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ISBN : 8494842366
150 páginas
Editorial: Flandes Editorial (30/11/-1)

Calificación promedio : 3.38/5 (sobre 4 calificaciones)
Resumen:
¿Quién se traga eso de que los cabritillos salieran vivitos y coleando de la tripa del lobo? ¿Y que Caperucita no le viera las orejas a primera vista? ¿Y si todo lo que sabes de los cuentos que conoces no fuese más que eso, puro cuento? Porque en Cuentown, la pequeña ciudad donde conviven los personajes de los clásicos de la literatura infantil, mucha gente vive del cuento. Y si no, que se lo digan al pobre Quentin Pulp, un lobo tierno y vacilón que se muere de hamb... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (4) Añadir una crítica
Beatriz_Villarino
 09 February 2022
Indudablemente estamos ante un libro infantil no al uso. Si tuviera que definirlo con una palabra sería “descabellado”. No es que aporte un adjetivo a los libros que leo pero es que Quién pilló al bobo feroz une, desune, dice, desdice y, sobre todo, sorprende. A cada momento. ¿Realmente es una lectura para niños? Desde luego, los pequeños lo van a pasar bien leyéndolo, se van a reír con el lenguaje irreverente que aparece en ocasiones; los más pequeños podrían leerlo con un adulto que les vaya explicando comparaciones y datos que aún no manejan, para entenderlo mejor. Pero no es necesario. También se divertirán con las andanzas de los personajes; los mayores lo disfrutamos, nos sorprendemos con la imaginación de Sergio Vera, capaz de darle la vuelta a los cuentos tradicionales, a las fábulas y a los dichos populares que, depende de quién los diga y en qué contexto, toman otro sentido.

El protagonista, el lobo feroz, Quentin Pulp para más señas, se humaniza ante los lectores al adquirir nombre y apellidos; no es un lobo cualquiera, es, haciendo deshonor a su nombre, un lobo tranquilo, con dificultades para ver bien, que suplía llevando gafas en su infancia, ahora lentillas, y con problemas desde pequeño, abandonado por su padre, un lobo de mar, y acosado por sus compañeros de clase, los siete cabritillos. Como los profesores del colegio no le hacían caso, Débora, la madre de Quentin, fue a arreglar el asunto con Cabra Solán, la madre de los cabritillos. Y ahí acabó todo «Su cuerpo flotando sin vida en el Colorado, con la tripa llena de piedras fue la portada de Había una vez: “CABRA SALVA A SUS HIJOS DEL LOBO FEROZ”».

Quentin, totalmente solo, decide entonces hacerse narrador para evitar más engaños de la prensa, pero lo que propone no es del gusto del editor Calleja, que va buscando atraer al público con sensacionalismos y moralinas finales «—Veamos… ¿La mala lechera? […] ¡Si no tiene ni moraleja ni final feliz!». Así que Quentin sigue pobre y debiendo el alquiler de una casucha, propiedad del Cerdo Ibérico, banquero mafioso que al final lo echa.

Además tiene que soportar que Esopo le robe algunas ideas para las historias, por lo que no le queda más remedio que convertirse en lo que se espera de él. Menos mal que contará con la ayuda de Pinocho, la abuelita, Caperucita, la rata Ratantino y Gatillo, un gato con botas y espuelas al más puro estilo pistolero del Oeste. Entre todos dejarán las cosas en su sitio, que no es el habitual de los cuentos, y contarán lo que quieran porque si desgranasen lo ocurrido a todos los personajes sería «el cuento de nunca acabar».

No contento con crear este disparate, el autor da a los chicos, al final del libro, la posibilidad de formar parte de la CIA, contestando unas preguntas relativas a la historia que han leído y que seguro las saben, porque Quién pilló al bobo feroz se lee con ganas.

Sergio Vera ha desbrozado los cuentos más conocidos y ha racionalizado la ficción de tal forma que la ha disparatado aún más.

Cuando queremos aludir al origen violento y egoísta del hombre acudimos al consabido dicho de Thomas Hobbes El hombre es un lobo para el hombre. Tras leer este libro nos queda la sensación de que el hombre no necesita comparación pues él solo es quien acosa a los demás, los humilla, los martiriza, los desahucia sin importarle las consecuencias, los mata por orgullo o por venganza, los deja en el paro para que sufran sus rigores y vive a gusto en una sociedad materialista en la que las mentiras de las redes sociales pueden destrozar a los que son diferentes y no se ajustan a la norma.

Todos estos temas quedan tratados en esta novela negra-infantil. Una verdadera locura a partir de un personaje de cuento que, rechazado y menospreciado, intenta hacerse un hueco en la sociedad, por lo que construye una serie de situaciones en las que nada ni nadie son lo que parecen. Y al final es el lector quien decide, algo a lo que ya en la primera página alienta el propio Quentin «¿a qué esperas? Investiga mi historia, como un cuentective, y trata de resolver el misterio…».

Está claro que es una novela diferente; el lenguaje, a veces irrespetuoso, siempre atrevido, es un homenaje a Tarantino; si el director estadounidense conforma películas violentas de narración no lineal en las que mezcla distintos géneros cinematográficos, el autor conquense armoniza una historia no lineal, con diferentes subgéneros como el policíaco, el western, el romántico, el violento, el lacrimógeno y la nivola, pues como Unamuno, Sergio Vera dialoga sobre el futuro del personaje «Me llamo Sergio Vera Valencia y soy el narrador […] No había hecho más que presentarle… ¿Presentarme? ¿A eso llamas tú “presentación”? ¡A mí me parece una impresentación! ¡Una presentación impresentable!». Todo tiene cabida, incluso el posible traslado a otro género, como el dramático o el cinematográfico, pues una vez aclarada la impresentación del Capítulo I, no pasamos al Capítulo II sino

CAPÍTULO I
TOMA 2
UNA PRESENTACIÓN DE FÁBULA

Y ahí es donde Quentin toma las riendas, deja a Sergio a un lado y narra en primera persona su vida; paradójicamente, aunque pretenda ser real, las personalidades hiperbólicas anuncian cierta ficción, la misma que aparece en los cuentos, tan vacíos de violencia que resultan increíbles.

El mérito del autor es que a pesar de que el libro no se puede racionalizar, por la fantasía que lo envuelve, las acciones pertenecen a la cotidianeidad humana, tal como la percibimos los adultos. Cuentown es un mundo secundario que toma como base la realidad del mundo primario para desbancar el mito literario de los cuentos infantiles. Esto permite que personajes como Chorizo Ibérico y sus hijos Chuleta, Jamón y Morcilla, y programas basura como Sílbame, contengan grandes dosis de verdad. El autor renueva lo cotidiano y nos lo acerca de modo diferente con personajes que ayudan al niño a comprenderse a sí mismo, y al adulto a ser testigo de la miseria humana y de su grandeza.

Y si la historia es profunda y descarada, la forma es inusitada y trepidante, los juegos de palabras son constantes, con diminutivos expresivos «Lobobito», con expresiones diferentes en las que se emplea el mismo significante «como no veía ni torta, se me daba muy bien dármelas. Torta detrás de torta», con rimas consonantes que aumentan el humor «Y estaré medio cegato, / ¡pero te pillo y te mato!», con acrónimos que sirven para negar «impresentación», con expresiones que unen forma y contenido: Pinocho tiene «un nudo de narices», con nombres metafóricos «termina asomado al puente del Desenlace».

Todo contribuye a pasar un rato diferente, loco y divertido donde nada es lo que parece excepto Sergio Vera. Un excelente autor.

Enlace: https://elblogaurisecular.bl..
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MarioG17
 07 February 2022
Hace unos años comenzaron a cuestionarse los cuentos clásicos por el supuesto machismo que atesoraban entre sus páginas. ¿Y si las historias de los cuentos no ocurrieran como creemos? ¿Y si al escuchar la versión de los «malvados» de los cuentos descubrimos que los buenos no son tan buenos ni los malos tan malos?
Quién pilló al bobo feroz (Flandes Editorial, 2019) nos muestra a un lobo feroz como nunca lo habíamos visto. La solapa de la biografía es de lo más original y divertida. Se nos dice que el autor, Sergio Vera, nació en Cuentown en 1986. En esa misma ciudad vive el protagonista de este libro infantil recomendado para niños mayores de nueve años. Quentin Pulp es un lobo bueno, pero trabaja en una revista contando historias donde otros como él, lobos e inmigrantes, son los malos, así que decide no contar historias, pero no gana dinero. Las deudas y el hambre lo ahogan y sufre las amenazas de los tres cerditos, cuyo padre es el propietario de la casa donde vive y de la que debe el alquiler, así que no le queda otra salida que hacerse malo.
Este libro está dividido en tres partes y tiene capítulos muy breves, un prólogo y una introducción del lobo invitando a los lectores a descubrir quién le pilló. No tiene dibujos, pero sí alguna ilustración en la parte inferior de las páginas antes del comienzo de algunos capítulos, aunque no sirve de complemento a la historia, sino de simple adorno. Además, en las últimas páginas tiene un cuentectrivial (varias preguntas tipo test) para que los lectores pongan a prueba su comprensión de la trama.
Vera personifica a todos los animales que aparecen en este libro y crea un ambiente de actualidad donde el lobo protagonista padece los mismos problemas que muchos de nuestros coetáneos: precariedad, dificultad para llegar a fin de mes y rechazo social.
En el primer capítulo, el autor presenta a Quentin como un lobo feroz, mentiroso y guarro (porque no se ducha). Quentin enseguida se revela y entra en la conversación que el autor mantiene con el lector. Así, hay un diálogo entre narrador y autor y el resto del libro es la narración de la vida de Quentin por él mismo. Quentin nos cuenta que nació y se crio en el pueblo de Valdecabras. Su madre trabajó a destajo para que estudiara y contara cuentos donde los lobos no fueran los malos.
Quentin y su madre son inmigrantes en Cuentown, y además fueron abandonados tanto por el padre de Quentin como por la manada de lobos. Son lobos solitarios que se buscan la vida. Quentin reconoce haber sufrido acoso escolar. Siempre ha sido mucho más cordero que los siete cabritillos del cuento. Asimismo, se culpa y siente vergüenza porque su madre había renunciado a todo por él, un cobarde e inútil bobo. Para colmo, también se siente responsable de la muerte trágica de su madre, que es terrible y que se asocia a uno de los cuentos infantiles.
En este libro, el autor crea la historia del lobo, un personaje que intenta resarcirse de su imagen dañada de los cuentos clásicos. Pero juega con ellos y los introduce poco a poco, relacionándolos con las idas y venidas de la vida de Quentin, un lobo sentimentalista, por lo que juega con las palabras «lobo» y «bobo», en contraste con los lobos de los cuentos, que suelen ser astutos y feroces.
Por estas páginas aparecen otros personajes icónicos de cuentos infantiles como Pinocho, amigo de Quentin y su salvador hacia el final que trabaja en un programa de televisión llamado Sílbame (ejem, ejem) que es de cotilleo y que echan en Disnews Channel, o Heidi, que ha tenido una experiencia desgraciada porque se han aprovechado de ella y está en horas bajas. Asimismo, Vera ensalza a través de Quentin la figura de Roald Dahl (solo dice «maestro Roald», pero se nota que se refiere él; además, el despertador de Quentin se llama «Dhal», con la hache cambiada). También hay un personaje policía llamado Gatillo porque, en efecto, es de gatillo fácil.
Quentin se debate a lo largo de la historia entre contar cuentos donde los lobos como él son malos pero ganar dinero para sobrevivir o morir de hambre pero manteniendo sus principios y teniendo la mente tranquila. Además, debe lidiar con el jefe de la revista donde trabaja, que solo quiere historias donde se diga quiénes son los buenos y quiénes los malos, que tengan moraleja y final feliz. Pero la vida, la realidad, dice Quentin, no es así.
Esta historia alternativa del lobo, más bobo que feroz, mucho más, desmonta los cuentos clásicos en torno a su figura. Hay detalles difíciles de creer de los cuentos, como que todos los cabritillos salieran vivos de la barriga del lobo después de habérselos comido. Algún rasguño tendrían, aunque fuera por el mero roce de los dientes al tragarlos o la acción de la bilis en el estómago, digo yo.
Quién pilló al bobo feroz es una oda al arte de contar historias con humor, fantasía y sobre todo misterio porque el lector es un detective que debe moverse por la intriga. Además, aunque tiene elementos fantásticos, no se mantiene alejado de la realidad, pues los problemas del lobo son contemporáneos, y por tanto el lector hace equilibrismo entre la realidad y el mundo de los cuentos.
Yo pondría la edad recomendada más alta. No sé exactamente en cuál, pero creo que un lector con nueve años puede salir desencantado de su lectura por varias razones (en el momento de escribir la reseña del libro mi hermano tiene nueve años y sé de lo que hablo). Por ejemplo, porque no tiene dibujos y es todo texto. También porque puede entrar en la lectura esperando un cuento y se encuentra con una historia que es algo cruda (como la vida misma) y descorazonadora. Asimismo, creo que se perderían muchos detalles. No creo que sea nada descabellado decir que este libro es también para adultos.
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AishaUchiha
 17 February 2022
Primero que todo, dar las gracias a Babelio por hacerme llegar este libro tan entretenido.

Ya de por si me suelen gustar las versiones de los cuentos populares y juntar tantos en un solo ejemplar ha sido muy divertido. No sé si es apto sólo para niños, pues la cantidad de referencias que tiene da la sensación de que son dirigidas a adultos... Las risas están aseguradas.

Dentro del mundo de fantasía hacen incapie en muchas modernidades, pero llamandolas diferente y quieras o no acabas cogiéndole cariño al lobito. Tiene un trasfondo que, si bien me parece genial para explicar que las mentiras no están bien, no me parece que los niños de 9 años vayan a entenderlo del todo.

Igualmente me parece bueno para ellos y si ven la posibilidad de releerlo de más mayores mejor. Conclusión : seas adulto o niño pasaras un rato muy divertido leyendo el libro.
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Patri91
 28 June 2020
Este lobo es fuera de lo normal, contando diferentes aventuras como Pedro y el lobo, Caperucita Roja,... Y la verdad que te ríes mucho. Me encanta porque es una manera diferente de contar las diferentes Fábulas que conocemos todos y hemos leído en nuestra infancia.
Este libro para el verano que lo disfrute los nanos es ideal. Y la verdad es un libro muy familiar. Será porque estoy sensiblona. Pero me ha encantado y lo he disfrutado mucho.
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Video de Sergio Vera Valencia (1) Ver másAñadir vídeo
Vidéo de Sergio Vera Valencia
Vamos con la tercera y última entrega de las recomendaciones para el verano. En esta ocasión contamos con Jorge García (comisario de Morella Negra), Sergio Vera Valencia (coordinador de Las Casas Ahorcadas), José Luis Muñoz (comisario de Black Mountain Bossòts), Salvador Gutiérrez Solís (director literario de Cordoblack), Jimena Tierra (comisaria de Galapanoir), Ricardo Bosque (director de Villanoir) y Luis Roso (comisario de Gata Negra).
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