La pequeña librería de Stefan Zweig

En el verano de 1936, poco después de iniciada la guerra civil española, el Alcántara, un barco que había salido de un puerto inglés rumbo a Sudamérica, tuvo que hacer una escala imprevista en el puerto de Vigo. En él viajaba el escritor Stefan Zweig que bajó del barco y durante unas horas se paseó por las calles de Vigo, de lo que dejó constancia en su obra “El mundo de ayer” y en algunos de sus Diarios. En ese paseo paró delante de una librería y en su libro dejó constancia de los libros que en su escaparate se exponían.

Estos hechos son reales y así constan tanto en periódicos de la época donde se da fe de la visita de un escritor muy conocido ya en la época como en los escritos del propio autor. Sobre esta base verídica, Francisco Uría construye una novela de ficción. Efectivamente, el autor se atreve a imaginar que Stefan Zweig entró en la librería para comprar algunos libros y que mantuvo una agradable y distendida charla con el hijo del librero, un chaval bastante joven a la sazón, apasionado de los libros como el propio autor. Años después, aprovechando que la nuera de aquel chaval está leyendo un libro de Zweig, el ya abuelo aprovecha para contar a su hijo, su nuera y sus dos nietos, lo que pasó en aquellos minutos que compartió de joven con el afamado escritor.

Es una historia escrita a dos tiempos. Por una parte conoceremos una familia normal de Vigo. El abuelo ha enviudado y echa mucho de menos a su mujer pero no se resiste a seguir viviendo solo; eso sí, con su hijo y su nuera ha llegado al pacto de que las comidas las hará en casa de estos. Todo comienza en una de esas comidas, cuando el abuelo descubre que su nuera está leyendo un libro del escritor austriaco. Las primeras páginas son introductorias, conoceremos a la familia y la sorpresa de ésta cuando el abuelo, que prácticamente no ha salido de Vigo, les diga que conoció y charló con Stefan Zweig. El núcleo central de la novela es, precisamente, esa conversación para lo cual nos retrotraeremos al pasado, a los recuerdos del abuelo.

Para escribir la novela el autor, según nos cuenta en su nota final, se ha inspirado en “El mundo de ayer”, en los Diarios del autor y en el conjunto de su obra. Se ha embebido de su forma de escribir, de su vida, de sus preocupaciones, del ambiente que se vivía en su época.... y con ello ha escrito una pequeña gran novela que es ficción pero no lo parece. Me explico: durante buena parte de la novela me pregunté si ese abuelo había existido de verdad, si era familiar del autor. Me parecía tan real la conversación entre Zweig y el librero, tan posible que el autor hubiera dicho cosas como las que ahí se recogen, que no me parecía ficción. Creo que Francisco Uría ha hecho un gran trabajo metiéndose en la mente del autor y hablándonos como él podría haber hablado. A mí me ha convencido, desde luego.

La conversación no tiene desperdicio, da gusto leerla. Hay multitud de frases para subrayar, para pensar en ellas, para darles un par de vueltas. Se habla sobre libros, por supuesto: por el amor a los libros, por el proceso de escritura, por su traducción, pero también por lo que se vivía en aquella época: Alemania había perdido la primera guerra y los autores alemanes no estaban bien vistos, el mismo Zweig no podía escribir en su lengua natal y eso le causaba un gran dolor. En España acababa de comenzar la guerra civil y también de ella hablan los dos hombres, de los rojos y los nacionales, de Franco, etc.

Conclusión final

“La pequeña librería de Stefan Zweig” es un libro cortito y de lectura fácil que se lee de un tirón. Un libro sobre una hipotética conversación entre Stefan Zweig y un librero de Vigo en verano de 1936. Un recorrido por los libros, por el proceso de escribir y por la historia alemana y española de principios del siglo XX. Me ha gustado muchísimo y sin duda os lo recomiendo.
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