Imperia I. Los Predestinados

El sonido de las olas chocando contra las rocas era música para los Hijos del Leviatán, igual que el aroma del mar, su perfume favorito.

"Vivo sin vivir"

El fuego le daba tranquilidad, arder por fuera le atemperaba por dentro.

Por supuesto, las caricias dejaban marcas, pero esas no se veían, estaban por dentro.

La muerte estaba muy presente en el sector de los Hijos del Leviatán, quizá por eso les habían enseñado a no temerla.

Qué mala era la ignorancia, pero qué bendita a la par.

El Libro de la Vigilia anuncia la llegada de un mal, pero también a los que nos salvarán de él. Los Predestinados que buscarán la cura, los Predestinados que hallarán la fuente de ese mal y lo destruirán. Los Predestinados que tendrán el valor, la fuerza y el poder para unirse y vencer. De ellos pende nuestra supervivencia.