El palacio de hielo

¿Creéis en los flechazos? Esa atracción fuerte e inexplicable a primera vista que te hace sentir, aún sin conocerlo, que algo te gustará mucho. Hay flechazos por personas, por prendas de ropa… y ¡por libros! La primera vez que vi “El palacio de hielo” fue cuando @trotalibros lo presentó y, tras oír un par de frases, quité el video, no quería saber nada más. Intuía que me encantaría. Lo malo de los flechazos, es que a veces nos equivocamos y hasta que no conocemos a la persona, nos probamos el vestido o leemos el libro, no sabemos si es amor de verdad. En mi caso, lo ha sido.

“El palacio de hielo” nos presenta a dos niñas, Siss y Unn, cuya amistad se ve frenada en seco, justo cuando empieza, por la desaparición de la introvertida Unn en una zona natural conocida como el palacio de hielo.

Lo que en los primeros capítulos se antoja como casi un cuento para niños, madura a pasos agigantados tras la desaparición de Unn, convirtiéndose en una narración llena de tensión que encogerá el corazón de cualquier adulto. Como sucede en la vida real, ante la desaparición de un pequeño, esperas lo mejor, pero te preparas para lo peor, lo cual te hace permanecer en estado de perpetua congoja durante toda la lectura. Sin embargo, “El palacio de hielo” nos muestra la visión infantil, desde los ojos de Siss, quien ve como los pilares de su infancia se desploman al enfrentarse a este suceso. Personalmente, el fin de la infancia siempre me ha parecido un momento terrible, el final de la inocencia y de vivir sin miedos más allá del que produce la oscuridad (y que algunos arrastramos a la edad adulta). Por eso, este libro, se me ha clavado dentro. ¿Cómo una niña va a gestionar todas nuevas e intensas emociones que arrastra una pérdida si la mayoría de nosotros no aprendemos nunca a hacerlo?

La prosa de “El palacio de hielo” es tan bonita que parece lírica, manteniendo un equilibrio perfecto entre el avance de la trama y una parte simbólica, que creo, cada cual desciframos de una manera diferente pero que a todos nos hará sentir un terrible frío. El palacio de hielo, una construcción natural formada al congelarse una cascada en los meses fríos de esta Noruega rural se muestra como una entidad viva. Atractiva, envolvente, bella, peligrosa, efímera… el palacio de hielo evoluciona con la trama y cambia según los ojos que lo miran. El palacio de hielo tiene varios caminos, muchas salas y solo un final. ¿Acaso no es como la vida?

Os espero en el palacio de hielo, ¿os animáis a descubrirlo?

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