Por hacer a tu muerte compañía

Explorar aquellas partes de la historia familiar que han quedado olvidadas y envueltas en el silencio, indagar sobre las propias raíces de cada uno. Ese tipo de ejercicio es comparable a mirarse en un espejo. Esa es la aventura que emprende la protagonista de Por hacer a tu muerte compañía (2018), de Albert Villanueva.

Después de muchos años alejada de su pueblo natal, Julia Rovira regresa en 2006 a Gavà. Allí se reencuentra con los viejos amigos y con los escenarios de su infancia. Y también con la familia.

Un día descubre a su abuelo, al que no conoció, en una vieja fotografía en blanco y negro en lo que parece un acto político junto al histórico líder nacionalista Francesc Macià. Esa será la chispa que le impulsará a tratar de reconstruir la biografía de Martí Rovira, Blauet. Su búsqueda desvelará una fascinante historia personal que también es parte de una historia mayor, la de toda una época.

La lectura nos conduce de forma paralela por dos épocas separadas por más de 80 años. Los capítulos se intercalan entre ambos periodos históricos, el de entonces y el de ahora, avanzando hacia la verdad. de la mano de los descubrimientos de Julia en base a documentos y testimonios orales, Villanueva nos dibuja un cuadro histórico convulso, los años del pistolerismo y la lucha obrera en la Cataluña industrial. Una época de injusticias e ilusiones, de violencia y excesos. Un cuadro tan terrible como fascinante al que cualquier lector mínimamente curioso debería quedar enganchado.

No obstante, en este doble relato hay diferencias notables: mientras que el de Julia, narrado en primera persona, presenta tintes más intimistas y nostálgicos (“Más de una tarde me sorprendí sorbiendo lágrimas que tenían sabor a recuerdos. Más de una tarde volví a tener diez años”), la historia de Blauet va más allá y adquiere la dimensión de novela histórica, el testimonio de una época.

Como humilde historiador, tengo que descubrirme ante la excelente labor de documentación que se intuye detrás de esta novela. Es cierto que no comparto algunas de las exposiciones acerca de la supuesta ingenuidad y buenas intenciones de los movimientos anarquistas e independentistas de aquella época, pero también es justo decir que esto, que el fin y al cabo no es más que mi percepción personal, apenas tiene importancia en el fragor de un relato tan emotivo y tan bien explicado. Albert Villanueva, que no en vano se dedica a la docencia, consigue contarnos su historia de forma amena, pero sin renunciar al rigor. Un objetivo escurridizo que no todos los novelistas suelen alcanzar.

Otra faceta del autor que queda reflejada en la novela es su pasión por la música. Se podría incluso decir que Por hacer a tu muerte compañía es una obra que tiene su propia banda sonora, detallada en las continuas referencias de Julia a los discos de su vida, a las canciones que le han acompañado durante su juventud y en las que halla refugio en su día a día.

En lo estrictamente técnico, hay que señalar el buen hacer de Albert Villanueva como escritor. Yo destacaría el acertado uso de los diálogos, el buen trabajo de los personajes y el estilo sencillo pero envolvente empleado en las descripciones y las referencias históricas que enriquecen la novela.

Recomiendo a quienes vayan a leer Por hacer a tu muerte compañía bucear en la web del autor, donde se desvelan algunos detalles interesantes sobre el Gavà de los años veinte, los personajes históricos reales que aparecen en la novela y la verdadera historia del American Lake, el ambicioso proyecto de Artur Costa que también tiene su protagonismo en esta novela.
Enlace: https://humildelector.com/20..