Las huellas que dejó la marea: Bilogía Entre el Mar y las Estrellas, 2

La solidez de la madurez
Alberto estaba bien hasta que se ha encontrado con Jack, ¿por qué tenía que volver de Nueva York? Jack lleva ya dos años con Cristian y parece que fue ayer cuando empezaron, una relación de cuento que ahora pasa por un mal momento. ¿Acaso tan pronto se apaga la pasión? No obstante, parece que en lo demás bien, se desenvuelve bien en su trabajo, pero el becario, Mario, no termina de cuadrarle, ¿por qué será?
No enfrentamos a la segunda parte de El lenguaje oculto de las olas, una segunda parte que nos presenta la continuación de la vida de Jack, que comenzó bien, pero que en algún punto y no se sabe muy bien por qué se torció. Lo cierto es que este inicio me ha gustado bastante ya que rompe con el happy ending al que estamos acostumbrados.
Además, encontraremos un Jack mucho más maduro, pero no tanto como para no cagarla por los peores rasgos de su personalidad. A partir de aquí, se nos presentará de nuevo a los personajes que ya conocemos, pero con un carácter mucho más marcado y definido. Esto confiere a la narración no solo mayor credibilidad, sino que además la dota de una solidez narrativa que no terminaba de tener en la primera parte y que hace que se lea con mucha mayor fluidez, a pesar de que la historia es mucho más crítica, quizá más dramática y por tanto más dolorosa para el lector.
Si en la primera parte los temas centrales eran el descubrimiento de la propia identidad social, en esta segunda encontraremos multiplicidad de asuntos muy bien relacionados. En primer lugar, esa identidad social pasará a desarrollar una búsqueda de la propia identidad individual. Así, Jack a lo largo de la novela empezará a plantearse quién es él para él mismo. Por otro lado, encontraremos la cuestión que ya se dejaba ver en la primera parte, pero que en este se desarrolla en sus consecuencias sociales, es decir, qué prejuicios y desconocimientos tiene la sociedad sobre el VIH. En este sentido, recordemos que la novela hace mucho hincapié en cómo han de tenerse relaciones sexuales sanas (aunque nos muestre sin pudor relaciones tóxicas en este aspecto).
Finalmente, a estos dos temas tan importantes tanto en la trama, como en el protagonista, encontraremos que la novela también se centra en qué es un amor real, un amor que dure. Y me ha gustado mucho cómo se le han ido quitando las capas de inocencia e incluso infantilismo a lo largo de la novela a Jack. Un proceso de depuración doloroso para él, pero necesario.
Proceso arduo
Sin embargo, cabe reconocer que este proceso que vive el protagonista a nivel conceptual sienta sus bases narrativas en quizá clichés ya un poco manidos. Ahora bien, como decimos siempre, quien guste de este tipo de novela romántica leerá lo que voy a explicar ahora y le invitará a leer la novela porque hace pacto con el género.
Como decíamos más arriba, la novela comienza con un Alberto medio obsesionado por Jack, un Jack que sufre una crisis de pareja severa (y quizá un poco dramática tal y como se la plantea) y un compañero de trabajo que molesta, que es el misterio. Como os podréis imaginar el triángulo Jack, Cristian-Mario-Alberto va a estar ahí y para desgracia de Jack, uno a uno nos irá demostrando que esa madurez que alcanzó en el primer tomo con el viaje a Nueva York ha desaparecido. El protagonista volverá al vaivén emocional y la indecisión, sin embargo, gracias a lo marcado de su carácter podremos entender mejor el porqué de sus elecciones.
Así Jack toma sus decisiones y alguna que otra casualidad laboral, que no os puedo contar porque si no sería spoiler, le llevan a encontrarse con Alberto. Y aquí pasan las cosas en la trama que, a mí, personalmente y sintiéndolo mucho, no me han gustado narrativamente hablando. En este acercamiento a Alberto, ese multimillorario italiano, encontraremos clichés del ramo de flores, los encuentros inesperados y los restaurantes mega caros cerrados para dos personas. Creo que, en ese sentido, la historia y Jack ya había superado ese deslumbramiento por el lujo.
Y es que hay otras cosas en la trama más verosímiles y que nos acerca mejor a la realidad que nos presenta. Todas las cuestiones que narrativamente hablando tienen que ver con VIH están contadas con una delicadeza y naturalidad que te lo crees. Sabes que las cosas son así (desgraciada y afortunadamente) y la trama amorosa avanza con total perfección.
Un pequeño nudo final
Y avanza y sigues enganchado y quiere saber cómo va a salir Jack del lío sentimental que tiene en la cabeza, porque tú como lector ves que tiene la respuesta pero que las circunstancias, los anhelos pasados hacen que no la vea tan claro como lo ves tú. Y en ello, bajo mi punto de vista siempre claro, hay un drama que se convierte en algo creo que innecesario, que perjudica en gran medida la percepción que tenemos de Jack (que lo convierte en un inconsciente egoísta) y que hasta victimiza a Alberto (que es un ser que no conoce la responsabilidad para con el resto). Esa parte hacia el medio final me ha dejado muy desconectada en esa parte de la narración y, menos mal, que una vez que sucede, y aunque nos quedemos con esa idea sobre esos dos personajes, pasa rápido y podemos llegar al final de verdad.
Y, sí, fin
Un final que la verdad creo que no podría haber terminado de mejor manera. En él culmina todas las cuestiones, dudas, anhelos y tramas que el autor había plasmado en la novela. Y frente a lo que podáis creer, en realidad no es un final obvio, es un final con todos los puntos sobre las ies, no es fácil y por ello es completo.
Así, aquellos que os guste la romántica, con todo lo que conlleve el género os recomiendo encarecidamente esta bilogía, encontrareis una trama sólida, un estilo ágil y fluido, y unos personajes que tienen un carácter muy marcado. A lo mejor a veces os enfadáis con ella porque tiene algo de innecesario, pero tiene sus puntos fuertes. Espero que os guste.

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