Si solo fuera un cuento de hadas

Si solo fuera un cuento de hadas es de esos libros que empiezan siendo entretenidos, en los que la magia se va colando a medida que pasas las páginas, casi sin darte cuenta. La verdad es que es una historia de esas que ya sabes cómo empieza y termina, pero la disfrutas, por los momentos bonitos que contiene, las sonrisas que te saca y la emoción que transmite. Vamos, que lo importante esta vez no es la originalidad, acción y demás, sino la forma en la que está contada la historia y sus personajes.
La pluma de Victoria de Vílchez me ha sorprendido, ya que consigue contarte lo necesario para meterte en la historia, sin faltar ni sobrar ningún detalle. Este libro lo leí en un día, imaginad lo mucho que engancha y lo fresca que es la narración, añadiendo diálogos dinámicos y naturales. Además, me han encantado los guiños a cuentos de hadas, como La Cenicienta; me han parecido muy divertidos y saber que Jay ha tenido que ver en algunos... simplemente me ha hecho mucha gracia, al igual que su problemilla con el alcohol.
Con respecto a los personajes, empezaré hablando de nuestra protagonista. Alice es una joven que solo cree en lo que ve, en lo práctico, no ha tenido suerte en el amor y bueno... le gusta su vida, pero no le llena. Cuando la conocemos, me desconcertó su reacción cuando sucede todo lo de la magia y demás, porque si es tan incrédula par esas cosas, las aceptó demasiado bien, en mi opinión. Quitando eso, ha sido una prota que me ha gustado, más que nada porque se nota que quiere vivir, que tiene algo de miedo y ya se ha dado por vencida en lo que al amor se refiere, pero poco a poco comienza a recuperar la ilusión.

En cuanto a Jay, a pesar de que no me gustó su entrada inicial, me ha parecido un encanto. Pensándolo bien, ¿cómo no iba a gustarme? Quiero decir... ¡Es un hada madrina! Ya con eso tiene muchos puntos ganados jaja Es un personaje que me ha dado pena, porque no para de buscar finales felices a todo el mundo, pero el no encuentra el suyo, o más bien, no se le permite encontrarlo. Es divertido, detallista y aunque vaya de chulo por la vida, en el fondo es un amor.
La relación entre ellos me gustó mucho, sufre una evolución bastante grande, puesto que empiezan llevándose bastante mal y vemos como van teniendo más confianza, disfrutando de los momentos cotidianos en compañía del otro, etc. Eso sí, reconozco que hay algunas escenas que me parecieron un poco forzadas, como al principio, cuando sucede lo del vestido. Me chocaron e hicieron que no empezara la historia demasiado convencida, sin embargo, luego mejora muchísimo todo. Es como si la autora tomara impulso y nos diera lo que de verdad se tenía guardado bajo la manga.
Sobre los personajes secundarios, he de decir que soy fan total de Lara y Joey. No me importaría para nada que la autora escribiera una historia sobre ellos, de hecho, me encantaría, porque la tensión entre ellos es total y son personajes muy divertidos y sin filtro.
También me gustaría añadir que me ha encantado que Victoria Vílchez rompa con tópicos como que el chico sea el que tiene más experiencia en relaciones amorosas, que es lo que siempre suele pasar en los libros, así que me ha gustado ver que en este caso la cosa cambia.
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