No abras los ojos

No abras los ojos es el segundo libro de la serie de Dave Gurney, aunque al ser casos diferentes se puede leer por separado.
Le estoy cogiendo el rollo a este personaje, que tiene una manera muy sesuda de investigar: siempre va de entrevista en entrevista: nada de hackeos, pruebas científicas, persecuciones... lo cual puede parecer un poco rollo pero lo cierto es que hace que tengas todos las pruebas encima de la mesa: no hay una prueba en el último momento, totalmente sacada de la manga, que te cambie el percal, sino que puedes seguir todo el razonamiento perfectamente. Un verdadero Sherlock Holmes.
Como siempre, el autor juega muy bien sus cartas y te tiene de una teoría a otra hasta que te sorprende con el final, aunque cuando lo piensas te ha ido dejando miguitas de pan por todo el libro. Eso me gusta.
Creo que con este libro esta serie se va al podio de favoritas, por ese estilo peculiar y esos casos bien resueltos. Aunque me imagino que se quedará corto para los amantes de la acción, lo recomiendo mucho si queréis leer otro tipo de investigación.

"No abras los ojos” de John Verdon está dividida en un prólogo y tres partes, y narrada en tercera persona. Regresamos a los Catskills, unos diez meses después de los sucesos del primer libro. Gurney tiene cuarenta y ocho años y piensa que haber cambiado la placa por la horticultura, dos años antes, puede que haya sido un error.

No es imprescindible leer la primera aventura del detective ya que se nos hace un resumen, pero es recomendable por las continuas referencias a sucesos anteriores. Volvemos a ser testigos de las tensiones entre los esposos, Madeleine se ha adaptado muy bien a la vida del campo pero a Dave no le está siendo tan fácil.

Recuperamos personajes ya conocidos, así que Gurney colaborará nuevamente con el cínico y mordaz detective del DIC Jack Hardwick, rendirá cuentas al mediático fiscal Sheridan Klaine, y trabajará con la criminóloga Rebecca Holden y los no demasiado competentes Rod Rodriguez y Arlo Blatt.

Val Perry acude a Dave para que investigue el asesinato de su hija Jillian, decapitada el mismo día de su boda. Tras cuatro meses de investigación la policía no tiene ninguna pista para encontrar al sospechoso, el jardinero mexicano de la finca donde se celebró la recepción.

Dave comienza a investigar el caso y, como se da a sí mismo un plazo de dos semanas, tiene que ser rápido y eficiente. Nada más empezar ya toma un camino diferente al de los investigadores del DIC, pero las cosas darán muchos giros antes de que pueda localizar al culpable.

Mi problema con el anterior libro fue que la primera parte era muy lenta, aunque es cierto que había que presentar a los personajes, y como aquí ya conocemos a varios pues todo es más ágil.

Me ha gustado mucho el libro y acerté con la identidad del asesino, pero ni de lejos me esperaba todas las ramificaciones del caso. El autor nos ofrece un buen número de giros en la trama que complicarán mucho la vida al detective, pero que mantendrán enganchado al lector.

Sospechaba algunas cosas, pero la mayoría de los sucesos me han sorprendido. Según avanzas con la lectura vas siguiendo caminos, y conociendo a personajes, que no sabes a dónde van a llevarte. Pero tranquilos que al final todo cuadra y queda bien explicado. Tan sólo hay una pequeña cosa que no se desvela y que es posible que el autor se haya guardado para futuros libros, pero no afecta para la resolución de esta entrega.

Si os soy sincera tras terminar “Sé lo que estás pensando” no estaba muy segura de leería este. Me había gustado, pero la primera parte se me hizo lenta, pero como ya tenía el libro no perdía nada por intentarlo. Y me alegro un montón porque el segundo es, para mí, bastante mejor que el primero.

He disfrutado de la lectura y de las dudas de Gurney con su vida y su matrimonio. Me ha gustado acompañar al detective mientras seguía las pistas y unía los puntos y yo me preguntaba cómo iba a terminar todo. Empieza tranquilo pero llega un momento en que la narración gana en fuerza y velocidad y no puedes parar de leer; John Verdon se encarga de ello con la cantidad de personajes y giros que va incorporando según avanzas en la lectura.

No sé si mis compañeras de la conjunta seguirán con la lectura de las próximas entregas, pero si no es así lo haré yo por mi cuenta porque estoy disfrutando con los libros. Os animo a darle una oportunidad al autor.

Un nuevo caso de David Gurney
Su fama le precede y cuando la investigación de un brutal asesinato a una novia en el día de su boda no solo se estanca, sino que se complica, su madre no escatimará en gastos con tal de que sea Gurney quien lleve el caso a modo de asesor privado; uniendo todas las piezas y descartando otras tantas le llevará a descubrir solo la punta del iceberg de una trama de negocios tan poderosa como turbia y repugnante

Como premisa un tema original del que pocos autores (en mi caso ninguno de los que he leído) han hablado y que no voy a desvelar porque hay que descubrirlo, con un psicópata inteligente, previsor, cuidadoso y escurridizo; con una investigación que me ha tenido todo el tiempo pendiente del más mínimo detalle, bien documentada, tan real que cuesta creer que sea ficción y unos casos psicológicos atroces. Una historia que se complica a más no poder y que se resuelve de manera espectacular y con una lógica aplastante

Me encanta cuando libros de este género me sorprenden, saltar de una teoria a otra, tratar de seguir las pistas, ir recogiendo ”miguitas”, si se ven, pero sobre todo que cuando se conoce el final, saber que todo ha estado ahí

Seguiré con esta serie que ya apunta a que va a ser una de mis preferidas

“Un personaje interesante, el señor Flores. Tras el asesinato, desaparece de la faz de la Tierra, junto con la esposa del vecino. La última pista concreta de Héctor es el machete ensangrentado que dejó en el bosque a unos ciento cincuenta metros” ~ No abras los ojos.

Un año después de resolver el caso del asesino de los números, David Gurney sigue sin acostumbrarse a vivir en el campo y lidiando con sus monstruos interiores. Un día recibe la llamada de su compañero Jack Hardwick quien le plantea volver a la acción para resolver un nuevo y misterioso asesinado.

Jillian aparece decapitada el día de su boda en una cabaña del jardín y todo indica a que ha sido el jardinero que, desde ese, día permanece desaparecido. Las investigaciones están en punto muerto.

Gurney comienza a investigar y va más allá pero no quiero decir a dónde llega. Será mejor que cada uno lo descubra con su lectura.

Si el primer libro de John Verdon me gustó, este me gustó aún más. El personaje de Gurney es fantástico aunque a veces un poco cansino con sus traumas internos. El libro es adictivo y no decae en ningún momento; es más, hacia la mitad aumenta la intensidad y ya no puedes parar de leer.

El final me ha resultado predecible aunque no he logrado casar todos los hechos. Ahora toca buscar cuál es el tercero de Gurney. 😅

Me declaro fan incondicional de Gurney y de su creador, Verdon. Segunda entrega de las peripecias de este detective retirado, que, en mi opinión da un salto de calidad en cuanto a la primera novela.

☞ El personaje principal nos deslumbra de nuevo con sus habilidades para resolver el misterio central. No tanto con su maña para hacer crecer lo que planta en su huerto en un intento por llevar una vida tranquila en el campo. Pero esa lucha interna del personaje entre lo que cree que le conviene y lo que le gusta hacer le da un encanto muy particular.

☞ La trama central y esa forma de enredarlo todo por parte del autor es simplemente espectacular. Y tal y como me pasó con la primera novela, me gusta el “modus operandi” de Vernon, que te presenta una serie de pruebas de forma ordenada haciendo sentir al lector parte de la investigación.

☞ Confieso que en esta entrega he notado una evolución del escritor en todos los sentidos, en cuanto a construcción de personajes, evolución de la trama, giros, etc. Una evolución que también he notado en la forma en la que me enganchó la historia, que devoré en apenas un par de días.

Ya tengo la tercera entrega esperando en mi estantería. Si os gustan las novelas policiacas y los crímenes enrevesados, tenéis que leer a Verdon.

Leí "sé lo que estás pensando" hace años y guardaba bien recuerdo de el. Sin embargo, este libro, con mismo protagonista, no me ha gustado demasiado. Se me ha hecho muy aburrido gran parte de él y solo al final ha cogido algo de carrerilla. Pasará sin pena ni gloria por mis estanterías.

Me vuelvo a sumergir en la pluma de este autor con la segunda parte de esta trilogía. Reconozco que este libro se me ha atragantado en varias ocasiones, teniendo que alternarlo con otras lecturas para no dejarlo abandonado en la estantería. Más de una vez he pensado en dejarlo olvidado, pero formaba parte de una LC y quería cumplir mi parte. También las largas horas en la sala de espera han hecho que me sumerja en esta historia con las ganas de consumir el tiempo más rápido. La sensación que tengo es que todo se enrevesa de tal manera que el autor no sabe buscar una solución óptima a la trama que nos plantea, enfangando la historia que llega a hacerla difícil de comprender y seguir el hilo. Esta vez me doy por vencida y no continuare con la última parte. No me ha generado interés seguir leyendo. En fin, espero que la próxima lectura se me haga más llevadera.

La novela comienza un año después de haber conseguido arrestar al asesino de los números y David Gurney se pregunta si no tomó la decisión equivocada al abandonar el cuerpo de Policía de Nueva York cuando se le presenta otro caso que no puede dejar escapar.

En esta ocasión, es el detective Jack el que se presenta en su casa para pedirle ayuda en un caso sobre el que están trabajando. Hace unos meses, una novia fue asesinada brutalmente durante el banquete de su boda y las circunstancias en que se produjo el crimen apuntan a que el asesino es el jardinero, sin embargo, tanto él como una de las vecinas de la novia han desaparecido, no encuentran pruebas concluyentes en el lugar del crimen, no saben por dónde seguir la investigación y la familia de la víctima pide justicia.

Gurney sabe que si acepta el caso su mujer no dejará de reprochárselo, pero es un hombre cuya vida ha estado dedicada a la investigación y por mucho que quiera no consigue alejarse de la profesión.

En general es un libro fácil de leer y las descripciones tanto de personajes como de escenarios son claras, breves y concisas. Perfectas para conseguir conectar con la historia y los protagonistas. Hay algunos puntos en común con la primera parte, como pueden ser los asesinatos en serie y las poesías que escribe el asesino en relación con los crímenes, que permiten meterte en su piel y en su cabeza.

En cambio en esta ocasión, Verdon se atreve a tratar un tema tabú y bastante delicado como es el abuso sexual a menores. Nos introduce un poco en este tema tan peliagudo aunque sin extenderse ni profundizar demasiado. Sin embargo consigue que te pares a pensar por un momento en las razones por las que una persona puede llegar a cometer este delito y qué es lo que se pasa por la cabeza en ese momento.

Sé lo que estás pensando me encantó, pero No abras los ojos me gustó incluso un puntito más. Me pasé toda la novela haciendo cábalas sobre esa escena del crimen a todas luces imposible. Estrujé mi cerebro a la vez que lo hacía Dave Gurney para resolver el caso y el final me dejó mucho más que satisfecho.

De todas las novelas de Verdon, No abras los ojos es mi favorita.

Tras haber leído la primera novela de esta saga, «Sé lo que estás pensando», esperaba más de esta novela, que me costó terminar de leer.

Una trama bien planteada, pero que en ocasiones se hacía pesada y lenta, evitando así mantener el interés del lector.

Finalmente, logré reengancharme a la intriga que Jon Verdon crea en esta segunda parte, y disfrutar de su lectura. Sin embargo, no continué leyendo las siguientes novelas de la saga.