El silencio del mar

"Yo respeto a las personas que aman a su patria. Estoy feliz de haber encontrado aquí a un anciano digno y a una señorita silenciosa. Será preciso vencer ese silencio. Habrá que vencer el silencio de Francia."

Un estremecedor y reflexivo relato corto de unas 40 páginas construido con elegante minimalismo. Todo sucede en una estancia de una población francesa durante la ocupación de 1941, donde un anciano y su sobrina se ven obligados a acoger a un oficial alemán, mientras la pareja de huéspedes deciden permanecer en silencio frente a él en todo momento.

El oficial nazi resulta ser un hombre sensible y culto, compositor de música, partidario del acercamiento entre ambos países, y nos va relatando monólogos sobre su familia, su disconformidad en el conflicto o su fascinación por la cultura francesa, mientras recibe el inquebrantable silencio de sus cohabitantes como respuesta.

Sorprendente alegato antibelicista, el drama al que te arrastra la vida cuando se impone el horror. Un Vercors humano, quizás demasiado humano. Un relato de recursos austeros pero bien utilizados, para los que quieran descubrir el lado sensible en una atmósfera de vacío incomoda.

"El silencio del mar" se centra en el año 1941 en una pequeña ciudad de la Francia ocupada, donde un oficial del ejército alemán llamado Werner, se aloja en la casa donde viven una joven y su tío. Éste último ha adoptado la determinación de no dirigirle la palabra, acepta la situación de los invasores, pero no quiere ninguna relación con ellos. Sin embargo, la sobrina, aunque respeta dicho silencio, parece totalmente abstraída con los monólogos del oficial alemán sobre música, política, arte o humanidades tras regresar éste cada día a casa.
La particularidad de esta historia es que está narrada desde la perspectiva de los pensamientos, las descripciones y los recuerdos del tío (siempre en primera persona). No hay diálogos, sino palabras y frases sueltas entre él y su sobrina, además de los monólogos que el soldado expone para intentar generar conversación con los dueños de la casa.
En cuanto al soldado, sabemos que es músico y compositor, un idealista amante de Francia que cree posible una alianza beneficiosa entre Alemania y Francia. La particularidad de este personaje es que seduce con sus palabras tanto a la sobrina como al tío, a los que transmite también su desazón frente a las verdaderas intenciones nazis, que él no había querido ver, engañado por su propio idealismo.
Según palabras de Vercors, él quería señalar la utilidad del silencio como afirmación de la dignidad del pueblo francés y como herramienta de anulación del invasor, negando así, su existencia. Pero en su relato, también reconoce que, entre los alemanes, había personas merecedoras de aprecio, algo que en su momento generó polémica y varias críticas hacia el autor, debido al fuerte rechazo que había entre los países europeos por los alemanes.
El mensaje que transmite esta obra es que solo bastaba el silencio para enfrentar al enemigo. Negándole una palabra, una mirada, cualquier gesto era suficiente para que el invasor anhelara esa necesidad que tenemos todos los seres humanos de comunicarnos con el otro.
"Callar para soportar" en lugar de utilizar las armas como defensa contra el enemigo.
"El silencio del mar" es una obra que recomiendo mucho si quieren acercarse un poco a lo qué significó para algunos franceses la Segunda Guerra Mundial y los nazis. Tiene menos de cien páginas y la forma de narrar del autor es sencilla, pero muy profunda y conmovedora.