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La experiencia de leer a Camila es fuerte. Su poética punzada por la vida está atravesada por el amor y el odio, las ilusiones y las decepciones. Los días de pasión y disfrute contrastan con los días malogrados por la pena. Estos son los vestigios de una vida en prosa y verso, donde el dolor se vuelca en la belleza de la palabra. “Sigamos perdonando y amando, y no nos apartemos del lento y efectivo trabajo del amor... aunque suene cursi. Lo cierto es que hay cosas que han dejado de ser obvias.” |
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