Permanecía inmóvil y con los brazos cruzados ante los múltiples gestos de mi tío; para negar, movía la cabeza de izquierda a derecha, y para afirmar, la inclinaba; apenas se movía; era la economía del movimiento llevada hasta la avaricia.
|
Permanecía inmóvil y con los brazos cruzados ante los múltiples gestos de mi tío; para negar, movía la cabeza de izquierda a derecha, y para afirmar, la inclinaba; apenas se movía; era la economía del movimiento llevada hasta la avaricia.
|
Jamás soledad alguna fue semejante a la mía: nunca hubo abandono tan completo.
|
No hay nada que embriague tanto como la atracción del abismo.
|
Mientras el corazón late, mientras el cuerpo y alma siguen juntos, no puedo admitir que cualquier criatura dotada de voluntad tiene necesidad de perder la esperanza en la vida.
|
Cuando la ciencia ha hablado, tu debes es callar.
|
Existe en la Tierra un límite para todas las ambiciones, y no se debe luchar en contra de lo imposible.
|
-¡Cómo! ¿cree usted que existe algún medio de salvación? -Sí, por cierto. Mientras el corazón lata, mientras la carne palpite, no me explico que un ser dotado de voluntad se deje dominar por la desesperación. |
Cuando me vi, de esta suerte, lejos de todo socorro humano, incapaz de intentar nada para lograr mi salvación, pensé en la ayuda del cielo. Los recuerdos de la infancia, los de mi madre, a quien sólo conocí en la época de las caricias, acudieron a mi memoria. Recurrí a la oración, por muy pocos derechos que tuviese a ser escuchado por Dios, de quien me acordaba tan tarde, y le imploré con fervor.
|
Imposible pintar mi desesperación. No hay palabras en ningún idioma del mundo para expresar mis sentimientos. Me hallaba en terrado vivo, con la perspectiva de morir de hambre y de sed.
|
Su mutismo aumentaba de un día en otro, y hasta creo que nos contagiaba a nosotros. Los objetos exteriores ejercen una acción real sobre el cerebro. El que se encierra entre cuatro paredes acaba por perder la facultad de asociar las ideas y las palabras. ¡Cuántos presos encerrados en estrechos calabozos se han vuelto imbéciles o locos por la imposibilidad de ejercitar las facultades mentales!
|
Julio Verne fue un escritor, poeta y dramaturgo...