Flores sobre el infierno

Como bien sabéis los asiduos a este rinconcito, actualmente son muchos los thrillers que pasan por mis manos, aunque los autores italianos, a excepción de Donato Carrisi, no se prodigan mucho por mi biblioteca. Aún más inusual es que la novela venga rubricada por una mujer de esta nacionalidad. En este título confluyeron las tres ecuaciones y decidí acometer su lectura, por eso hoy os traigo mis impresiones sobre una novela de suspense protagonizada por una mujer especial, de extraordinaria humanidad, ambientada en una pequeña localidad de montaña donde la naturaleza y su paisaje se convierten en un personaje más de la trama.

En una fría mañana de invierno y junto a la linde del impenetrable bosque que rodea a Taverní, una pequeña aldea del norte de Italia cercana a la frontera con Austria, un excursionista descubre el cadáver de un hombre brutalmente asesinado y al que le han arrancado los ojos. El equipo liderado por la sexagenaria comisaria Teresa Battaglia, especialista en perfiles criminales, se desplaza hasta la zona para hacerse cargo de la investigación del caso. Hasta allí llega también Massimo Marini, un joven policía que viene trasladado y se integrará al equipo de Teresa, aunque no va a comenzar precisamente con buen pie. Por experiencia y algunos indicios relevantes, la comisaria se da cuenta de que se enfrentan a un criminal atípico, alguien meticuloso, perfeccionista, de infinita paciencia y que vaga por los bosques. La aparente disposición ritual del cadáver le hace pensar que podría tratarse de la primera de muchas víctimas, y deberán apresurarse en darle caza para detener esa estela de sangre que está trazando.

"Flores sobre el infierno" cuenta con una premisa que engancha desde su inicio y articula su argumento en dos líneas temporales, porque para esclarecer los acontecimientos ocurridos en el presente hemos de remontarnos hasta Austria, a finales de los años setenta. Allí se encuentra la Escuela, un lugar sobre el que gravita todo tipo de leyendas, una institución austera y decadente, rodeada de misterio, y lo que en ella está aconteciendo a espaldas del mundo.

Uno de los puntos destacables de esta novela es su ambientación, que se torna muy realista y desde el momento en que el lector pone los pies en el valle, gracias a las sutiles descripciones de su autora, se verá sorprendido por la naturaleza portentosa en la que está inmerso. Toda la trama transcurre en el cerrado espacio de una localidad ficticia de los Alpes italianos, entre montañas impenetrables, donde la nieve oculta los olores del bosque y amortigua los ruidos de fondo, el lugar ideal para dar un toque de suspense claustrofóbico a la historia. El paisaje, con sus sonidos, aromas y colores, se convierte en parte de la trama y una naturaleza hostil e indomable acabará robando parte del protagonismo, convirtiéndose en un personaje más, lo cual aumenta la carga dramática. Palpable se hace también el aislamiento forjado por siglos sobre una pequeña comunidad hermética y hostil con los foráneos. Una comunidad encerrada en sí misma que excluye a cualquiera que cuestione la rectitud absoluta, como si fuese un organismo único y la putrefacción del desconocido foráneo corrompiera la bondad de la totalidad. Un núcleo antiguo e inviolable que ve a los turistas como un mal necesario.

Manifiesta es la rotundidad con la que su autora ha creado a su protagonista principal, Teresa Battaglia, un personaje intenso y lleno de contradicciones, que la hacen muy real y acaba focalizando toda la atención del lector. Teresa está al borde de la jubilación, es competente en su trabajo y una líder innata alrededor de la que gravita todo el equipo, un poco brusca pero empática, que ha de lidiar con el exceso de peso, cierta enfermedad que merma sus facultades y el dolor de una herida que alimenta su alma y nunca ha llegado a cicatrizar, que ha forjado su temperamento y determinado su soledad. Una soledad que empaña su vida, envolviéndola como un corsé de otra época, que en público la fuerza a enderezar la espalda, pero en la intimidad le roba todo el aire. Una mujer volitiva y racional que sabe cuándo dejarse guiar por el instinto. El resto de personajes secundarios, que serán más o menos relevantes, presentan desdibujadas las líneas que los contornan y apenas se profundiza en ellos, lo suficiente para que sepamos quiénes son. Esto es algo habitual cuando nos enfrentamos a la primera entrega de una serie.

De la mano de un narrador omnisciente que asume la voz del relato y nos permite el avance con equidad de las dos líneas argumentales, nos vamos a encontrar con una lectura oscura y fría, con un estilo directo, multitud de capítulos de corta extensión, una prosa sencilla y una narrativa muy visual. La trama de este libro cuenta con un ritmo discontinuo que comienza siendo marcado para luego sosegarse y coger carrerilla conforme nos acercamos al desenlace, algo poco lógico en una novela de este género y que en ocasiones ha ralentizado la lectura, disipando la tensión narrativa. Otra objeción que he observado es que hay una incongruencia que distorsiona el conjunto de la trama, o al menos yo lo he visto así, pero no voy a revelar cuál es para no hacer spoiler…
Sintetizando: "Flores sobre el infierno" es un thriller de fácil lectura que explora el alma humana y nos hace reflexionar sobre los conceptos del bien y el mal. La primera entrega de una serie que tiene como protagonista a una heroína que se aleja de los clichés habituales del género, combinándose en ella la fragilidad y las emociones con su eficacia como policía. La novela cuenta con una buena ambientación de idílicos parajes y con la que sentirás, en propia piel, el poder de una naturaleza indomable y hostil.
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