La ciudad y los perros

100 páginas. Las primeras 100 páginas se me hicieron tan cuesta arriba que me planteé en varios momentos abandonar esta novela. Mario Vargas Llosa tiene una pluma muy caótica, similar a un hilo de pensamientos. Algunos diálogos acompañan a la pluma caótica cuando no están escritos en el método convencional. Entre eso y los continuos saltos de escenario me encontraba tremendamente perdida. No sabía muy bien que era lo que estaba leyendo, además de que el libro está escrito en primera persona y me costó enterarme de qué personaje era el narrador. Esta ha sido la principal razón por la cuál mi nota ha bajado. Y si hubiese abandonado el libro en ese tramo probablemente se habría llevado 1 estrella, pero continúe leyendo, por tozuda y porque había escuchado que una vez conectabas la visión de la novela cambiaba por completo.

No he sentido una conexión con los personajes y sus vivencias, pero si he sentido la opresión en el pecho al ver a este grupo de jóvenes tratando de comportarse como adultos, fingiendo que comprenden el mundo pero no dejando de ser unos chavales que no saben muy bien lo que están haciendo. Escenas crudas, diálogos duros y un contraste entre personajes que te hace ver las luces y las sombras de la vida en este colegio militar de Perú.
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