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Mmmmm…a ver cómo lo digo. Leer a Turguenev después de leer a Pushkin es como ponerte delante de un paisaje de acuarela después de que te golpee un Pollock. O como beberte un Bitter Kas después de un pelotazo de Campari. Fresco, suave, con diálogos interesantes, descripciones que son retratos bien trazados y un conocimiento certero de la clase alta rusa y su dolce far niente. En vísperas lo protagoniza el estereotipo del joven ruso de clase alta sumergido en el idealismo, la filosofía, el arte y la inacción, ajeno a la realidad del pueblo y con visión ingenua de lo que se gesta más allá de su hacienda. Es clara su visión de esta clase y su parálisis en aras de vivir en un idealismo que se verá en el futuro abocado al fracaso tanto individual como globalmente. Shubin el artista, divertido a ratos, doliente a ratos, y Bersenev, sensato, reflexivo y estudioso. Ambos enamorados de Yelena, una mujer muy Turguenev. Curiosamente, y por lo que fue criticado Turguenev, el único hombre con inspiración, valor y espíritu para enfrentarse a la opresión y a la injusticia es un búlgaro, un montenegrino. No un ruso. Y se ve la admiración de Turguenev por su personaje, Insarov, por la épica de su misión, liberar Bulgaria. De hecho, le concede el premio, el amor de Yelena. A Yelena, leo por ahí que se la califica como una heroína típica de Turguenev, pura y altiva. Sin embargo, yo veo algo más positivo. Turguenev otorga a Yelena -y lo hace también con Natalia en Rudin (lo terminé ayer)- un carácter que opta por la libertad, por la insumisión y por elegir el camino al margen de lo que se espera de su sexo y clase, si es por amor a un hombre o por montar en cohete tanto da. Ella decide, elige y adelante. Y Turguenev, presentándola como heroína, aplaude la capacidad y derecho de sus mujeres a caminar por sí mismas, es más, todos los hombres de En vísperas aman a Yelena conociendo su determinación de ser quién quiera y con quién quiera. El primer libro que leí de Turguenev fue Padres e hijos, pedazo de novela. Quizá de ahí mi pequeña decepción con esta novela, que no es, sin embargo, de ninguna manera desdeñable. + Leer más |