Conjunto vacío

Ingresar en este libro es vivir una experiencia literaria única. Verónica Gerber Bicecci crea un idioma propio en estas páginas. «Hay cosas, estoy segura, que no se pueden contar con palabras». Estoy tan segura de esto, como estoy segura de que el poder de las palabras es inmenso. La autora lo sabe y explora un lenguaje compuesto de letras y diagramas de Venn, dibujos y vacíos expresados en diferentes formas.

La vida es una gran incógnita. La magnitud de la incertidumbre y del vacío desborda a la protagonista que nos narra su historia en pequeños pedacitos desordenados, con una mirada medio cínica y medio trágica. Verónica regresa al departamento de su madre que desapareció. Este libro es un devenir mental que intenta descifrar el pasado, lo que atraviesa en sus vínculos amorosos y la vida.

¿Cómo abordar la ausencia, el vacío? No hay respuestas simples, pero sí, en este libro, fragmentos que tocan la línea, se acercan, se asoman a ese misterio. Me detuve a leer y releer frases que sentí sublimes, que desvisten una dimensión profunda, que me resonaron intensamente. En estas páginas hay constantes invitaciones a la reflexión sobre el tiempo, el amor, el desamor, los vínculos, la soledad, el abandono, el exilio, las desapariciones y el vacío.

Esta es una novela extraordinaria, original; una obra visual inteligente, brillante y bellísima.

¡Qué manera más tremenda de explorar el lenguaje, la imagen, el tiempo y la ausencia!

El ejercicio de la autoficción siempre me ha parecido llamativo y bastante revelador. Es en medio de este proceso que surgen preguntas, respuestas a medias, viajes e ideas.

Me gusta saber que Verónica buscó usar un lenguaje simple, capítulo cortos y sintéticos para relatar cosas tan profundas. Sobre todo, me sorprende cómo la imagen, los diagramas y lo científico logran expresar lo que a veces se nos sale de las manos, así como cuando las palabras se quedan cortas.

Esta fue una lectura pausada, pero que disfruté mucho. Pude volver entre páginas al encontrar relaciones, me divertí descifrando mensajes y me enamoré con los correos electrónicos. Sonreí con los diagramas, cuando muestran intersecciones y rupturas entre personajes, me vi a mí misma en varias situaciones, porque como escribió Verónica, Yo (Y) puede ser cualquiera.

Me llevo en el corazón la explicación de lo que sucede entre el blanco y el negro, entre la luz y su ausencia. 💜

Ahh, y para finalizar, debo destacar el epílogo que se mandó. Quedé boquiabierta. Verónica es una genia.

Probablemente esta sea una de las novelas más curiosas y raras en cuanto a forma que he leído nunca. En Conjunto vacío, la autora se vale de diferentes figuras geométricas para justificar sentimientos y situaciones de la vida.

Dentro de esta sencilla, pero pronfunda historia autobiográfica, veremos como nuestra protagonista se encuentra recomponiendo sus propios pedazos a causa de dos terribles pérdidas: su pareja acaba de dejarla por otra persona y, más imporante aún, su madre ha desaparecido. A través de estas dos ausencias, iremos conociendo la vida de Verónica y los que la rodean y sus sentimientos hacia ellos.

Es un libro curioso, diferente y altamente recomendable. Se lee en un suspiro y te deja un sensación agradable. Lo encontré tremendamente bien escrito.

Trazos, diagramas, dibujos, anagramas y la adivinanza de una trama que se debe adivinar como girando un caleidoscopio. Una ruptura amorosa se empalma con el exilio, con la yuxtaposición de existencias y desapariciones.
Fue muy experimental, estaba demasiado ocupado en difuminar la forma como para crear golpes emocionales con el fondo. Tiene buenos momentos, no lo niego.

“Mi Abuela(AB) dice que el abuelo intentó detenerla, pero no pudo; Mamá(M) y papá se subieron al avión el 24 de marzo de 1976. Nunca vivimos en esta casa que nunca se terminó de construir y a la que nunca le hicieron un segundo piso. Nunca, nunca, nunca. Tres veces nunca. La escalera del fin del mundo, pensé, esta sí.”

Este libro es una combinación de diferentes modos de narrar: las palabras por un lado y por el otro las imágenes pero no son fotografías o dibujos sino diagramas, algunos con base científica y algunos que nacen tal cual de la combinación de ambas narraciones.

Se trata de la historia de Verónica, una mujer cuya madre desapareció hace muchos años de su vida: esa ausencia no solamente le ha dejado un gran vacío sino que la ha llevado a cuestionarse diversos aspectos de su propia vida y cómo se relaciona con las personas que la rodean.

En el momento de la vida que conocemos a la protagonista, acaba de terminar una relación amorosa, lo que la lleva a regresar a la casa familiar y por lo tanto al misterio acerca de su madre. Luego consigue un trabajo para ordenar los papeles de una actriz y esa actividad le permitirá darle cierto orden a sus días.

Me gustó cómo se incluyen las imágenes de los diagramas y cómo cada uno de los personajes tiene su propia identificación para poder descrifrarlos e interpretarlos.
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