Vete al comedor, da una vuelta alrededor de la mesa mirado siempre su centro, y cuando hayas concluido el paseo circular, habrás dado una vuelta alrededor de ti mismo, puesto que la vista habrá recorrido todos los puntos del comedor. Pues bien, el comedor es el Cielo, la mesa es la Tierra y tú eres la Luna.
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