Nadie me ofende impunemente

Las hermanas Singht, Ayla y Cadha, viven en la escocesa Isla de Beith con su padre. A sus veinticinco y veintitrés años siguen solteras ya que su padre no ha conseguido que acepten a ninguno de los candidatos que él ha hecho desfilar por la isla. 

La muchachas son independientes, tercas y temperamentales en parte porque la falta de madre hizo que su padre las mimase demasiado. También influye el desprecio que sienten por ellas el resto de la isla al considerarlas iguales que su difunta progenitora. 

La historia transcurre en 1843, de ahí la insistencia del señor Singh para asegurar el futuro de sus hijas mediante el matrimonio, y así poder mudarse tranquilamente a Edimburgo. 

Me ha gustado mucho el libro, tenía algo de miedo, por determinadas críticas, pero no se me ha hecho largo ni pesado. Es fácil de leer y engancha desde el principio. Todo está bien enlazado y rematado, no quedando ningún cabo suelto. 

La obra está muy bien escrita y no se distingue dónde termina una pluma y empieza la otra, algo importante en un escrito a cuatro manos. 

Ayla y Cadha no están dispuestas a abandonar la isla, ni su soltería, y para ello no dudan en tomar medidas, a veces un tanto extremas. Ambas chicas están marcadas por sucesos anteriores que justifican en parte su comportamiento. Ayla es más decidida y Cadha algo más tímida. 

Michael Campbell y Rob Cunningham llegan a la isla, por diferentes motivos y chocan muy rápido con las cabezotas hermanas. 

Me han gustado mucho ambos, aunque más Rob que Michael. La reacción de este último a un descubrimiento que hace al final del libro, me ha enfadado un poco. 

Al principio parece que los personajes masculinos van a quedar opacados por la fuerza de los femeninos, pero por suerte no ha sido así. 

Es el primer libro que leo de estas autoras y seguramente pronto me lea alguno más. Este la llevaba en casa un par de años y al fin me he decidido a darle una oportunidad.