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Este tercer libro es un poco diferente a los dos primeros, ya que la acción se divide entre la manada de los lobos y la base de los devoradores, la autora ha sabido entrelazar perfectamente ambos escenarios, dándoles a cada uno el protagonismo justo y sin que para nada resulte lioso. La manada me ha gustado mucho, Lachlan es un personaje con el que te tienes que reír y el resto son geniales. Luke me ha gustado especialmente y me ha gustado mucho su relación de amor, de la que no quiero decir nada para no destriparlo, solo que esta pareja de secundarios me han encantado. La historia está repleta de acción y nos encontramos con muchas sorpresas que me han mantenido enganchada. El final me ha encantado y el relato extra es buenísimo, es la guinda perfecta para cerrar el libro.
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