Me llamo Victoria

“Me llamo Victoria” es la última novela de Miguel Vasserot, que nos llega de mano de Roca editorial. Un relato sorprendente en el que se nos narra la historia de una mujer enigmática, echando una mirada al Madrid de inicios del Siglo XX.

Estamos en 1901, en el Madrid de las oportunidades, al que personas de todos los rincones de España acudían con la esperanza de un futuro mejor. Es el caso del joven escritor, Lorenzo Hernández, que a los diecisiete años se plantó en Madrid con un petate lleno de ilusión. 

Con Lorenzo entraremos en los ilustres cafés literarios de la capital, en los que se ubicó el epicentro intelectual y literario de la época. Dónde se reunían los artistas e intelectuales para, entre cafés, vinos y nebulosas del humo, debatir durante interminables horas de literatura, cultura y política. El sueño de Lorenzo es el de unirse a aquel grupo de bohemios, razón por la que lo veremos flirtear por aquellos cafés ofreciendo su talento.  Será gracias a su habilidad con las letras y su gran tesón, como logrará hacerse un hueco en aquel mundo cruel y egoísta, que no le dio la oportunidad de ir a la universidad, ni la de codearse con aquellos literarios de buena cuna con los que deseaba tertuliar. Así lo veremos mendigando trabajo por todos los periódicos y vendiendo sus escritos por un mísero duro, en un intento por ganarse la vida como redactor de los ecos de sociedad.

Una tarde recibirá el encargo de narrar las andanzas de Victoria, una mujer enigmática y seductora de la que todo el mundo habla, pero a la que nadie conoce de verdad. Descubriéndonos a través de las anotaciones recogidas en su dietario, sus secretos más ocultos, así como los de la alta sociedad de aquella época. Sumergiéndonos de lleno en un mundo decadente de lujo, fiestas y excesos, que nos traslada a aquella ciudad plagada de hipocresía e injusticias, y sin esperanza para quienes no les quedaba más remedio que disimular su condición. Y es que esta novela va más allá del relato de la historia de una mujer excepcional, es a la vez la denuncia de la desigualdad, del trato injusto y de la crueldad. 

A su vez, es el retrato del Madrid que quería abrirse a la modernidad, una época de cambios y contrastes que queda reflejada gracias a un acúmulo de pequeños detalles que le confiere una extraordinaria ambientación. Así nos veremos recorriendo aquellas calles en las que la electricidad daba sus primeros pasos para iluminar y modernizar el corazón de la ciudad; para detener su avance, unas calles más allá, dando paso a las lúgubres pensiones y a los tugurios de mala muerte, que nada tenían que ver con los salones, teatros, hoteles o cafés más céntricos de la capital.

En definitiva, es una novela respaldada por una gran labor de documentación, en la que su autor hace un despliegue del buen conocimiento de aquella época. Metiéndonos de lleno en una historia que no solo recupera los escenarios y costumbres de aquel Madrid cambiante, sino también, los nombres de algunos personajes que son reales y que se mezclan con un elenco extraordinario de personajes de ficción, caracterizados de una forma tan humana que incluso se muestran algo canallas. Quedando patente en los diálogos el desfile constante de unos personajes, a los que otorga una manera de hablar indicativa de su estatus social.

Atendiendo a su estructura, es una novela corta de lectura ágil y divertida, ideal para acompañarnos en nuestros ratos de descanso. Que se desglosa en veintisiete capítulos cortos, en los que Lorenzo y en especial Victoria toman el control, relatándonos a viva voz una historia excepcional de la que Victoria es su protagonista. 

Profundizando algo más en el personaje de Victoria, os diré que es una mujer valiente y decidida, de las que no se deja amedrentar. Se conoce al dedillo todos los cafés y hasta los más ocultos negocios de placer de aquella ciudad. A la vez es una mujer discreta y recelosa de su privacidad, acostumbrada a codearse con personas influyentes de la alta sociedad. Siendo gracias a su dietario, como tendremos la oportunidad de conocer el lado más humano y vulnerable de una mujer víctima del trato injusto de la sociedad de aquella época.

En conclusión, “Me llamo Victoria” es el relato de una época en la que descubriremos que no todo se puede contar. Una novela llena de tanta verdad y con un final tan sorprendente, que ya os adelanto que os dejará boquiabiertos. de todas las lecturas que llevo hasta el momento, tengo que reconocer que no hay un desenlace que me haya sorprendido ni provocado una emoción similar a la que he experimentado con este libro. Es más, disfrute volviendo a releer algunas páginas, deleitándome con la maestría de su autor para llevarnos a un final que para nada pude prever y que nos viene a recordar la importancia de ser fieles a nosotros mismos, a la vez que pone de manifiesto la importancia de valores como el amor y la amistad.