Mortal y rosa

«Sólo está vivo de mí lo que está vivo de ti: el recuerdo»
Mortal y rosa (1975) es un poema escrito en prosa o el registro íntimo de un padre que pierde, lentamente, a su hijo y en la escritura perfila su ausencia, su muerte y hace del dolor, poesía. En ninguna de sus otras novelas, Umbral logra fundir de manera tan abrumadoramente bella, la carga autobiográfica, el estilo poético de su escritura y la reflexión de un hombre sobre su propio tiempo.
En Mortal y rosa, esa necesidad de escribir y explicarse la muerte de su hijo, hace que el narrador le hable a èste sobre la vida, o mantenga un monólogo por el que desfilan temas como los sentidos y el cuerpo, el sueño, la ciudad, la infancia, el amor y el erotismo, la cultura, el miedo, la angustia, lo animal, la literatura y su propia escritura al dialogar con algunos de sus referentes como Vallejo, Unamuno, Gòmez de la Serna y Lorca.
Una obra que disfrutas porque te rompe.

“Mortal y rosa” es una de las obras más célebres de Francisco Umbral. Es el primer libro que leo de él y no será el último, pues el autor ha logrado llegarme al corazón (y romperlo, no nos vamos a engañar).

“Mortal y rosa” es un diario poético donde Umbral reflexiona acerca de temáticas como la literatura, la escritura, la vida, la muerte, la vejez, la fama o la identidad. La obra no tiene trama ni rumbo fijo, son los pensamientos del autor en su día a día. Aunque no hay un hilo conductor per se, una tragedia es la que da sentido a todas sus palabras: la muerte de su hijo de 6 años.

Siempre había querido leer a Umbral, especialmente “Mortal y rosa”, pero no esperaba para nada encontrarme tal sensibilidad en su pluma. Sus palabras son capaces de hacerte reír y, a las dos líneas, emocionarte profundamente. Aunque por momentos la obra se vuelve confusa —hay que estar concentrado para conectar con lo que dice— merece mucho la pena.

Si tuviese que describir la novela en una sola palabra sería desgarradora. En lo referente a su hijo, el Umbral pura fachada —el personaje que se creó— se desmorona y aparece el hombre. La ternura con la que se refiere al niño, la forma en la que puedes sentir el amor que despertaba en él, el dolor con el que afronta su partida del mundo…

Mientras leía el libro, visioné el documental “Anatomía de un dandy”, centrado en la vida y producción de Francisco Umbral. Lo recomiendo muchísimo para conocer mejor al escritor y la persona que se esconde tras la enorme obra que es “Mortal y rosa”. A pesar de que en ciertos momentos cuesta empatizar con él —era un personaje cuanto menos curioso—, tanto el documental como el libro lo vuelven más humano y más cercano al lector.
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Cuando Umbral comenzó a escribir este libro, este diario de vida, no sabía lo que iba a suceder. No sabía que acabaría volcando sus vísceras, sus recuerdos y un futuro que ya no existiría, en una hoja de papel. No conocía el verdadero horror. No acertaba a atisbar al hombre que quedaría en pie después de la caída de su castillo de arena. Quizá las letras, entonces, supusieron un desahogo. O puede que en algún momento se arrepintiera de haber dejado constancia de tanto miedo, de aquel profundo dolor que no hallaría jamás un final. Quién sabe.
de lo que no podemos dudar es del poder para conmover que este libro conserva a pesar de los años. de esa distancia que, en ocasiones, separa al lector del escritor y que, en este caso, se disuelve en las palabras sinceras del hombre, del padre, del marido; de un ser humano al que se le apagó la luz y que supo continuar iluminando el mundo desde las tinieblas.

Cuando vi el documental “Anatomía de un dandy” descubrí nuevas facetas de este autor que aún ni había leído. Todos conocemos su famoso “He venido a hablar de mi libro”, pero detrás de ese escritor malhumorado había mucho más. Lo que más me impactó fue su construcción de un personaje al que dio vida con soltura, una imagen de sí mismo de cara a los demás que ocultaba muchas (para más información, ver el documental), pero esa máscara se rompió en el momento en que perdió a su hijo, luz de su vida, siendo aún pequeño.

Fue en ese momento cuando escribió “Mortal y rosa”, y por ello me interesaba especialmente este libro, porque quería ver cómo su construcción se vino abajo. Pero este conjunto de escritos (parece más una recopilación de reflexiones que un texto conjunto) trata muchos otros temas, con su ser como protagonista. Desde la percepción humana a través de los sentidos a la concepción de la literatura, pasando por la observación del mundo desde los ojos de su hijo, este libro transmite cómo sentía la vida Paco Umbral. Sus pensamientos (a veces vulgares, otras ilustrados) son pura poesía. al leerle sientes que no debía costarle mucho hilar las palabras como lo hacía, aunque dudas si aquello es imagen o realidad, personaje o persona.

Como primera aproximación al autor me ha parecido interesante; como amante de la palabra escrita, creo que merece la pena leer algo suyo, por ver cómo escribe, aunque no sea mi tipo de lectura preferido, ni comulgue con mucho de lo que transmite (todos los extractos que hablan sobre la mujer me parecen bastante desagradables).

Increíble la manera que tiene Umbral de utilizar las palabras. Tiene un don, sin duda.
A lo largo de sus páginas nos habla sobre distintos aspectos de la vida, las mujeres, el envejecimiento, paso de tiempo, soledad... Y su hijo.. Sus momentos con él, los buenos y su acompañamiento en la enfermedad y muerte.
Desolador, pero escrito de una manera tan bella que lo considero un libro imprescindible.

Es un libro algo descosido, pero es un grito de dolor ante la muerte de un hijo del cual se sabe poco y menos aún de la madre.
Son digresiones sobre los estados de ánimo del autor a veces con la chispa insolente del Umbral más conocido, a veces de una total fomedad.