre" queremos hacer un homenaje a los autores vinculados al género negro que han fallecido este año.
Fernando Marías (Bilbao, 1958-Madrid, 2022). Fue un escritor y guionista ganador de muchos de los premios nacionales más importantes, como el Nadal o el Premio Primavera. Entre sus obras destaca "La isla del padre" (Seix Barral, 2015). Fue una persona muy generosa con las nuevas generaciones de escritores, de cineastas y dramaturgos. Su última novela publicada fue "Arde este libro" (Alrevés, 2021), un libro valiente en el que abordaba sus problemas con el alcoholismo y la complicada relación que tuvo con una de sus parejas, Verónica. Su vinculación con la novela negra se produjo por la publicación de varios libros de relatos con la editorial Alrevés.
Maria Antònia Oliver (Manacor, 1946-Sencelles, 2022). Fue una escritora que desarrolló su trayectoria literaria fundamentalmente en catalán. Su obra en el género negro no fue extensa, pero tuvo una aportación muy importante al género: creó la primera de las sagas literarias protagonizada por una mujer detective, la saga de la "detectiva" Lonia Guiu. "Estudi en lila" fue el primero de los tres libros sobre Lonia, publicado en 1985. Fue una pionera, inspiración para las autoras que llegaron después. Su obra fue poco difundida al estar escrita en catalán.
Javier Abasolo (Bilbao, 1957-ibíd., 2022). Escritor ecléctico, desarrolló su trayectoria literaria en varios géneros, destacando en la novela negra. Creo la saga protagonizada por Goiko. Ganó varios premios, destacando el Premio Bruma Negra 2015 por la totalidad de su obra. Abasolo fue una persona muy querida dentro del ámbito de las letras. Su última novela, "El país equivocado" (Erein, 2022) se publicó apenas un mes antes de que falleciera.
Domingo Villar (Vigo, 1971-ibíd., 2022). Su obra se reduce a cuatro libros. Tres de ellos forman parte de la saga del inspector Leo Caldas. El último es un libro de relatos. Todas sus obras están publicadas por Siruela. Escribía a un ritmo lento, su primera obra publicada, "Ojos de agua", es de 2006. El último libro, "Algunos cuentos completos", de 2021. Recibió varios premios en su carrera y "La playa de los ahogados", la segunda parte de la trilogía, fue llevada al cine por el director Gerardo Herrero. Fue un escritor admirado y respetado.
Más sobre Ana Ballabriga en: https://twitter.com/BallabrigaAna https://www.instagram.com/ballabrigaana http://www.ballabrigazaplana.com
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