El Evangelio

Pues a ver cómo hablo yo de este libro que me ha llegado al alma porque me he visto tan reflejada en algunas cosas que le pasan a Lali que hasta me he asustado. Porque este libro es la voz de toda una generación que ha visto como el relato que les habían vendido se desvanecía ante sus ojos. Porque Lali es tan consciente de lo jodida que es la vida que lo único que quiere es poder salvar a lxs niñxs a los que da clase de entrar en ese pozo triste y oscuro. Porque Lali está desesperada por sentir que algo, en alguna parte, tiene algún tipo de sentido, y que la vida es algo más que una sucesión de cosas violentas y desagradables. Porque Lali quiere que esxs niñxs salgan adelante sin que se envilezcan por culpa de toda una sociedad corrupta que se empeña en apagarles, en hacerles daño, en convertirles en personas rotas o mezquinas. Porque Lali sabe también que estudiar y trabajar al mismo tiempo es una mierda que te abre los ojos ante la mentira flagrante de la meritocracia. Porque Lali sabe lo fácil que es que todo se tuerza, lo fácil que es que todo salga mal. Lo fácil que es perder la esperanza en el futuro.

Por eso hace lo que puede, tira para delante sin demasiado entusiasmo. Lo único que le hace vibrar un poco son esxs niñxs a los que intenta salvar mientras ve cómo el mundo les va engullendo poco a poco. Así que se apoya en su amiga Gloria, mientras el mundo alrededor se muestra con toda su crudeza. Mientras el amor no cuaja, el patriarcado aparece por todas partes y todo es engorroso, difícil, cansado, agotador.

Este libro es una herida abierta que supura fluidos radioactivos de color rosa fosforito, como los lomos de sus páginas. Es un vómito generacional millenial, la nueva generación perdida que, a falta de algo mejor, escribe páginas incendiarias en las que deposita toda la rabia que tiene dentro.

"Tenemos veinte años y ya hay partes de nosotras que están muertas, perdidas para siempre, enterradas. Nos pintamos los ojos muy negros por hacer algo divertido en torno a ese funeral pero nos escuece, nos escuece la herida con la postilla mil veces arrancada, y no hay Betadine suficiente sobre esta tierra para curarnos"