Hija del mar

Ana María de Soto nació el 16 de agosto de 1775 en Aguilar de la Frontera. En 1793 se alistó como soldado en la Armada Española bajo el nombre de Antonio María de Soto. Es muy poco lo que se conoce de esta mujer, y su nombre no figura tampoco en los libros de historia.

La autora descubrió, gracias a su trabajo, un diario escrito por Ana María y decidió que tenía que darle voz, pero dada la escasez de datos se decidió a novelar su vida rellenando los huecos con su propia imaginación.

Alicia Vallina nos ofrece su versión de lo que pudo ocurrir, y lo hace mediante una novela de aventuras entretenida, adictiva, bien escrita, y en la que se nota el gran trabajo de documentación. 

La novela está narrada en primera persona con la voz de Ana de Sotomayor, la protagonista de este libro. Su altura y aspecto masculino hace que no encaje en su pequeño pueblo, y su tendencia a meterse en peleas no ayuda tampoco. La joven, de la que tardamos en saber su nombre, se enfrenta a un matrimonio impuesto y decide huir en busca de aventuras. Su objetivo es alistarse en la marina, para lo que utilizará el nombre de su hermano mayor. Inicia el viaje sin más posesiones que su ropa y en su camino hará tanto amigos como enemigos. El viaje es largo y tendrá que hacerlo casi totalmente a pie y acompañada por otros futuros marinos a los que conoce en su camino.

La muchacha nos describe los entornos por los que pasa y a las gentes con las que se encuentra y, con la voz de Ana María, la autora consigue trasladarnos a la dura vida de esa época. Una vez llega a su destino nos relata la dureza de los entrenamientos y la complicada vida a bordo de las diferentes fragatas en las que se embarca. Puesto que España y Francia estaban en guerra, también tendremos unas buenas descripciones de algunos de los enfrentamientos.

Me habría gustado mucho conocer la historia real de Ana María y sus motivos para embarcarse en esa peligrosa aventura, ya que tuvo que haber sido una mujer muy especial. Pero desgraciadamente no pasó a la historia aunque, al parecer, sus aventuras sí que fueron conocidas en la época.

Tenía mis dudas con la obra, pero me lo he pasado muy bien con su lectura. Tenemos aventuras, héroes y villanos, viajes y escenas bélicas. La edición del libro está muy cuidada, y se nos ofrecen, al principio de cada capítulo, unas bonitas ilustraciones  que van en sintonía con lo que nos vamos a encontrar.

Aunque no es mi tipo de lectura habitual un impulso me hizo animarme con la obra, y me alegro de haberlo hecho. Os animo a darle una oportunidad a esta amena novela de aventuras inspirada en un personaje real de nuestra historia.