El infinito en un junco

Con forma de ensayo divulgativo, la autora nos lleva de la mano por la senda del tiempo para descubrirnos el inicio de la escritura, lectura y los libros. Desde las piedras, pasando por el papiro y pergamino, y terminando en los libros tanto en papel como digital, nos va empapando de la sabiduría de autores, y de anónimos, que han mantenido la llama de los clásicos hasta hoy. Nos acompañan en el camino anécdotas personales de la autora, para dar forma a una obra que se convierte en algo cercano y familiar, a veces parecía que la tenías al lado contándote esas maravillosas historias.
La obra se divide en dos partes: la historia de la escritura, los libros y autores desde los albores de la civilización, con especial incapie en el mundo griego, y la segunda parte está más enfocada al mundo romano y a partir de ahí hasta el día de hoy. Pero siempre dando el énfasis en los orígenes clásicos de la escritura.
He aprendido muchas cosas, otras ya eran conocidas para mí, pero sobre todo con lo que me quedo, son con varias reflexiones de la autora: la importancia y peso que se da al lector anónimo, en el sentido de nexo de unión para hacer que algunos libros hayan sobrevivido; también me gusta aquella que plantea que muchos avances son continuación y herencia de otros pasados, de que no hay rupturas, si no mejoras y convivencia; y la que sin nuestro pasado histórico por muy duro que sea no estaríamos aquí. Otra reflexión que nos abre los ojos, para ver algunas obras con la visión de cuándo fueron escritas, aunque censuremos su contenido a día de hoy, nos sirven para aprender como eran nuestros antepasados, y tener en cuenta que precisamente leyéndolos podemos evitar que lo que cuentan no se repita.
Un ensayo que ha sido un gran bálsamo para mi, un soplo de aire fresco cargado de voces sabias del pasado, y que se queda a mano con mis otros favoritos para abrirlo al azar y leerlo cuando lo eche de menos.