La cazadora de ranas

Esta es la historia de Martina, una niña acostumbrada a todos los lujos de la ciudad y que sus padres le permitían. El último día de clase, a Martina le dicen que va a pasar las vacaciones de verano con sus abuelos en el pueblo. Esto disgusta mucho a la niña, hasta el punto de creer que no podrá vivir sin wifi ni móvil.

Tras su llegada y con el transcurso de los días, Martina se va dando cuenta de que el móvil no era tan importante, sino que se puede pasar mejor en compañía de la familia. Es así, como Martina se encontrará con Guillermo, un niño pelirrojo que siempre lleva la misma ropa. El chico trae consigo un secreto que Martina tendrá que descubrir y con ello, ayudar a su nuevo amigo.

El personaje de Martina, al principio de la historia, es terco, malhumorado y rechistón. Sin embargo, el personaje evoluciona con la historia, convirtiéndose en un personaje valiente, decisivo y responsable. Este es uno de los puntos que más me gusta de la historia, ya que Martina aprende y reconoce su cambio. Los demás personajes son positivos y alegres, no presentan ninguna evolución como lo hace Martina.
Una frase que me ha parecido interesante, es cuando la abuela de Martina le replica a sus padres porque le dan todo a la niña y por eso, se ha vuelto tan caprichosa. Me ha parecido un buen apunto.

Es una historia bonita que habla de la importancia de la amistad y de la familia. Sin embargo, bajo mis gustos personales, no ha llegado a gustarme del todo. Esperaba una historia un poco más profunda, hablando del argumento, pero bueno, al ser una historia dedicada a un público más joven, está muy bien.

Recomiendo la historia para un público más joven, aunque se puede leer con cualquier edad. Está bien para romper la tensión y la intriga de las novelas largas. Así que, es una buena novela para entretenerse un rato y desconectar, y esto dedicado para un público más adulto.
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