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Terminar de leer este libro me dejó el corazón estrujado y llena de bronca. Hace aaaaños que quería leer Flores en el ático, fue un capricho instantáneo ni bien me enteré de su existencia y de qué trataba. Pero, como me pasa seguido, pateé su lectura hasta el infinito. Pero al fin le llegó la hora y me cacheteó de diferentes formas que no me esperaba. En primer lugar voy a decir que me esperaba que fuera mucho más turbio de lo que resultó ser, aunque eso no significa que esta historia no cuente con sus buenas dosis de turbiedad (existe esa palabra? Como sea). Flores en el ático nos cuenta la historia de cuatro hermanos que tenían una vida envidiable, unos padres amorosos, y todo lo que unos niños pueden pedir. Hasta que ocurre un accidente que termina desencadenando puras tragedias para esta familia. de repente se ven obligados a volver a la casa de unos abuelos que no conocían donde son encerrados en el ático. Las razones son super spoiler así que me las reservo. En un principio, la madre de estos chicos les dice que deben esconderse durante un tiempito, les promete mil cosas y les pinta una vida futura mejor de la que tenían antes del accidente. Pero el tiempo corre y con él las excusas de la madre mientras los chicos siguen encerrados en ese ático. En un principio no suena tan mal ya que tienen comodidades y mimos, pero no tienen libertad. El encierro viene con una serie de reglas moralistas que deben cumplir si no quieren ser castigados. La abuela de los chicos obra de celadora, les lleva comida todos los días y los controla para ver que cumplan las reglas. También es la encargada de aplicar los castigos cuando amerita. Mientras tanto los chicos van creciendo y conociendo solo la vida en el ático, tratan de hacer un hogar en él y cuidarse entre ellos. Mientras la madre se vuelve cada vez más extraña y lejana y trata de contentarlos con regalos mientras les dice mentiras, les habla de grandezas que ellos no pueden apreciar, a la vez que les oculta cosas y se hace la víctima. Llegamos a compenetrarnos tanto con la historia de los hermanos Dollanganger que sentimos el encierro y la impotencia que viven ellos. Y con cada capítulo apreciamos cómo estas flores encerradas se van marchitando poco a poco mientras son olvidadas allá arriba. Ya había leído algunas cosillas sobre este libro, que a pesar de toparmelas en la lectura con algo de conocimiento al respecto me sorprendieron de igual manera. Flores en el ático no es una lectura demasiado fuerte y gráfica como por ejemplo La chica de al lado, pero toca ciertos temas tabúes y jodidos. Aunque no me molestaron tanto como la naturaleza de la familia ésta, esta familia podrida en riquezas que antepone el dinero y los lujos a todo lo demás. Son personas realmente despreciables y desalmadas que provocaron que terminara el libro embroncada. Rescato a los hermanos, que siguieron siendo puros en cierta forma y no se corrompieron, al menos de momento, con esa maldad interesada de la familia Foxworth. Tenemos al hermano mayor, Chris, tan inteligente y que sueña con ser médico pero que también es un hábil pintor. Chris no fue santo de mi devoción por algunas cosillas, pero debo admitir que se comportó como todo un hombre cuidando de sus hermanos. Luego tenemos a Cathy, dos años menor que Chris y nuestra protagonista y narradora. Adoré a Cathy totalmente, ella es sumamente realista, tanto que por momentos es pesimista. Pero Cathy es la primera en darse cuenta de las mentiras de la madre, de ver más allá de los mimos y los regalos con los que pretendía comprarlos. Además también se dedicó completamente a su rol de madre sustituta de sus hermanos pequeños. Esos son Cory y Carrie, los gemelos 8 años menores que ella. Cory y Carrie como pasa con los hermanos gemelos tienen una conexión especial y son inseparables. Además son de lo más particulares y aunque se comportan de forma caprichosa bastante seguido, tienen una intuición infantil tan grande que a veces asusta. Les agarré un cariño especial a estos chicos, su historia no dejará indiferente a nadie. |
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