La infeliz

Recibí este libro gracias a la última convocatoria de masa crítica de Babelio. Es una suerte tener la posibilidad de acercarse a otro tipo de publicaciones, distintas de aquellas a las que inicialmente tenemos acceso o que son más conocidas, que buscan aportar un plus a la experiencia de la lectura. En este caso, Ediciones Invisibles, ha tenido la estupenda idea de crear una colección de novelas cortas, de grandes autores, e indudable calidad, para aquellos que, o bien tenemos poco tiempo, o bien nos apetece leer algo de menor longitud que la habitual. Esta colección, denominada Pequeños Placeres, lo es realmente. No sólo por la selección de las obras, sino también por el libro en sí mismo, de tamaño reducido y una textura muy agradable, es un deleite tenerla en tus manos.

Me encanta, además, el detalle del logo de la colección, un bañera apenas esbozada de la que sobresale la cabeza de un lector. Realmente te transporta a esa situación y sobre todo, al placer de dedicarte un tiempo a ti misma. Creo que eso es lo que más me gusta de la idea, el parar para disfrutar, como el que saborea un bombón con los ojos cerrados, dejando que su dulzor llene tu boca y te embriague los sentidos.

Decidí postular a esta novela en concreto, porque hacía mucho tiempo que no me acercaba a una obra clásica de un novelista ruso. Hubo un tiempo en el que me leí todo lo ruso que pasaba por mis manos, y me encantaba. Creo que, en general, todos los novelistas rusos comparten una manera determinada de enfocar la vida, de rebuscar debajo de las apariencias, de bucear en los sentimientos de sus personajes, exponiéndolos, crudos, de una forma sencilla y cercana. Tal vez me gustan tanto porque, a través de ellos, podemos conocer un poco más el alma humana, y con ello, a nosotros mismos.

En este caso, Turguénev, nos expone un alma desgraciada, la de una joven cuya vida ha estado llena de infortunios. Nacida de una madre soltera, criada en el hogar de quien era su padre pero nunca objeto de su cariño, Susanna Ivanova, queda al cuidado de un checo nacionalizado ruso que la desprecia. La novela trata del desarraigo y de su búsqueda de cariño, y de su necesidad de sentirse amada y pertenecer. Y es la historia de ese logro inalcanzable, condicionado por las circunstancias y los prejuicios de la propia sociedad rusa, que el autor muestra en esta obra con toda su inmoralidad.

Publicada en 1868, la novela forma parte del movimiento realista que surgió en contraposición del romanticismo en la segunda mitad del siglo XIX, y recoge las ideas sobre las que el autor concibe prácticamente todas sus obras: la frustración vital, los amores fallidos, la ausencia física y afectiva, el maltrato y la crítica al sistema de servidumbre y a las políticas y costumbres sociales de la Rusia en esa época.

En definitiva, una obra pesimista y plena de tristezas y también de traiciones, pero que al mismo tiempo contiene un elemento de esperanza: la postura del narrador, también personaje de la novela, y cuya actitud crítica y compasiva, refleja, desde mi punto de vista, la visión del propio autor. Y siempre hay esperanza en el futuro si hay personas dispuestas a construirlo.