Mi primer contacto con este libro no tuvo final feliz, ni siquiera contento. Lo abrí hace como mil años, a las dos páginas lo cerré y a la estantería volvió, a la zona de libros en la que no suelo buscar. Para cumplir puntos de varios retos, volví a esa sección de mi librería, y allí seguía, esperando como tantos otros. Teatro, español, clásico. Venga, vamos a por él de una vez por todas. Puedo asegurar, al terminarlo, que no ha sido la mejor obra de teatro que he leído, pero tampoco la peor, ni la más difícil de entender. Un pueblo unido jamás será vencido, ojalá lo tuviéramos siempre en la mente, para hacer frente a todos los abusones que pretenden seguir exprimiendo a los de siempre, como en este caso hace el Comendador. Los personajes, la ambientación, los diálogos, todo ha envejecido bastante bien, algunas mujeres, como Laurencia, me han parecido de rabiosa actualidad, a pesar de tener más de 400 años. Si queréis una obra de teatro donde se plasme la caciquería propia de la España de época, este es el ejemplo perfecto, aunque no sea una lectura que aconseje a cualquiera. + Leer más |