Solo una primavera

Este ha sido mi primer contacto con Victoria Vílchez, una autora a la que hacía tiempo que tenía en mi lista y de la que había oído hablar muchísimo y muy bien por sus historias románticas, así que tenía mucha curiosidad por comprobarlo por mí misma. Empezar con esta novela era de por sí arriesgado dado que es la cuarta parte de una serie de novelas relacionadas por los personajes aunque independientes en trama. al terminar, ese hecho no ha sido determinante para disfrutar de la historia pero reconozco que al principio estaba un poco perdida porque los protagonistas están emparentados por lados familiares de los que yo no estaba al tanto y también me imagino que los lectores de las novelas anteriores verán guiños y detalles que a mí me han pasado desapercibidas. Además, está claro que el final de esta novela junto a su epílogo es un broche que cierra toda la serie con todos los personajes que han ido apareciendo.

La unión con las anteriores novelas es Lea, un personaje algo atípico porque su evolución está desarrollada como a la inversa. La protagonista empieza la novela transformada ya en una chica introvertida que quiere pasar desapercibida y que no confía mucho en la amistad ni en el amor porque ha sufrido situaciones complicadas provocadas por su antigua forma de ser. Antes de conocerla tal y como es ahora, Lea era una de las chicas más populares del instituto, salía con su novio (también súper popular, obviamente y tenía amigas, muy populares como ella. Una noche comete un error, termina sin novio y con un vídeo íntimo circulando por los móviles de sus compañeros, que la juzgan como ya os imagináis, de la manera más machista e hipócrita (dado que en el vídeo no aparece ella sola). Así que tras aquello, ha optado por un perfil bajo y por ver pasar el tiempo de forma discreta hasta que termine el instituto y pueda marcharse a la universidad. Me ha parecido una buena chica, con un buen fondo construido en una historia personal que tiene profundidad y encanto, es fácil comprender su nueva forma de ser en contraste con la antigua y también es fácil ponerse en su lugar a través de las inseguridades con las que ahora vive, sus dudas sobre abrirse de nuevo a la gente y demás conflictos internos por los que atraviesa.

Por su parte, Jared no me ha motivado tanto como personaje, creo que es más típico y que su personalidad está menos trabajada en el sentido de darle una historia personal propia con conflictos propios. Su único papel en la novela es ser el chico que se enamora de la chica insegura, con el añadido de que es hermano del capullo que le creó esas inseguridades en el pasado. Es un pequeño obstáculo que salvar en la relación pero en el fondo es el único obstáculo, por lo que por lo demás, el romance entre ambos transcurre fluido, en medio de citas y de encuentros, unos más clichés que otros (por ejemplo, “paseos” en moto, con el chico alardeando de cómo le tiene que agarrar la chica y ese tipo de situaciones). No sé el motivo, pero en la primera parte de la historia, estos encuentros me tenían enganchada porque veía cierta chispa entre los dos y luego la cosa se estancó y hasta me parecía repetitiva. Hay un pequeño giro hacia el final pero es tan leve como conflicto argumental que no consigue remontar la lentitud con la que transcurren los acontecimientos en la segunda mitad de la novela.

Por todo ello, en cuanto a la relación entre ambos personajes, diría que no me ha emocionado tanto como me imaginaba porque creo que estaba esperando algo más intenso o emocional y creo que al final resulta ser un romance bastante convencional, aunque sea entretenido de leer. Los secundarios tampoco me han destacado especialmente, aunque supongo que esto se debe a que yo no conocía a la mayoría y en realidad están construidos en las anteriores novelas y aquí se sobreentiende que simplemente están de paso y que no se necesita ahondar en ellos. Hay un personaje por parte de Jared que también prometía algo más de dramatismo pero creo que es una subtrama demasiado superficial o, por lo menos a mí, me ha parecido que se quedaba demasiado corta porque es de lo poco interesante que aporta Jared a su historia personal.

En cambio, me he encontrado con una narración muy fluida y con una forma de escribir que no resulta densa, con muchos diálogos y muchos pensamientos de los propios protagonistas, algo que siempre me ha gustado porque creo que ayuda a conocer mucho mejor a los personajes. No puedo decir que me haya aburrido porque precisamente esa forma de narrar de Victoria Vílchez no me lo ha permitido, pero para la historia que al fin y al cabo cuenta, he tenido la sensación de que es una novela demasiado larga a la que le han sobrado muchas páginas de las casi 400 que tienen entre ambas partes y muchas escenas que no hacen avanzar la trama y que tampoco aportan demasiado a la historia global.

En otras palabras, ha sido una buena lectura para cumplir con el objetivo que yo me proponía y que no era otro que conocer a una nueva autora de la que había oído hablar mucho. Como primer contacto, me deja con ganas de leer algo más de esta autora aunque no creo que lea ninguna novela más de esta serie y me limitaré a elegir una de sus novelas autoconclusivas para la próxima vez. Sin duda puede ser una de las recomendaciones más seguras para quienes hayáis leído las anteriores novelas (o incluso cualquier otra historia de esta autora) porque estaréis más familiarizados que yo con su estilo y tendréis más presente los detalles que yo he podido perderme.
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Como siempre, Victoria me ha enamorado y sorprendido.
La protagonista había sido un poco odiada en los anteriores libros y en esta novela, ha evolucionado muchísimo. Además, puedes llegar a entender situaciones ocurridas en el pasado y poco a poco se hace hueco en tu corazón.
Me ha sorprendido bastante porque me ha encantado esta historia. Me ha parecido bastante bien resuelta toda la historia y muy bien cerrado todo.
Es una pena, como siempre, dejar marchar una serie tan genial, divertida y emotiva.