El ángel negro

¿Y si el principal sospechoso del crimen hubiera estado muerto cuando se cometió el asesinato pero aún así todas las pruebas conducen a él? La nueva novela de John Verdon parte de esta premisa, pero va mucho más allá, porque El ángel negro es uno de los mejores thrillers que he leído este año y te cuento por qué.

Lo primero que debes saber es que aunque se trate de la sexta entrega de las aventuras del exdetective Dave Gurney, puedes leer la novela de forma independiente, sin haber leído las anteriores y hasta es muy probable que te enganches a este personaje cuando la termines y quieras leer los títulos precedentes y futuros.

Cuando Angus Russell, principal benefactor y figura destacada de Larchfield, aparece asesinado, el actual jefe de policía se ve sobrepasado. Mike Morgan se encuentra con un cadáver y un río de pruebas que le llevan a un callejón sin salida y decide recurrir a su antiguo compañero, Dave Gurney. Confía en que una deuda moral contraída hace muchos años obligue a Gurney a poner a su servicio su mente brillante y su capacidad insólita para resolver crímenes donde los demás fracasan.

"- La otra noche hablé con un hombre que luego me dijeron que está muerto. No que esté muerto ahora, sino muerto cuando yo hablé con él."
John Verdon, El ángel negro

Es así como Gurney se ve envuelto en la maraña de enigmas que rodean la muerte de Angus. Parece que en Larchfield hay más secretos de los que parecía y muy pronto el exdetective se dará cuenta de que el caso resultará más complejo de resolver de lo que pensó en un principio. Si bien las pruebas biológicas de una escena del crimen deben servir para arrojar luz sobre los hechos, en este caso conducen a los investigadores a un culpable que es muy complicado que lo sea porque estaba muerto en el momento en que acontecen los hechos. Billy Tate había fallecido ya de una forma llamativa y frente a muchos testigos horas antes del asesinato del poderoso Russell.

En El ángel negro no falta de nada. Vais a encontraros a una viuda particularmente especial por su actitud, una sorpresa de la mano de los registros de las cámaras de seguridad de la funeraria, una organización religiosa liderada por un predicador que no hace más que avivar las llamas de una hoguera a la que pretende arrojar a todos los que no piensan como él y hasta un reguero de cadáveres que presentan los mismos indicios que el primero y conducen al mismo culpable.
"Cuando Morgan le pidió su opinión sobre su exposición, Gurney dijo que le sonaba todo bien. En realidad, había aspectos que seguían inquietándole, pero, si se los mencionaba, solo conseguiría ponerlo más nervioso."
John Verdon, El ángel negro
Hay muchos detalles por los que esta novela me ha gustado tanto. Uno de ellos es que Gurney es un personaje magistralmente concebido. Es humano; tiene dudas, se equivoca, se arrepiente de algunas de sus decisiones, olvida detalles cuando más quisiera recordarlos... Verdon le ha concedido una personalidad tan realista que lo transforma en algo tangible y eso a los lectores de thriller nos encanta. Nos gusta que los investigadores no saquen las respuestas de una chistera, sino que preferimos ser testigos de su progreso y sus tropiezos. Y aquí entra otra variable que aprecio de esta historia; la relación de Gurney y su esposa, Madeleine. Ella está fuera de la investigación y para nada podemos concebirla como una suerte de Watson, pero aporta equilibrio en la mente de Gurney cuando él más lo necesita. Me gusta cómo comparte él sus tribulaciones con ella sin hacerla partícipe de demasiados detalles, pero los justos para que ella, con un sencillo comentario o apreciación logre desatascar en ocasiones los engranajes del investigador. No desvelaré la naturaleza del momento en que ella, en esta historia, hace un poco más que eso por su marido. ¡Descubridlo!

El ángel negro es un thriller que disfrutarás si te gustan los misterios en los que, aún teniendo todas las piezas a tu alcance, te sorprenda el final. Impredecible, trepidante, desafiante y con gran capacidad de engancharte hasta el final, John Verdon ha vuelto a conseguir atrapar al lector de principio a fin en una historia que no podrás dejar de leer hasta que descubras, estupefacto, que todas tus teorías estaban erradas y que el autor ha conseguido dar una última vuelta de tuerca cuando todo parecía resuelto.
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